El caso Charlie Gard: el ataque a los derechos parentales

Charlie con sus papás, Connie y Chris. Imagen: Featureworld
El caso Charlie Gard es un caso simbólico por la defensa de la vida frente a la ideología moderna, donde se ha usado y abusado de la ley natural, la ley positiva, y los intereses financieros.
Lo que sabemos hasta ahora del trágico caso
Charlie sufre de un padecimiento genético excepcionalmente raro llamado síndrome de depleción del ADN mitocondrial (MDDS, por sus siglas en inglés). Aunque al momento de nacer estaba completamente sano, su salud comenzó a deteriorarse rápidamente. Actualmente, Charlie tiene daño cerebral severo, el cual es considerado irreversible. No puede tragar, abrir los ojos, escuchar ni mover sus brazos o piernas por sí solo. Asimismo, necesita ayuda para respirar, razón por la cual requiere de un ventilador. La enfermedad también ha afectado el corazón, hígado y riñones de Charlie, y no se sabe a ciencia cierta si puede sentir dolor. Charlie ya fue bautizado.
Los padres de Charlie, Connie Yates y Chris Gard, de Bedfont, al oeste de Londres, quieren que Charlie reciba un tratamiento experimental llamado terapia nucleósida. Un hospital en Estados Unidos ofreció dicho tratamiento a Charlie, y sus padres ya han recaudado los fondos suficientes para llevarlo a cabo.
Pero los doctores del hospital donde Charlie está internado, el Great Ormond Street Hospital (GOSH) no están de acuerdo con este tratamiento. Afirman haber explorado distintas opciones de tratamientos, entre ellas la terapia nucleósida con medicamentos, y que ninguno mejoraría la calidad de vida. Opinan que el respirador artificial de Charlie debería desconectarse y permitir que muera con dignidad.
La batalla legal
El GOSH solicitó al Tribunal Supremo que los jueces decidan el futuro de Charlie Gard. El Tribunal Supremo concidió con los doctores del GOSH. Por ello, los padres de Charlie apelaron la decisión, pero la Corte de Apelaciones (25 de mayo) y la Suprema Corte (8 de junio) dictaminó que la decisión original debe respetarse y que lo más conveniente para Charlie es dejarlo morir con dignidad. El 27 de junio del 2017, los jueces de la Corte Europea de Derechos Humanos se negaron a intervenir. Luego de la sentencia, Yates y Gard acusaron al hospital de haberles negado el permiso para llevar a Charlie de regreso a su casa para morir.
Hasta el momento, dos hospitales internacionales y sus investigadores se han puesto en contacto con el GOSH para proporcionar más información sobre la terapia nucleósida - medicamentos diseñados para el tratamiento del MDDS.
Mientras tanto, el 3 de julio, el Papa y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ofrecieron intervenir y apoyar la petición de los padres de Charlie.
La ley natural y los derechos parentales
Debido a que la familia es una institución natural y divina, los padres son los primeros educadores y los encargados de tomar las decisiones para sus hijos. Es su derecho proteger y cuidar la vida que procrearon.
Las autoridades civiles, tanto nacionales como internacionales, tienen el derecho y obligación de emplear sus propios organismos y medios para preservar, defender y potenciar los bienes de la familia ayudándola positivamente, especialmente apoyando y educando a los niños, según los requerimientos del bien común (cf. papa Pío XI, Divini Illius Magistri).
En el caso de Charlie, el GOSH y los tribunales ingleses ignoraron y privaron injustamente a los padres de Charlie de sus derechos naturales:
- Decidir sobre el cuidado de su hijo;
- Decidir que muera en su casa;
- Emplear medios extraordinarios para tratar de conservar su vida.

El cardenal Elio Sgreccia, quien defendió la postura tradicional de la Iglesia respecto a este tema.
Medios ordinarios contra medios extraordinarios
El Quinto Mandamiento, "No matarás", nos ordena conservar la vida, aunque no nos obliga a emplear medios extraordinarios para mantener vivo artificialmente un cuerpo que, debido a daños irreversibles, no puede continuar viviendo con medios naturales únicamente. El objetivo de nuestra existencia no es preservar nuestra vida terrenal a toda costa, sino llegar a Dios.
