El caso Vincent Lambert: el otro nombre de la eutanasia (1)
El viernes 31 de mayo de 2019, en la fiesta del Reinado de María, el gobierno francés presentó una apelación contra la decisión del Tribunal de Apelaciones de París que ordenó la reanudación de alimentos e hidratación para Vincent Lambert, luego de que se suspendieran esa misma mañana.
Este ensañamiento en querer matar a un paciente es realmente una eutanasia bajo otro nombre. Este asunto es una oportunidad para demostrar la incoherencia de la ley francesa, pero especialmente para establecer los principios que aclaran todo sobre esta cuestión.
En un asunto que puede considerarse moral, aunque las mentes modernas difícilmente aprecian esta palabra, se deben examinar varios aspectos: el punto de vista médico, que no puede ignorarse, el punto de vista "ético", el punto de vista legal, y finalmente, las enseñanzas de la Iglesia. Un católico no puede separar estos elementos. Trataremos aquí el aspecto médico, y en otros artículos abordaremos los otros aspectos.
El aspecto médico
No se puede adoptar una actitud práctica sin el conocimiento del material que se va a considerar. Una elección moral debe basarse en elementos que sean lo más sólidos posible, pero que, en la mayoría de los casos, permanecen imperfectos y susceptibles al cambio. En este caso, se trata de nuestro conocimiento de los llamados estados "mínimos" de conciencia.
El estado de coma
Durante décadas, el término "coma" parecía completamente satisfactorio para describir la desaparición de la conciencia. La definición actual, "ausencia general de conciencia, percepción y sensibilidad", describe un estado cuya profundidad se medía en cuatro etapas.
Etapa 1, coma vigil, en el que el paciente responde adecuadamente a diversos estímulos, sonidos o dolor.
Etapa 2, coma ligero, en el que las reacciones han desaparecido en mayor o menor medida, incluso con respecto a la estimulación dolorosa, o permanecen inconsistentes.
Etapa 3, coma profundo o no reactivo, se revela por movimientos anormales a la estimulación y trastornos neuro-vegetativos (aceleración o desaceleración del corazón, pupilas anormales, cambios en la temperatura corporal, sudoración o sequedad de la piel, etc.).
Etapa 4, coma sin respuesta, que equivale a la muerte cerebral.
Pero esta clasificación, aunque sigue siendo útil, ahora ha quedado obsoleta.
Cambios en la conciencia
Con los avances médicos, especialmente en el área de la reanimación, algunos pacientes se encuentran en una situación llamada "coma a largo plazo", que luego se transforma en un "estado vegetativo crónico" (CVS). De hecho, no es un estado de coma, como ya lo demostraron estudios posteriores. Porque estos pacientes tienen fases de vigilia y de sueño, y no han perdido la conciencia, una pérdida que caracteriza al coma.
Sin embargo, la percepción no es conciencia, sino únicamente una condición necesaria. Los estados de cambios crónicos de conciencia en personas alertas son, por lo tanto, estados de vigilia sin una comunicación voluntaria claramente detectable.
Estas personas están despiertas: abren o cierran los ojos, pero muestran poca o ninguna señal de autoconciencia o conciencia de aquello que las rodea.
Desviémonos un poco del tema: es necesario distinguir estos estados del "Síndrome de Enclaustramiento" (LIS, por sus siglas en inglés) en el que se conservan la percepción, la conciencia y el conocimiento, pero se asocian con una parálisis completa o casi completa que a veces puede mejorar, dependiendo la causa. El libro El Llanto de la Mariposa (1997) fue "escrito" por un paciente en este estado. Una Lágrima Me Salvó (2013), describe un caso regresivo. Fin de la desviación.
Se han caracterizado dos estados en personas despiertas con alteración de la conciencia, según la profundidad de esta alteración: el estado de vigilia sin respuesta, para evitar el término "vegetativo" considerado irrespetuoso; y el estado de conciencia mínima, o pauci-relacional.
En el primer estado, no hay lenguaje, no hay respuesta adecuada a los estímulos de los sentidos, no hay signos de autoconciencia o del entorno, no hay comprensión del lenguaje.
En el segundo estado, el paciente responderá o dará signos de conciencia, más o menos reproducibles, y a menudo fragmentarios e inconsistentes, según el momento o la situación, y evolucionará ocasionalmente a lo largo del tiempo.
Cabe señalar que la distinción entre estos dos estados no es nada fácil. Según el Comité Consultivo Nacional de Ética (CCNE), algunos estudios han demostrado que el diagnóstico de un estado de vigilia sin respuesta podría estar equivocado en hasta el 40% de los casos.
Un área de evolución constante
Debe agregarse que estas clasificaciones están en constante evolución, gracias al importante trabajo realizado en este campo, particularmente en Bélgica, Francia y Alemania. Así, el Dr. Lionel Naccache, profesor de medicina en el hospital Pitié-Salpêtrière e investigador en neurociencia cognitiva en el Instituto del Cerebro y la Médula Espinal, y autor en 2018 de un artículo muy notable sobre el tema, opina que estos métodos permiten ahora nuevas evaluaciones de todas las personas en estado comatoso de larga duración. Actualmente en Francia, su número se estima en 1,700 pacientes.
Finalmente, los enfoques terapéuticos se siguen multiplicando. Varios equipos han obtenido recientemente resultados que hasta hace poco habrían sido juzgados como inesperados, a menudo por diferentes medios.
Por último, mencionemos el caso de las personas que han recobrado la conciencia después de pasar un tiempo más o menos considerable en un estado vegetativo. He aquí algunos ejemplos: En 2019, una emiratí, lesionada en un accidente de tráfico en 1991, recobró la conciencia después de pasar 17 años en un estado de conciencia mínima. En 2017, el Hospital Universitario de Lyon logró llevar a un hombre, que vivió durante 15 años en un estado de vigilia sin respuesta, a un estado de conciencia mínima a través de una especie de "marcapasos cerebral". Y en 2007, un polaco que había vivido en el llamado estado "vegetativo" durante 19 años, recobró la conciencia por completo: "Me quedé dormido bajo el régimen del General Jaruzelski y ¡desperté bajo un régimen de derecha!" Es cierto que estos casos bastante raros no deben dar pie a una generalización, pero aun así brindan gran esperanza.
El CCNE, contra el cual se pueden hacer muchas críticas, hizo una declaración muy precisa en el informe mencionado anteriormente: "La ausencia de una prueba detectable de conciencia no constituye una prueba de la ausencia de conciencia".
Conclusión
Se debe enfatizar un problema médico muy importante: la atención y el tratamiento que requieren las personas en este estado son simples. No requieren ninguna terapia intravenosa o tratamiento especial (es decir, aparte de una enfermedad adicional como la diabetes) o un respirador. Básicamente necesitan recibir comida y bebida, terapia física para evitar la rigidez de los músculos y articulaciones, y cuidados de enfermería para evitar complicaciones relacionadas con una posición estática (especialmente llagas por presión).
Por lo tanto, es más que seguro, y ese es el problema fundamental aquí, que estas personas no se encuentran al final de su vida, ni están sujetas a tratamientos intensivos por un tiempo indefinido, ni siquiera a cuidados paliativos de acuerdo con la definición médica del término.
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Fuente: FSSPX - FSSPX.Actualités – 06/03/2019