Descanse en paz el cardenal Joachim Meisner, uno de los signatarios de la Dubia

Fuente: District of the USA

El 5 de julio del 2017, el cardenal Joachim Meisner, arzobispo emérito de Colonia, Alemania, murió tranquilamente mientras se encontraba de vacaciones en Bad Füssing.

Durante los últimos años de la Guerra Fría, fue obispo de Berlín. Además fue uno de los cuatro cardenales que en 2016 solicitaron al papa aclaraciones sobre las enseñanzas contenidas en la Exhortación Apostólica Amoris Laetitia.

La vida del cardenal

Joachim Meisner nació en Breslau (ahora Wroclaw, Polonia) el 25 de diciembre de 1933. Durante la Segunda Guerra Mundial su familia huyó de Thüringen. Estudió filosofía y teología en Érfurt y fue ordenado sacerdote en 1962. Realizó un doctorado en teología en Roma en 1969. En 1975 fue consagrado obispo auxiliar de Érfurt, y eligió para su lema episcopal: "Spes nostra firma - nuestra fe permanece firme." El papa Juan Pablo II lo nombró obispo de Berlín en 1980 y lo elevó al rango de cardenal en el consistorio de febrero de 1983. El cardenal Meisner fue nombrado arzobispo de Colonia en 1988 y ocupó el cargo de pastor principal de esa arquidiócesis alemana durante más de 25 años, antes de retirarse en el 2014.

La personalidad de Meisner era contrastante. Sus amistades y conocidos coinciden en que tenía una fe y amor infantiles en Jesucristo y la Santísima Virgen María. Sin embargo, era un acérrimo y elocuente testigo de la fe, a quien le importaba muy poco ser políticamente correcto. Bernhard Luthe, un publicista de Colonia, recopiló algunas de las declaraciones más memorables del cardenal Meisner. Muchas de ellas se encuentran en la detallada reseña de su ministerio episcopal que aparece a continuación.

Integración de la fe y la sociedad

Monseñor Meisner conocía al cardenal Karol Wojtyla y compartía con él un agudo sentido de la independencia de la fe cristiana y la moralidad de la sociedad. "Sin Dios no hay cultura." Se hizo muy amigo del papa Juan Pablo II y, al igual que él, era un valiente defensor de la santidad de la vida humana. "Con la legalización de facto del aborto (en Alemania), hemos llevado a la sociedad hacia un camino que conduce a la inhumanidad y a la barbarie."

En Berlín, Meisner nunca ocultó su desconfianza hacia los comunistas y mantuvo su distancia. "El ateísmo es como una casa sin techo." Como la Iglesia postconciliar en Alemania destinaba grandes cantidades de dinero a organizaciones benéficas internacionales y servicios sociales, el cardenal Meisner nunca dejó de recordar que los sacramentos son la fuente de la vida católica. "El que quiera conocer a Dios debe arrodillarse frente a Él." "La santa Misa lo eclipsa todo y es la luz más potente." "Siempre que salgo del confesionario, estoy más feliz que cuando entré."

En Colonia, los esfuerzos de Meisner llevaron el Congreso Nacional Eucarístico Alemán a su arquidiócesis. Proclamó las enseñanzas tradicionales católicas sobre el matrimonio y la familia, aun cuando se consideraba anticuado o un acto poco ecuménico el hacerlo. "La familia siempre tiene una dimensión religiosa, y nadie debe tocarla; es sagrada... el hombre está hecho a imagen y semejanza de Dios, y la familia se asemeja a la Santísima Trinidad. Esta dimensión teológica es el fundamento de nuestra comprensión cristiana sobre el ser humano y la familia." En el 2005, el cardenal Meisner organizó el Día Nacional de la Juventud en Colonia, así como la visita del papa Benedicto XVI.

Un miembro de la Curia romana

Aun después de su retiro como jefe de la arquidiócesis de Colonia en el 2014, el cardenal Meisner siguió desempeñando distintos cargos en la Curia romana. En septiembre del 2016, junto con los cardenales Walter Brandmüller, Carlo Cafarra y Raymond Burke, presentó formalmente ante el papa Francisco cinco preguntas sobre ciertos pasajes contenidos en Amoris Laetitia relacionados con el divorcio, "las segundas nupcias" y la recepción de la santa comunión. No recibió respuesta a esta carta durante su vida, ni tampoco recibió respuesta a una solicitud posterior para una audiencia con el papa.

Según se dice, el día de su muerte el cardenal Meisner habló por teléfono con el papa emérito Benedicto XVI. Su sucesor, el cardenal Rainer Woelki, declaró que Meisner murió en la mañana del miércoles 5 de julio, mientras se preparaba para celebrar Misa. Estaba sosteniendo su Breviario.

Una vida de servicio a la Iglesia

El papa Francisco envió un telegrama al Cardenal Woelki para expresar sus condolencias, diciendo que el cardenal Meisner "estaba completamente dedicado a proclamar la Buena Nueva" con "una fe profunda y un amor sincero por la Iglesia."

El cardenal Reinhard Marx, presidente de la Conferencia Episcopal de Alemania, recordó al cardenal Meisner como alguien que "comprendía su cargo como un servicio a Dios y a la Iglesia... Su piedad y argumentos teológicos siempre me impresionaron... Sus experiencias en la República Democrática Alemana (Alemania del este) lo convirtieron en un intrépido defensor de la fe." El cardenal Marx también señaló que después de la reunificación de Alemania, Meisner trabajó para unificar la Iglesia en Alemania.

El cardenal Burke recordó a su hermano prelado fallecido con estas palabras: "Su gran amor por Cristo y su Cuerpo Místico, la Iglesia, me ha inspirado profundamente. No escatimó esfuerzos para demostrar ese amor clara y valientemente en la práctica. Que Dios le conceda la recompensa del siervo bueno y fiel."

A pesar de sus inclinaciones conservadoras, el fallecido cardenal, no veía la Tradición con buenos ojos y no tenía una postura favorable hacia Summorum Pontificum. Además, también se mostraba crítico hacia las actividades de la FSSPX, particularmente dentro de su diócesis. Aun así, Meisner siempre mantuvo un inquebrantable enfoque conservador hacia las enseñanzas morales de la Iglesia, a pesar de las críticas provenientes de sus compañeros prelados alemanes.¡Que la defensa pública y valiente de la familia y la moral en estos tiempos tan atribulados le obtengan un juicio misericordioso al cardenal Meisner!