China: los jóvenes católicos son el blanco del régimen comunista

Fuente: FSSPX Actualidad

A pesar del acuerdo provisional firmado entre Beijing y el Vaticano, los católicos de China siguen siendo objeto de hostigamientos y vejaciones: en la provincia de Hebei (al este del país) la reapertura de las iglesias está condicionada a la prohibición para los menores de frecuentarlas.

"Las puertas de la Iglesia están abiertas para todos", con estas palabras, Monseñor Jia Zhiguo rechazó tranquilamente la pluma y el tintero presentados por el mandarín comunista de Jinzhou, una ciudad en la provincia de Hebei. El obispo de la llamada Iglesia clandestina de Zhending se negó a aceptar el peculiar trato ofrecido por el gobierno local: la reapertura de las iglesias, cerradas debido a la epidemia de Covid-19, a cambio de la promesa de prohibir la entrada a los jóvenes menores de dieciocho años.

Cabe señalar que Monseñor Zhiguo se ha enfrentado a cosas peores: con 83 años de edad, de los cuales pasó quince tras las rejas de las cárceles comunistas, ha estado desde 1980 al frente de una diócesis con más de 150,000 fieles, además de 100 sacerdotes y un gran número de religiosas dedicadas a enseñar y cuidar a los más vulnerables.

Paul, un devoto católico de Zhengding citado por Ucanews, el 7 de julio de 2020, confirmó que el documento no solo fue presentado a su obispo, sino a todos los católicos: "Están exigiendo a toda la diócesis que lo firme. Quieren que todas las parroquias se comprometan a prohibir la entrada de los menores a las iglesias a cambio de su reapertura".

Registro para todos y requisición forzada

Otra fuente, citada por la misma agencia católica de noticias de Hong Kong, explicó que las autoridades están amenazando con la requisa a la diócesis de Zhengding, así como a un orfanato para niños discapacitados a cargo de las religiosas de la diócesis.

El 6 de julio pasado, otro fiel, Zhao, corroboró el testimonio anterior, y señaló que el gobierno local está tratando de apoderarse del orfanato: "Es un escándalo, es la negación completa de nuestras libertades religiosas y de nuestros derechos, y eso va en contra de los valores constitucionales".

Zhao agregó también que a las monjas de la diócesis se les ha pedido que se registren en la Asociación Patriótica, una organización estatal comunista encargada de supervisar el culto católico "oficial" en el país.

Dentro de unas semanas, el acuerdo provisional - cuyos términos se han mantenido hasta ahora en secreto - firmado entre la Santa Sede y Beijing en septiembre de 2018 expirará. Aunque varios prelados abogan por su renovación, el peso del plomo que ha caído sobre los católicos de Hebei y otros lugares de China no ayuda a tranquilizarlos.