La dificultad radica en determinar cuáles son los medios extraordinarios en cada caso.
Pío XII afirmó claramente que un respirador aritificial para un paciente agonizante puede ser considerado un medio extraordinario. Desafortunadamente, los teólogos y moralistas modernos han distorsionado la doctrina de la Iglesia en este tema, confundiendo así a los fieles.
Paglia y la Academia Pontificia para la Vida
El 29 de junio del 2017, el arzobispo Vincenzo Paglia, presidente de la Academia Pontificia para la Vida publicó la siguiente declaración:
Debemos hacer todo lo posible para mejorar la salud del paciente, pero también debemos aceptar los límites de la medicina y, tal y como está estipulado en el párrafo 65 de la Encíclica Evangelium Vitae, evitar el ensañamiento terapéutico, es decir, ciertas intervenciones médicas ya no adecuadas a la situación real del enfermo, por ser desproporcionadas a los resultados que se podrían esperar o, bien, por ser demasiado gravosas para él o su familia.
Sin embargo, en Evangelium Vitae, el papa Juan Pablo II expresó la enseñanza tradicional de la Iglesia sobre el uso de medios extraordinarios para preservar la vida. A diferencia de Paglia, Juan Pablo II no declaró una obligación positiva el evitar los tratamientos extraordinarios. Es lícito evitar los medios extraordinarios, se pueden rechazar "en conciencia", pero no se está obligado a rechazarlos. He aquí la palabras de Juan Pablo II al respecto:
La eutanasia debe distinguirse del llamado « ensañamiento terapéutico », o sea, ciertas intervenciones médicas ya no adecuadas a la situación real del enfermo, por ser desproporcionadas a los resultados que se podrían esperar o, bien, por ser demasiado gravosas para él o su familia. En estas situaciones, cuando la muerte se prevé inminente e inevitable, se puede en conciencia renunciar a unos tratamientos que procurarían únicamente una prolongación precaria y penosa de la existencia, sin interrumpir sin embargo las curas normales debidas al enfermo en casos similares.
Las ideologías detrás del caso
El cardenal italiano Elio Sgreccia, ex presidente de la Academia Pontificia para la Vida, defendió enérgicamente la postura tradicional de la Iglesia. El lunes 3 de julio del 2017, ofreció en el diario italiano La Stampa "10 Puntos Críticos" para ser examinados.
Le recuerda a los fieles en particular que los enfermos terminales tienen el derecho a ser atendidos. El derecho a la dignidad es aplicable también a los recién nacidos, independientemente de su estado de salud. Esta dignidad particular incluye el derecho al cuidado y la atención. La alimentación e hidratación no son terapias; por lo tanto, no pueden ser negadas. Los doctores y los pacientes (en este caso, los papás de Charlie como sus representantes) deben estar activamente involucrados en el proceso de decisión, en vez de "sufrir pasivamente la decisión y elecciones de otros". Charlie necesita un enfoque integral y paliativo, sin importar si puede o no recuperarse.
En lo relativo al control del dolor, lo más conveniente para Charlie es que siga recibiendo tratamiento. Finalmente, el cardenal Sgreccia condena la conceptualización de la administración eficaz de los recursos sanitarios, pues esto genera una cultura de lo desechable descontrolada, es decir, un paradigma cultural que suele no reconocer la dignidad de ciertos seres humanos debido a sus padecimientos médicos con los cuales tienen que vivir. La oscura ironía es que la mayoría de los que defienden la eutanasia en nombre de la autonomía humana, niegan la autonomía en la toma de decisiones de aquellos que desean emplear medios extraordinarios para preservar sus vidas o las vidas de aquellos que han sido confiados a su cuidado.
En este caso tan real y trágico, la familia de Charlie necesita nuestras oraciones. No podemos elogiar lo suficiente a estos valientes padres, quienes defienden los derechos parentales y el bien de su ser amado. En la guerra moderna contra la familia, ésta es una batalla muy importante. Estos padres, como procreadores naturales y defensores proporcionados por Dios para su hijo, se resisten a decidir sobre la vida en nombre de una ley positiva y una ideología moderna. Merecen toda nuestra admiración, apoyo y oraciones.
Distrito de Estados Unidos, FSSPX - julio, 17, 2017