En China, la estrella comunista contra Nuestra Señora

Fuente: FSSPX Actualidad

El acuerdo secreto concretado en 2018 entre Beijing y el Vaticano no parece cuestionar el proceso de sinización de la Iglesia católica china. La destrucción de edificios religiosos se multiplica; el último proyecto: demoler la monumental puerta de un famoso santuario dedicado a la Virgen María. Los fieles católicos, dejados en el olvido por la jerarquía católica en Occidente, intentan movilizarse.

Decenas de miles de fieles, grandes y pequeños, acudieron en peregrinación a Dongerou (China), provenientes de todo el país, desafiando a las fuerzas policiales y al ojo inquisitivo de los comisarios del pueblo, para honrar a la Virgen de los Siete Dolores, en el día de su fiesta, en el santuario dedicado a ella.

Pero el 15 de septiembre de 2019, la multitud de peregrinos no pudo contener el llanto: el Partido Comunista Chino (PCCh) quiere destruir la monumental puerta de entrada al santuario, que es conocida como la "puerta del Paraíso". El pretexto oficial es la construcción de una autopista que pasará por este lugar. Extraoficialmente, la puerta, que recuerda el arte cristiano occidental, se considera contraria a los cánones de sinización de la religión decretada por el Partido Comunista Chino.

El santuario dedicado a Nuestra Señora de los Siete Dolores fue construido en 1924. La "Puerta del Paraíso" conduce a un largo y sinuoso camino que atraviesa la montaña, adornado con las Estaciones del Via Crucis. Desde ahí, los peregrinos pueden contemplar el santuario, inspirado en la arquitectura del Templo del Cielo en Beijing.

Aunque se implementaron importantes medidas de seguridad el pasado 15 de septiembre de 2019, todo se llevó a cabo en el más absoluto silencio. Este año, ningún sacerdote, excepto los de la diócesis de Taiyuan, tuvieron autorización para celebrar la misa. Para expresar su desaprobación contra el proyecto de destrucción de la puerta, los miles de fieles se arrodillaron en los escalones que conducen a la "puerta del Paraíso".

La "sinización" del catolicismo es un principio aprobado por el Partido Comunista en 2015, que fue reafirmado por el presidente Xi Jinping en el XIX Congreso en octubre de 2017. Su objetivo es establecer una especie de "sector público religioso" implementando una síntesis utópica entre el socialismo, la tradición nacional y el cristianismo.

En realidad, se trata de someter el catolicismo al Estado comunista chino. Esta persecución se lleva a cabo con la total complicidad de la jerarquía eclesiástica que sigue creyendo en un posible acuerdo con las autoridades de Beijing. Como si el Papado no hubiera advertido a los católicos contra el mal intrínseco del comunismo ateo, como lo hizo el Papa Pío XI en 1937 en la encíclica Divini Redemptoris.