Creación de veintiún cardenales en un ambiente pre-cónclave (2)

Fuente: FSSPX Actualidad

El 29 de mayo de 2022, el Papa anunció que crearía veintiún cardenales durante el consistorio del 27 de agosto. Dieciséis podrán votar y cinco no podrán hacerlo, por ser mayores de 80 años. La primera parte de este artículo se centró en las figuras más conocidas de los futuros cardenales.

Continuidad o discontinuidad con respecto al Concilio

En su entrevista con Diane Montagna, ya citada, el cardenal Ruini afirma: "la hermenéutica de la continuidad, o más bien de la renovación en la continuidad, propuesta por Benedicto XVI expresa de la mejor manera las realidades que tantos como yo hemos sentido y experimentado desde aquellos años: abrazar plenamente la gran novedad del Concilio en la continuidad de la fe y de la Iglesia", mostrando así las deficiencias de un análisis que denuncia los efectos de la crisis, sin atreverse a remontarse a sus causas conciliares.

Por eso es útil poner en perspectiva las declaraciones de los conservadores "ratzinguerianos", comparándolas con afirmaciones anteriores, más fuertes porque son más lúcidas.

El 10 de julio de 2020, el académico Roberto de Mattei publicó en su revista Correspondance Européenne, un estudio en el que mostraba la insuficiencia de una crítica conservadora basada en la hermenéutica de la continuidad: "Aunque convencidos de los errores del Papa Francisco, estos conservadores no han querido seguir el camino abierto por la Correctio filialis dirigida al Papa Francisco el 11 de agosto de 2016.

"La verdadera razón de su reticencia radica probablemente en el hecho de que la Correctio enfatiza cómo la raíz de las desviaciones 'bergoglianas' se remonta a los pontificados de Benedicto XVI y Juan Pablo II e, incluso antes, al Concilio Vaticano II. […] Debemos estar convencidos de que la hermenéutica de la continuidad ha fracasado, porque estamos atravesando una crisis en la que debemos medirnos sobre los hechos, y no sobre sus interpretaciones.

"La inverosimilitud de este enfoque -observa acertadamente Peter Kwasniewski [del sitio estadounidense OnePeterFive, 29 de junio de 2020. NDLR]- se demuestra, entre otras señales, por el éxito infinitesimal que los conservadores han tenido en revertir las desastrosas reformas, las tendencias, hábitos e instituciones establecidas después y en nombre del último concilio, con aprobación o tolerancia papal".

Y el historiador italiano añade muy acertadamente: "El Papa Francisco nunca teorizó la hermenéutica de la 'discontinuidad', sino que quiso implementar Vaticano II en la praxis, y la única respuesta ganadora a esta praxis está en la realidad concreta de los hechos teológicos, litúrgicos, canónicos y morales, y no en un estéril debate hermenéutico. En este sentido, el verdadero problema no será la continuidad o la discontinuidad del próximo Papa con el Papa Francisco, sino su relación con el nudo histórico del Concilio Vaticano II".

Cabe señalar que la Correctio filialis de hæresis propagatis citada por Roberto de Mattei es una carta abierta fechada el 16 de julio de 2017, y dirigida al Papa Francisco el mes siguiente por más de 60 clérigos y eruditos laicos. El texto declara sin rodeos: "La publicación de Amoris laetitia y de otras actas por las cuales Su Santidad ha aclarado suficientemente el alcance y el propósito de este documento, han causado escándalos dentro de la Iglesia en cuanto a la fe y la moral.

"Las herejías y otros errores se difundieron entonces en la Iglesia; mientras que algunos obispos y cardenales continuaron defendiendo las verdades divinamente reveladas sobre el matrimonio, la ley moral y la recepción de los sacramentos, otros negaron estas verdades y recibieron de Su Santidad no una reprimenda, sino aprobaciones.

"Por el contrario, los cardenales que presentaron sus dubia a Su Santidad, para que a través de este medio probado en el tiempo se pueda afirmar fácilmente la verdad del Evangelio, no han recibido más respuesta que su silencio".

La Correctio indicaba la intención de sus autores: "Queremos ahora mostrar cómo varios pasajes de Amoris laetitia, junto con acciones, palabras y omisiones, sirven para propagar siete proposiciones heréticas". Luego sigue la bien documentada enumeración de estas herejías.

Finalmente, la Correctio filialis se remonta a las causas generales de estos grandes errores doctrinales, el modernismo y el protestantismo: "Para dilucidar nuestra Correctio, y para establecer una defensa más firme contra la propagación de los errores, queremos basarnos en dos fuentes generales de error que nos parecen favorecer las herejías que hemos proporcionado en la lista. Hablamos primero de esa falsa comprensión de la Revelación que generalmente recibe el nombre de modernismo, y segundo de las enseñanzas de Martín Lutero".

Neo-modernismo y neo-protestantismo

El 26 de septiembre de 2017, en FSSPX.Actualidad, Monseñor Bernard Fellay, entonces Superior General de la Fraternidad San Pío X, y firmante de la Correctio filialis, comparó este documento con la declaración de monseñor Marcel Lefebvre del 21 de noviembre de 1974: "Esta actitud [de los autores de la Correctio] fue la de monseñor Lefebvre y la de la Fraternidad San Pío X desde el principio. En su declaración del 21 de noviembre de 1974, nuestro fundador dijo:

"Nos adherimos de todo corazón, con toda nuestra alma, a la Roma católica guardiana de la fe católica y de las tradiciones necesarias al mantenimiento de esa fe, a la Roma eterna, maestra de sabiduría y de verdad. Por el contrario, nos negamos y nos hemos negado siempre a seguir la Roma de tendencia neomodernista y neoprotestante".

Y monseñor Fellay agregó: "Es precisamente este neomodernismo y este neoprotestantismo lo que los autores de la Correctio filialis denuncian con razón como las causas de los cambios operados por Amoris laetitia en la doctrina y la moral del matrimonio. Con cada fibra de nuestro ser estamos apegados a Roma, Mater y Magistra.

"Ya no seríamos romanos si renunciáramos a su doctrina bimilenaria; por el contrario, nos convertiríamos en los artífices de su demolición, con una moral de la circunstancia peligrosamente basada sobre una doctrina débil. Nuestra fidelidad a la Tradición no es un retroceso al pasado, sino una promesa de sostenibilidad para el futuro. Solo con esta condición podemos servir útilmente a la Iglesia".

Estos son los principios que deben iluminar a un futuro Papa, verdaderamente deseoso de servir a la Iglesia, atacando resueltamente de raíz los males que la carcomen.