Continúa el rechazo a las bendiciones para las uniones homosexuales
Algunos de los 123 obispos polacos
Mientras en los círculos más progresistas se manifiesta un rechazo por motivos opuestos, los ataques o aclaraciones al texto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe (DDF) continúan. Por ejemplo, el cardenal Gerhard Müller, exprefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF) –hoy Dicasterio– hizo un análisis crítico del mismo. El episcopado polaco también se pronunció.
Los progresistas señalan una grave deficiencia
En Suiza las críticas son mordaces. Por ejemplo, el portavoz de la Iglesia católica en el cantón de Zúrich, Simon Spengler, afirma que la Declaración Fiducia supplicans “gotea homofobia”. Y añade: "Si yo fuera un hombre gay y viviera con mi pareja, no me importaría esta bendición de tercera clase".
Pero ve el lado positivo: “Lo que ayer todavía estaba prohibido, hoy es válido. Es el claro reconocimiento por parte de la autoridad suprema de que la enseñanza de la Iglesia no es rígida e inmutable, sino que está viva y puede evolucionar y adaptarse".
La presidenta de la Liga Suiza de Mujeres Católicas, Simone Curau-Aepli, celebró con satisfacción la apertura de la bendición para las parejas del mismo sexo, pero la considera una “bendición de segunda clase”. Lamenta que “las personas que se aman” sean puestas en una categoría inferior.
En cuanto al diácono Roger Seuret, afirma que “la homosexualidad la da Dios, pero lamentablemente la Iglesia católica no lo reconoce”.
El comentario del Cardenal Müller
En un extenso análisis enviado a varios medios de comunicación, el cardenal alemán desmantela la Declaración del DDF. Rechaza el supuesto desarrollo doctrinal del cardenal Manuel Fernández, porque el texto contradice una Declaración magistral que no tiene ni siquiera tres años.
Fiducia supplicans (FS) pretende ir más allá de la comprensión de las bendiciones anteriores e inventa una categoría de bendiciones no litúrgicas, propias de la piedad popular, explica. Habría así tres niveles: las oraciones ligadas a los sacramentos, los sacramentales del Ritual Romano y las nuevas bendiciones de FS, las "bendiciones pastorales", que podrían aplicarse no solo a las personas en estado de pecado, sino también a las cosas, a los lugares y circunstancias contrarias a la doctrina católica.
El cardenal Müller señala que el objeto de esta nueva bendición, aplicada a las parejas irregulares o del mismo sexo, no es solo la pareja, sino la relación pecaminosa misma. Ahora bien, “Dios no puede enviar su gracia a una relación que le es directamente opuesta, y que no puede ordenarse en una dirección que le sea favorable”.
El prelado alemán concluye afirmando que un fiel católico no puede aceptar las enseñanzas de FS, ni un sacerdote puede bendecir estas uniones ilegítimas, y que un obispo tiene el deber de velar para que tales bendiciones no se realicen en su diócesis.
El episcopado polaco
El portavoz de la Conferencia Episcopal de Polonia (KEP) hizo una declaración sobre Fiducia supplicans. En ella señala las “muchas dudas de los fieles” en Polonia tras la publicación de Fiducia supplicans (FS). Asimismo, afirma que la enseñanza de la Iglesia sobre el matrimonio no cambia de ninguna manera y que FS trata sobre la comprensión de la palabra "bendición".
Más adelante, el texto se opone resueltamente a FS: "Dado que la práctica de actos sexuales fuera del matrimonio, es decir, fuera de la unión indisoluble de un hombre y una mujer abierta a la transmisión de la vida, es siempre una ofensa a la voluntad y a la sabiduría de Dios expresadas en el VI Mandamiento, las personas que están en tal relación no pueden recibir una bendición. Esto se aplica particularmente a las personas en relaciones homosexuales".
El texto justifica su posición citando el Responsum de la Congregación para la Doctrina de la Fe del 22 de febrero de 2021 “aprobado por el Papa Francisco”: "La presencia de elementos positivos en estas uniones, que en sí mismas merecen reconocimiento y aprecio, no puede, sin embargo, justificarlas y así hacerlas objeto legítimo de una bendición eclesiástica, ya que estos elementos sirven a una unión que no está orientada según el designio del Creador".
Cita también otro pasaje del mismo Responsum: "la bendición de las uniones homosexuales no puede considerarse lícita, ya que sería una imitación o una referencia analógica a la bendición nupcial invocada sobre un hombre y una mujer unidos por el sacramento del matrimonio, pero “no hay razón para comparar o suponer una analogía, ni siquiera remota, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios para el matrimonio y la familia (Amoris laetitia, n. 251)".
La declaración del portavoz concluye: "En otras palabras, es prácticamente imposible evitar la confusión y el escándalo en este caso". Por otra parte, nuevamente según el Responsum: "no está excluido [dar] una bendición a las personas con inclinaciones homosexuales y que manifiesten el deseo de vivir en fidelidad al plan revelado por Dios tal como lo enseña la Iglesia".
Finalmente, se insiste cuidadosamente en este punto: "Por tanto, debe tratarse de personas solteras que viven en total abstinencia. Sin embargo, para evitar cualquier confusión sobre la aprobación de las uniones homosexuales, esta bendición debe practicarse en privado, fuera de la liturgia y sin analogía alguna con los ritos sacramentales".
Esta última intervención es, en cierto sentido, la más contundente publicada por una conferencia episcopal, porque reformula claramente el texto del DDF y no se limita a ignorarlo o pedir que no se aplique.
Fuentes: cath.ch/InfoCatolica/Konferencja Episkopatu Polski – FSSPX.Actualités
Imagen: Flickr / EpiskopatNews CC BY-NC-SA 2.0