Concluye el Sínodo sobre la Sinodalidad

Fuente: FSSPX Actualidad

¡Por fin! El maratón impuesto por Francisco a toda la Iglesia por el XVI sínodo ordinario de los obispos, relativo a la sinodalidad, concluyó con la votación del texto final y la misa de clausura. Después de tres años completos que movilizaron – o debían movilizar – a todo el universo católico, el evento terminó, con sonrisas para algunos y crujir de dientes para otros.

El análisis del documento final queda reservado para un artículo futuro, pero ya se pueden aportar ciertas informaciones sobre este texto.

La primera es la sorpresa reservada por el Papa Francisco con respecto a este texto. Normalmente, desde la creación del sínodo de los obispos, el documento final se entrega al Papa, quien extrae de él una “exhortación apostólica” que puede retomar o no los principales elementos identificados durante el evento sinodal.

La sorpresa puede ser en ambos sentidos: por ejemplo, la exhortación postsinodal Amoris laetitia introdujo, mediante una nota a pie de página, una posibilidad de dar la comunión a los divorciados vueltos a casar, lo que denotaba profundamente la doctrina y la práctica de la Iglesia hasta entonces. Esto creó mucha agitación en la Iglesia.

Por el contrario, la exhortación Querida Amazonia, que siguió al Sínodo sobre la Amazonía, no retomó una propuesta votada durante los debates y que proponía la ordenación de viri probati –hombres casados ​​y de sólida reputación– para intentar suplir la escasez de sacerdotes en esta región.

Pero en este caso no habrá exhortación postsinodal. El Papa Francisco lo anunció en su discurso de clausura: “Lo que hemos aprobado es suficiente, el documento contiene ya indicaciones muy concretas que pueden servir de guía para la misión de las Iglesias, […] por eso lo pongo inmediatamente a disposición de todos”, efectuándose así su promulgación.

Sin embargo, durante la rueda de prensa que siguió al final del sínodo, un teólogo aclaró que "la declaración de Francisco es conforme a la constitución Episcopalis communio que dice que si el documento es aprobado expresamente por el Romano Pontífice, participa en su magisterio, no con un valor normativo, sino dando directrices”, informa Vatican News.

En otras palabras, este documento no es vinculante de ninguna manera: solo proporciona orientación. Algunos ya se quejan de esto amargamente.

Una segunda observación es la clara unanimidad de los votos de los 155 artículos, que se informan uno por uno con la publicación del documento. La única diferencia destacable es la votación del n. 60 que se refiere a las mujeres y la necesidad de darles más lugar en la Iglesia, particularmente en puestos de liderazgo. Precisa también que “la cuestión del acceso de las mujeres al ministerio diaconal sigue abierta”.

De 365 votantes, 97 se opusieron a este artículo, es decir, casi el 30% de los votos. Pero es difícil saber en qué sentido iba esta negativa. ¿Fue esta oposición a que se concediera más poder a las mujeres en la Iglesia? Esto sería sorprendente, dada la composición de la asamblea, aunque algunos votos negativos podrían deberse a este motivo.

Pero es mucho más probable que se trate de un rechazo debido a la falta de avances en este ámbito, y especialmente en lo que respecta a la cuestión de la ordenación de diaconisas, lo que puede explicar este elevado número de votos negativos. Los comentaristas no han destacado este punto, pero la información indirecta recopilada aquí y allá da una alta probabilidad a esta explicación.

El documento final aún está por analizarse, pero a primera vista parece que se han desmantelado muchos temas delicados y que se han registrado elementos positivos –en un sentido tradicional–.