El Papa formula algunas precisiones para el Sínodo

Fuente: FSSPX Actualidad

A su regreso de Mongolia, el Papa ha intentado desmentir varias controversias, en particular la relativa al Sínodo. Porque la tensión está aumentando en todo el mundo y las preocupaciones se vuelven apremiantes, con reacciones de desconfianza y advertencias por parte de los pastores.

Jean-Marie Guénois, en la edición del 13 de agosto de Le Figaro, resumió las dudas de muchos católicos de Francia y de otros lugares: "la Iglesia vive en la confusión ante las directrices que el Papa pretende imponer desde su regreso a la institución. El dulce consuelo veraniego de Lisboa podría convertirse en una verdadera conmoción otoñal", escribió el columnista religioso.

Y añade: "Esta asamblea (sinodal) reunirá a trescientos obispos y expertos laicos en el Vaticano en dos sesiones, previstas para octubre próximo y un año después. El 7 de julio, el Vaticano dio a conocer la lista decisiva de los participantes en este Sínodo, elegidos, en su mayoría, por ser favorables a la reforma.

"Entre ellos, Francisco nombró, por ejemplo, a James Martin, un jesuita estadounidense, líder en la defensa de la causa LGBT. Este religioso es un símbolo. También es sumamente eficaz y no permanecerá inerte durante la asamblea para hacer avanzar el tema de la bendición de las parejas homosexuales, una de las reformas solicitadas públicamente por este Sínodo".

Durante el vuelo de regreso desde Mongolia, Cindy Wooden, periodista de Catholic News Service (CNS), portal de noticias dependiente de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, dio al Papa Francisco la oportunidad de abordar el tema del funcionamiento de la próxima asamblea de otoño que se celebrará a puerta cerrada y de la acusación de "falta de transparencia".

"Todo está muy abierto", respondió el Santo Padre, antes de añadir que "una comisión presidida por Ruffini ofrecerá novedades todos los días. (…) Esta comisión será muy respetuosa con las intervenciones de todos, e intentará describir con precisión las etapas del progreso sinodal".

El Papa también explicó que se tomarán las medidas necesarios para "allanar" la comunicación: "Si usted quiere, si alguien quiere que la información dada sea del tipo: 'esta persona se llevó a esta otra para esto o aquello', entonces no. Eso es solo charla política.. (…) Un Sínodo no es un parlamento. No olvidemos que el protagonista del Sínodo es el Espíritu Santo".

Cuando se le preguntó sobre el prólogo firmado por el cardenal Raymond Burke que compara el Sínodo con la apertura de la "caja de Pandora", el Papa respondió con una anécdota reveladora. "Hace unos meses, llamé por teléfono a una monja carmelita. '¿Cómo están las hermanas, Madre?' Y la priora me dijo al final: 'Santidad, tenemos miedo del Sínodo'. 'Ah, pero ¿qué pasa?', le dije en tono de broma, '¿quizá quiera enviar una religiosa al Sínodo?'

"'No, tenemos miedo de cambiar de doctrina’, me respondió. Como puede ver: siempre es la misma idea... Si nos remontamos a la raíz de esta idea, se encontrará con una ideología. (…) Algunos defienden una supuesta 'doctrina' que se parece más al agua destilada: no tiene ningún sabor y no es la verdadera doctrina católica que está en el Credo".

Se trata de la ya conocida reflexión del Papa que caracteriza de manera negativa cualquier crítica a su precipitada carrera, con denominaciones como: "retrógrado", "rígido", "ideología", sin olvidar la llave maestra del "clericalismo".

Este episodio demuestra que las numerosas críticas, episcopales o cardenalicias, al Sínodo han dado en el blanco logrando un amplio eco entre el pueblo cristiano. Y también del lado de Santa Marta. Francisco también intentó una justificación final: "Me gustaría aprovechar esta oportunidad para subrayar que el Sínodo no es una invención mía sino de San Pablo VI". Solo que se olvidó de especificar cuánto trabajó para modificar la estructura inicial despojándola completamente de toda forma.