El Adviento según San Bernardo (19)

Fuente: FSSPX Actualidad

Jesús entre los doctores

La eficacia de esta segunda venida consiste en que por lo mismo que somos imagen del hombre terreno, seremos imagen del hombre celestial (1 Co. 15, 49).

Y como el viejo Adán invadió al hombre entero y dominó a la totalidad de la persona humana, del mismo modo Cristo quiere recuperarlo todo, la totalidad de la persona que ha creado, que ha rescatado y que glorificará. Por eso salvó a la humanidad en sábado.

Convivimos por algún tiempo con el hombre viejo. Aquel depravado estaba en nosotros, en nuestras manos, en nuestra boca e incluso en el corazón. Estaba en nuestras manos de dos maneras: al consagrarlas al crimen y a las acciones vergonzosas; en nuestra boca, por las arrogancias y el vituperio. Estaba en el corazón: por los bajos deseos de la carne y el amor a la gloria temporal.

Pero ahora existe en él una humanidad nueva; lo viejo ya ha pasado; se alza la inocencia contra los atentados que se perpetran con las manos; la continencia se alza frente a las desvergüenzas. En tus labios, la palabra de confesión se enfrenta a la arrogancia. La palabra de edificación se alza contra el vituperio para que se aleje todo lo viejo de nuestra vida. Y, en el corazón, la caridad sale al paso de los bajos deseos, mientras la humildad se opone al amor de la gloria temporal y la dominación.

Jesús entre los doctores

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Título: Jesús entre los doctores

Fecha: Primera mitad del siglo XVII