El cardenal Sarah defiende enérgicamente la misa tradicional

Fuente: FSSPX Actualidad

El cardenal Robert Sarah durante su discurso

Durante un evento organizado por La Nuova Bussola Quotidiana y La Bussola Mensile el lunes 20 de enero de 2025 en el Teatro Guanella de Milán, el cardenal Robert Sarah presentó su último libro Dio esiste? Il grido dell'uomo che chiede salvezza (¿Dios existe? El grito del hombre que pide la salvación) publicado por Cantagalli.

El cardenal guineano, que cumplirá 80 años en junio, presentó sus reflexiones sobre la existencia y la presencia de Dios, y su relación con los retos actuales a los que se enfrentan la Iglesia y la sociedad. Analizó en profundidad temas esenciales de la fe cristiana, como la liturgia, la adoración eucarística y la defensa de la Tradición.

Defensa de la misa tradicional

El antiguo prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos defendió enérgicamente la misa tradicional, calificada como un pilar de la tradición litúrgica de la Iglesia. Incluso afirmó que es un "insulto a la historia de la Iglesia y a la Santa Tradición" cualquier intento de suprimir este rito, cuya riqueza espiritual ha sostenido la fe de generaciones de creyentes durante 1600 años.

Aludiendo sin duda a los rumores -bien fundados- de esta supresión, añadió: "Este proyecto, si es real, parece un intento de ruptura con la Iglesia de Cristo, de los apóstoles y de los santos", recordando a todos los santos que la han celebrado. El cardenal subrayó que esta liturgia no es solo un patrimonio histórico, sino también un medio vital para la santificación del pueblo de Dios.

Continuó diciendo que lo que fue considerado sagrado por las generaciones anteriores debe seguir siéndolo para la Iglesia de hoy. También subrayó que la autoridad del Papa está al servicio de la Sagrada Tradición y afirmó que "no es un monarca absoluto", sino un guardián de la fe transmitida por la Iglesia a lo largo de los siglos.

La necesidad de la adoración

El cardenal Sarah subrayó también la necesidad de redescubrir el sentido de la adoración y del asombro ante el misterio de Dios. Señaló que la pérdida del valor religioso del acto de arrodillarse y adorar a Dios ha provocado profundas crisis en la Iglesia y en el mundo. "El mundo se muere porque le faltan adoradores", afirmó.

En esta línea, subrayó que la Santa Misa no debe convertirse en un acontecimiento social o cultural, sino que debe conservar su carácter sagrado como memoria viva de la muerte y resurrección de Cristo. El cardenal Sarah insistió en que la Eucaristía es "el sacramento más vital, la vida de nuestra vida y el don más precioso que hemos heredado".

El relativismo y la fe

Al abordar la crisis del mundo moderno, el alto prelado la describió como la consecuencia de una "dictadura del relativismo". El cardenal Sarah advirtió que este fenómeno está desarraigando a la sociedad de los valores fundamentales, promoviendo un individualismo que deja al ser humano a merced de sus deseos y alejado de la verdad objetiva de Cristo.

También denunció el progreso de un "nuevo paganismo" que ha desacralizado la vida humana y las relaciones entre las personas. Se mostró especialmente crítico con las ideologías globalistas promovidas por instituciones como las Naciones Unidas, que tratan de imponer programas deshumanizadores.

Finalmente, el cardenal subrayó que la Iglesia debe defender la vida y la dignidad de todo ser humano, especialmente de los más vulnerables, como los niños por nacer, los ancianos, los discapacitados y los que se sienten abandonados. Concluyó pidiendo a los católicos que se resistan a quienes pretenden redefinir la naturaleza humana y que reconozcan la identidad masculina y femenina como un don de Dios.