Coronavirus: Directrices del Vaticano sobre la absolución en casos de urgencia
A medida que el mundo responde a la pandemia de Covid-19 ("Coronavirus"), muchos católicos se encuentran aislados de los sacramentos, incluido el sacramento de la confesión. El 20 de marzo, la Penitenciaría Apostólica emitió algunas directrices respecto a las situaciones en que los sacerdotes pueden conceder la absolución general a los fieles.
Directrices sobre la absolución general
Aunque se entiende bien que la confesión íntegra y la absolución conferidas de forma individual son los medios habituales por los cuales los pecados de una persona son perdonados, el derecho canónico contempla la posibilidad de la absolución general. El Código de Derecho Canónico (CIC) 961 señala, en la parte pertinente: "La absolución no se puede impartir de manera general a muchos penitentes a la vez sin previa confesión individual, a menos que... haya una grave necesidad[.]"
Esta práctica de la absolución colectiva, que ha sido objeto de un sinfín de abusos en el período postconciliar, puede encontrar una justificación completa en estos casos de emergencia. Para evitar una generalización de esta práctica, la Penitenciaría Apostólica también insta a los obispos a establecer, a nivel diocesano, "grupos de capellanes hospitalarios extraordinarios".
En su decreto del 20 de marzo, establece: "[La] Penitenciaría Apostólica cree que, sobre todo en los lugares más afectados por el contagio de la pandemia y hasta que el fenómeno no remita, se producirán los casos de grave necesidad citados en el can. 961, § 2 CIC arriba mencionado. (...) Teniendo siempre en cuenta el bien supremo de la salvación de las almas, y el nivel de contagio, el obispo local debe determinar los casos de grave necesidad en los que es lícito impartir la absolución colectiva: por ejemplo, a la entrada de las salas de hospital, donde estén ingresados los fieles contagiados en peligro de muerte, utilizando en lo posible y con las debidas precauciones los medios de amplificación de la voz para que se pueda oír la absolución".
Más adelante, el decreto establece "En caso de que surja la necesidad repentina de impartir la absolución sacramental a varios fieles juntos al mismo tiempo, el sacerdote está obligado a avisar, en la medida de lo posible, al obispo diocesano o, si no puede, a informarle cuanto antes".
Instrucciones adicionales sobre las confesiones individuales
La Penitenciaría Apostólica también abordó el tema de las confesiones individuales, solicitando a los obispos que informen a sus sacerdotes y al rebaño sobre las medidas apropiadas que deben tomarse para impartir la absolución de manera regular. Se deben tomar precauciones para salvaguardar tanto la salud del sacerdote como la del penitente, y asegurar que se mantenga el secreto de confesión. Puede ser necesario, por ejemplo, escuchar confesiones en espacios al aire libre, incluso en el exterior, o que el sacerdote utilice algún tipo de protección facial mientras mantiene una distancia segura.
Sin importar las medidas que se tomen, sigue siendo imperativo que los pecados confesados permanezcan privados, y que no haya posibilidad alguna de que los demás escuchen la confesión.
Adicionalmente:
Hay que considerar la necesidad y la conveniencia de establecer, cuando sea necesario, de acuerdo con las autoridades sanitarias, grupos de 'capellanes extraordinarios de hospitales' en cumplimiento de las normas de protección contra el contagio, para garantizar la necesaria asistencia espiritual a los enfermos y moribundos.
Un Acto de Contrición Perfecta
Finalmente, como un asunto de importancia crucial, la Penitenciaría Apostólica exhorta a los sacerdotes a recordar a los fieles que cuando se encuentran ante la "dolorosa imposibilidad de recibir la absolución sacramental", pueden hacer un acto de contrición perfecta directamente a Dios:
Debe recordarse que la contrición perfecta, procedente del amor a Dios, amado sobre todas las cosas, expresada por una sincera petición de perdón (la que el penitente pueda expresar en ese momento) y acompañada de votum confessionis, es decir, del firme propósito de recurrir cuanto antes a la confesión sacramental, obtiene el perdón de los pecados, incluso mortales.
Aunque no hay una "fórmula" establecida para este acto ofrecido por la Penitenciaría Apostólica, escribimos a continuación una de las oraciones del Acto de Contrición más generalizadas entre los fieles:
Señor mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre, y Redentor mío, por ser Vos quien sois, y porque Os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido. Animado con Vuestra divina gracia, propongo firmemente enmendarme, confesarme, apartarme de toda ocasión de pecado y cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Os ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos en satisfacción de todos mis pecados, y así como Os lo suplico, así confío en Vuestra bondad y misericordia infinitas que me los perdonaréis por los méritos de Vuestra Preciosísima Sangre, Pasión y Muerte, y me daréis las gracias necesarias para enmendarme y perseverar en Vuestro santo servicio hasta el fin de mi vida. Amén.
La respuesta de la Fraternidad San Pío X
De conformidad con las directrices de la Penitenciaría Apostólica, los Distritos de la Fraternidad San Pío X (FSSPX) continuarán ofreciendo el sacramento de la confesión a aquellos que necesiten el perdón de Dios. Se tomarán todas las precauciones necesarias para mantener el bienestar del clero de la FSSPX y de los fieles. La Fraternidad continuará monitoreando las regulaciones emitidas por los obispos diocesanos, e instruirá a sus sacerdotes en consecuencia sobre las medidas que deben tomar en estas circunstancias inciertas y difíciles.
Los sacerdotes de la FSSPX continuarán rezando por el rápido final de esta pandemia. ¡Ahora no es momento de temer, sino de confiar en la misericordia de Dios!