Consagran Escocia a los Sagrados Corazones de Jesús y María

Al centro de la imagen: el arzobispo de Glasgow, Monseñor Philip Tartaglia.
El pasado domingo 3 de septiembre del 2017, varios miles de fieles se reunieron en Carfin, al sureste de Glasgow, para asistir a la consagración de Escocia, realizada por los obispos del país, al Sagrado Corazón de Jesús y al Corazón Inmaculado de María.
"Te consagramos Escocia, todo lo que poseemos, todo lo que amamos y todo lo que somos; te ofrecemos nuestros pensamientos, nuestros corazones, nuestros cuerpos y nuestras almas." Fue con estas palabras que el episcopado escocés realizó este acto solemne, que fue precedido por una preparación de cuarenta días.
Monseñor John Keenan, obispo de Paisley, declaró al Catholic Herald que esta consagración fue hecha gracias a la iniciativa de un gran número de laicos, quienes enviaron "una cantidad incalculable de cartas" para implorar la consagración de Escocia, obedeciendo lo que Nuestra Señora pidió en Fátima para Rusia, hace exactamente cien años.
Para el prelado, consagrar el país equivale a confiar únicamente en el poder de lo alto, que puede ayudarnos a "luchar contra las fuerzas del mal que amenazan el Evangelio de Dios a través de la secularización desenfrenada, de un consumismo escandaloso y de un relativismo desenfrenado."
Monseñor Keenan añadió: "a partir de ahora, libraremos la batalla tanto con nuestras manos como con las de Nuestra Señora, y podemos poner toda nuestra confianza en la Mujer que aplastó a la serpiente antigua (...). No esperamos un camino fácil, sino que, al contrario, nos preparamos para recibir, sobre todo, una fortaleza renovada para poder enfrentar los desafíos sobrehumanos que nos esperan, con una esperanza real de triunfo."
Cuatro diputados presentaron un proyecto de resolución para que el parlamento escocés registre de manera oficial esta consagración.
Cabe señalar que el pasado mes de febrero, los obispos de Inglaterra y Gales también realizaron una consagración similar.
Aunque nos alegramos por este tipo de iniciativas, que son movidas por la piedad y un espíritu de fe, no hay que olvidar que la victoria de Nuestra Señora no se hará sin un verdadero retorno a la Tradición y los medios sobrenaturales que pertenecen al tesoro de la Iglesia. Empezando por la restauración de la Misa católica, en su rito íntegro y fecundo, portador de las gracias necesarias para alcanzar el fin deseado. Quien quiere el fin, quiere los (buenos) medios.
Fuentes: Catholic Herald - FSSPX.Actualités - 10/09/17