Canadá: un wokista puede ocultar a otro

Mark Carney, el nuevo primer ministro de Canadá
En el país del arce, los jefes de gobierno se suceden y se parecen, en el fondo si no en la forma. El 14 de marzo de 2025, Mark Carney prestó juramento ante el rey Carlos III, rey de Inglaterra y del Commonwealth, de manos del gobernador general de Canadá, un cargo honorífico, sucediendo así al ex primer ministro Justin Trudeau, quien dimitió a principios de año.
Exgobernador del Banco de Canadá (2008-2013) y del Banco de Inglaterra (2013-2020), Mark Carney encarna, según sus adversarios del Partido Conservador, el arquetipo del "hombre de Davos": tras estudiar en Harvard, obtuvo un doctorado en Oxford, antes de unirse a Goldman Sachs, donde pasó 13 años.
Este católico, que no se considera conservador, es descrito como un líder global, que se mueve como pez en el agua en los círculos de las finanzas internacionales. Y, como es de esperarse, es el portador de un proyecto inspirado en gran medida por la ideología progresista que sitúa la sacrosanta "inclusión" —social, económica y medioambiental— en el centro de sus prioridades.
La aparición del nuevo primer ministro coincide con una grave crisis debido al conflicto comercial iniciado por el nuevo inquilino de la Casa Blanca, que acaba de imponer aranceles a numerosos productos canadienses, al tiempo que pide a Canadá que se una a la Federación como "el estado número cincuenta y uno de Estados Unidos".
En términos más generales, el regreso de Donald Trump al poder está provocando, tanto en Canadá como en el Viejo Continente, una especie de histeria colectiva de las "élites" que, arrogándose el derecho a representar al "bando del bien", pretenden hacer la guerra al antiwokismo. Hay que decir que el magnate que llegó al poder en Estados Unidos tuvo suficientes palabras mordaces contra la política abiertamente woke de Justin Trudeau.
Además, en febrero de 2025, unos días antes de ser elegido líder del Partido Liberal que le abriría las puertas de Rideau Cottage, Mark Carney declaró: "Mientras Estados Unidos se embarca en una guerra contra el wokismo, los canadienses seguirán valorando la inclusión".
Y para rematar, en su discurso del 9 de marzo de 2025, el nuevo líder de los liberales hizo sutiles referencias a la "dignidad humana" y a la "responsabilidad compartida" frente al cambio climático. El nuevo jefe de gobierno es conocido por defender el concepto de la "tragedia del horizonte".
En efecto, aboga por que las empresas y los bancos integren los costes medioambientales en sus decisiones, un enfoque que protege no solo al planeta, sino también a las poblaciones más expuestas a las catástrofes climáticas, que suelen ser las más pobres. Todos estos temas se hacen eco de los defendidos por el Papa Francisco, en particular en torno a la ecología integral, a lo largo de su pontificado.
Lord Moynihan, expresidente de Vote Leave, movimiento a favor del Brexit, no se anda con rodeos al describir al nuevo jefe de gobierno canadiense en The Toronto Sun: "Encarna la quintaesencia del homus wokus", afirma el miembro de los Tories.
El exministro británico Jacob Rees-Mogg opina lo mismo: "Carney es de los que piensan que un pequeño grupo de expertos puede gestionar mejor las cosas que una democracia ruidosa y dinámica", afirma.
De todos modos, es difícil imaginar un cambio de rumbo en un país en el que Justin Trudeau se ha encargado de bloquear la agenda woke con leyes: ampliación de la eutanasia en 2016, modificación de la letra del himno nacional en el mismo año en un sentido inclusivo, subvenciones públicas a grupos LGBT, "reconciliación" con los pueblos indígenas -un arrepentimiento a costa de la Iglesia católica acusada indistintamente de malos tratos-, por no hablar de las principales medidas.
Es decir, que el país del arce aún está lejos de la primavera.
Fuentes: Le Figaro/Die Tagepost – FSSPX.Actualités
Imagen: Gouvernement canadien