El arzobispo de Johannesburgo confía en la transmisión de la fe

Fuente: FSSPX Actualidad

Monseñor Buti Joseph Tlhagale

Centrarse en el catecismo para adultos a fin de combatir la influencia de los cultos paganos ancestrales en Sudáfrica: este es el plan del arzobispo de Johannesburgo para ayudar a una juventud cada vez más amenazada.

Sudáfrica es un país de 51.7 millones de habitantes. De estos, el 73.2% son protestantes, el 7.4% católicos, el 1.7% musulmanes y el 14.9% dicen ser "agnósticos".

Monseñor Buti Tlhagale es arzobispo de Johannesburgo, cargo que ocupa desde 2007, cuando fue nombrado por el Papa Benedicto XVI.

Este Oblato de María Inmaculada (OMI) habló a un grupo de misioneros durante una entrevista retransmitida por la agencia Fides, el 20 de septiembre de 2021, sobre los males por los que atraviesa su país, que tristemente tiene un índice de delincuencia especialmente alto en África.

El primer proyecto se refiere a los jóvenes, cuyas condiciones de vida y estado moral son deplorables: privados de trabajo, "los jóvenes duermen en la calle, pierden su dignidad, mendigan comida, y por tanto no hay que sorprenderse de su comportamiento anormal", explicó el arzobispo.

Por tanto, el prelado reflexiona sobre el papel de los laicos en la sociedad sudafricana: ¿están lo suficientemente "impulsados por la fe para tratar de transformar nuestra sociedad y responder así a las expectativas de la población?", se pregunta, dubitativo.

Para Monseñor Tlhagale, la transmisión de la fe es el núcleo del problema, en una sociedad aún marcada por la religión pagana ancestral: "la religión ancestral se mezcla con la fe cristiana incluso entre los católicos, incluidos algunos sacerdotes y religiosas", lamentó el prelado.

¿El remedio? Monseñor Tlhagale lo encuentra en la formación doctrinal: "poner más énfasis en el catecismo para adultos, que es casi inexistente, porque después del sacramento de la confirmación, los fieles dejan de estudiar y profundizar en las enseñanzas de la Iglesia", señaló

Palabras con sentido común, en un momento en que el programa sinodal en la Iglesia quisiera que la "pastoral" (mal entendida) prevalezca sobre la doctrina. Si consigue librarse de sus propias dificultades, la juventud de África, sin duda, tendrá mucho que aportar a una Europa secularizada, que pierde su identidad cristiana.