China: el control social pesa cada vez más sobre la Iglesia

En la provincia de Henan (China central) ahora es necesario registrarse a través de una aplicación disponible en los smartphones para poder asistir a la misa dominical: es el último avatar del control social que pesa cada vez más sobre las religiones en China.
Misa dominical, sermón de los viernes en la mezquita, visita al templo budista... el departamento religioso del gobierno de la provincia de Henan decidió regular todas estas actividades mediante una aplicación denominada "smart religion", literalmente "religión inteligente", en el sentido de inteligencia artificial, por supuesto.
Fue ChinaAid, una organización cristiana sin fines de lucro con sede en Estados Unidos, la que reveló el caso el 6 de marzo de 2023. Los creyentes ahora deben descargar la aplicación y registrar su información en todos los campos personales: nombre, edad, número de teléfono, número de identificación impuesto a todos los ciudadanos por el gobierno, profesión, domicilio, etc.
Después de una última prueba de temperatura cuyo objetivo es demostrar que no se tiene Covid 19, el registro será validado por un código QR que necesariamente debe presentarse antes de cruzar el umbral de la iglesia parroquial.
ChinaAid informa del descontento de muchos fieles chinos que temen que las personas mayores y menos expertas en tecnología no puedan registrarse en la religión inteligente. A lo que los mandarines comunistas locales responden que el personal involucrado ayudará a estas personas.
Los católicos de Henan observan impotentes esta nueva demostración de control social al estilo chino: "Estas medidas de gestión no se derivan de la intención de proteger los derechos religiosos, sino que son medios para lograr objetivos mucho más políticos", informa ChinaAid.
Actualmente, la China comunista reconoce cinco religiones: budismo, protestantismo, catolicismo, taoísmo e islam. En teoría, la Constitución garantiza la libertad de creencias, pero las cosas se han endurecido mucho desde que Xi Jinping llegó al poder.
Hoy hay entre 10 y 12 millones de católicos en China, supuestamente liderados por la Asociación Patriótica Católica China (APCC), entidad en manos del Partido Comunista (PCCh). Al mismo tiempo, existe toda una red de iglesias clandestinas.
El plan de "sinización" de las religiones, adoptado en 2015 por Xi Jinping, aspira a compatibilizar las diferentes religiones con la "cultura comunista china". Ha generado un endurecimiento gradual y severo del control sobre las comunidades religiosas, oficiales y clandestinas, que ya no escapan al ojo digital de Beijing.
En este punto, el acuerdo provisional firmado entre la Santa Sede y China sobre el nombramiento de obispos en 2018 no ha logrado ningún avance.
Fuentes: Catholic News Agency/ChinaAid – FSSPX.Actualités
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