Cuando otros siguen el ejemplo de la Fraternidad

Fuente: FSSPX Actualidad

Monseñor Nicola Bux.

En una entrevista reciente con el National Catholic Register, el ex consultor de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Monseñor Nicola Bux, hizo eco de la postura de la FSSPX respecto a la crisis generalizada de la fe dentro de la Iglesia.

La entrevista constó únicamente de tres preguntas, todas relacionadas con lo que el Register describe como la "anarquía doctrinal" en la Iglesia y sus consecuencias para el Cuerpo Místico de Cristo.

Monseñor Bux considera que el espíritu de división que afecta a la Iglesia en sus niveles más altos es una consecuencia de la actual confusión doctrinal: "Cuando los cardenales guardan silencio o acusan a sus cofrades; cuandos los obispos piensan, hablan y escriben en un modo católico, pero luego dicen lo contrario sin una razón aparente; cuando los sacerdotes cuestionan la liturgia tradicional de la Iglesia, la apostasía se establece, es decir, el desapego del pensamiento católico."

De acuerdo con el ex consultor, la única forma de restablecer la paz en la Iglesia es recordando firmemente las principales verdades dogmáticas: "Éste es el papel del Magisterio, fundado en la verdad de Cristo: llevar a todos de regreso a la unidad católica."

La segunda pregunta hecha a Monseñor Bux fue sobre las consecuencias para los fieles de esta "anarquía doctrinal". El profesor de liturgia de Bari recordó el peligro de adoptar los falsos valores del mundo: "cuando se es aclamado por el mundo, significa que se pertenece a él. Ojalá que la Iglesia católica siempre recuerde que está conformada únicamente por aquellos que se han convertido a Cristo bajo la guía del Espíritu Santo; todos los seres humanos están llamados a unirse a ella, pero no forman parte de ella hasta que se conviertan."

En la tercera y última pregunta, el Register le preguntó sobre los modos de remediar esta confusión. Monseñor Bux cree que el papa necesita actuar inmediatamente y hacer una distinción entre su cargo pontifical, cuyo objetivo es confirmar la fe de los fieles, y su persona privada: "Para ser perfectamente claro: el Papa puede expresar sus ideas u opiniones sobre cuestiones que no han sido definidas aun por la Iglesia, y en este caso actúa como un teólogo privado; pero no puede hacer afirmaciones heréticas, ni siquiera a puerta cerrada, pues sería igualmente herético."

El ex colaborador del cardenal Sarah explicó que existe en la Iglesia un sensus fidei, una especie de sentido común sobrenatural que permite a todos los creyentes percibir "lo que es la fe de la Iglesia"; y en este sentido, "un creyente puede pedirle cuentas al soberano pontífice."

Este comentario llevó a Monseñor Bux a abordar la cuestión de las dudas legítimas sobre un tema relacionado con el depósito de la fe que puede ser sometido a la suprema autoridad en la Iglesia: "Quien piense que presentar sus dudas (dubia) al papa no es un signo de obediencia, no ha entendido, cincuenta años después de Vaticano II, la relación entre el papa y la Iglesia." Ésta es una respuesta para aquellos que les reprochan a los cuatro cardenales el haber pedido al Santo Padre una aclaración sobre los partes más controversiales de la exhortación apostólica Amoris laetitia.

Tal y como la FSSPX continúa repitiendo a través de la voz de su superior general, el prelado concluyó diciendo que "la obediencia al papa depende únicamente del hecho de que está sujeto a la doctrina católica, a la fe que debe profesar en todo momento ante la Iglesia." Es por esto que Monseñor Bux expresó su deseo de que "el papa haga una Declaración de Profesión de Fe, como lo hizo Pablo VI (junio, 30, 1968), afirmando lo qué es católico, y corrigiendo todas las palabras y actos ambiguos y erróneos - tanto propios como de los obispos - que son interpretados en una forma no católica."

Estos comentarios hechos por un especialista en liturgia siguen la misma línea de la postura defendida por la Fraternidad, y parecen ser el eco de lo que Monseñor Fellay declaró en su Carta a los Amigos y Benefactores, de noviembre del 2010. "El camino de Monseñor Lefebvre sigue estando presente. Todo lo que dijo hace treinta o cuarenta años continúa siendo relevante el día de hoy. Esto nos exige una mayor gratitud a Dios por habernos dado - a nosotros y a toda la Iglesia - un obispo como él. No existe la menor duda de que, si la Iglesia siguiera sus valiosas indicaciones, todo el Cuerpo Místico estaría mejor y saldría muy pronto de esta crisis."