China: la Iglesia en las garras del dragón rojo

Fuente: FSSPX Actualidad

La Administración Estatal para los Asuntos Religiosos (SARA) publicó un borrador titulado "Reglas detalladas sobre las actividades religiosas extranjeras en la República Popular China". El control del estado comunista totalitario es tan claro, que no podemos más que preguntarnos cómo ha podido sobrevivir la Iglesia católica durante tanto tiempo en China.

El texto es una letanía de cuarenta artículos que enumeran las directrices relacionadas con las reuniones religiosas, los lugares en cuestión, el tipo de manifestación, los posibles intercambios entre extranjeros y chinos, el material religioso, etc.

El último apartado del documento puede resultar sorprendente, porque menciona -en caso de que se identifique un delito- las sanciones contenidas en las leyes relativas a la seguridad pública y la contrainteligencia. Esto únicamente sorprenderá a aquellos que no saben nada sobre el comunismo.

Según Asianews, quien reportó esta noticia el 25 de noviembre de 2020, la sospecha que recae sobre las actividades religiosas, comparándolas con el "espionaje", es omnipresente en todo el proyecto.

Aunque se recuerda formalmente que "China respeta la libertad religiosa de los extranjeros en su territorio y protege las actividades religiosas de conformidad con la ley" (No. 4), todo grupo, individuo o actividad están, en la práctica, sujetos a condiciones muy estrictas, verificadas por la Oficina de Asuntos Religiosos a nivel de la ciudad, la provincia o el país.

La actividad religiosa de los extranjeros se vuelve impracticable

Para ejercer cualquier tipo de actividad religiosa en China, los extranjeros deben "obedecer las leyes y regulaciones chinas; respetar el principio de la independencia religiosa y la autodeterminación de China; aceptar la jurisdicción del gobierno chino sobre la esfera religiosa": esto vuelve imposible el culto y vacía de todo su sentido a la fe católica.

En particular, se recuerda que ningún extranjero puede "interferir o dominar los asuntos de las organizaciones religiosas chinas" (No. 21, 1): una actitud cismática que parece hacer caso omiso de la jurisdicción suprema de la que goza el pontífice romano sobre todos los miembros de la Iglesia.

Para marcar aún más esta "sinización" de las religiones, se indica claramente que las actividades religiosas de los extranjeros solo deben emplear a extranjeros, "incluso si a veces pueden utilizar la ayuda de personal chino, de forma temporal, para realizar un rito o un sacramento" (nn. 17 y 20).

En este control total de lo temporal sobre lo espiritual, en adelante se prohíbe a los extranjeros "crear grupos religiosos, actividades, escuelas; hacer proselitismo entre los ciudadanos chinos, reclutar seguidores o aceptar donaciones de ciudadanos chinos" (No. 21). Mao realmente ha encontrado un sucesor digno de él...

Incluso el material religioso está sujeto al permiso de la todopoderosa Sara: está prohibido poseer más de diez ejemplares de un mismo libro, folleto, documento de audio o video.

Para recibir la autorización de introducir dicho material, será necesario proporcionar la documentación que explique el contenido, y enviarla a la SARA, que, en última instancia, juzgará si dicho material "perjudica la seguridad nacional de China", o es "contrario a los principios chinos de independencia religiosa y autonomía gubernamental" (No. 25).

Si bien los "intercambios religiosos y culturales" siguen siendo posibles, las personalidades extranjeras deben indicar claramente que se adhieren a los principios "de independencia y autonomía" discutidos anteriormente.

El comunismo es inherentemente totalitario

Por supuesto, ahora es un acto "criminal" mantener relaciones con cristianos no oficiales, como la Iglesia católica clandestina, la única que permanece íntegramente fiel.

Y, algo que solo sorprenderá a los ingenuos, se ha vuelto más difícil mantener relaciones, sin la supervisión de la SARA, con la Iglesia oficial, reconocida por el gobierno: ¡así es como Beijing premia a los católicos que han aceptado el librito rojo junto con los 4 Evangelios!

La noticia de la publicación del proyecto llega pocos días después de que el Papa Francisco hablara de la "persecución" de la etnia uigur a manos de Beijing, en la provincia de Xinjiang (noroeste del país).

Con esto, Xi Jinping recuerda que lleva firmemente las riendas del país, y de paso demuestra la preocupante debilidad del acuerdo provisional firmado eufóricamente en septiembre de 2018, y renovado en octubre pasado: en el juego del Go - cuyo objetivo es cercar al adversario, no es fácil derrotar al Emperador rojo...

La SARA suena como el canto fúnebre del acuerdo entre el Vaticano y China, y creemos escuchar la voz de Casandra en el cardenal Zen, quien escribió hace diez días en su blog: "¿Cómo puede ignorar [el cardenal Parolin] que todos en China están a 'merced' del Partido?"