El Papa Francisco considera las "grandes religiones" como el corazón de la humanidad

Fuente: FSSPX Actualidad

El Papa Francisco ante el Consejo Musulmán de Ancianos de Bahréin

El Papa Francisco viajó al Reino de Bahrein, en el Golfo Pérsico, del 3 al 6 de noviembre de 2022, para asistir a un foro de diálogo titulado: "Oriente y Occidente por la Coexistencia Humana".

El Papa respondió así a la invitación de las autoridades civiles y religiosas, el rey Hamad de Bahrein y el Consejo de Ancianos Musulmanes.

Francisco pronunció un discurso ante este Consejo, en la mezquita del Palacio Real de Sakhir, en Awali, el viernes 4 de noviembre de 2022. Primero fue recibido por el gran imán de Al-Azhar, Ahmad Al-Tayyeb, con quien firmó, el 4 de febrero de 2019, en Abu Dabi, el Documento sobre la Fraternidad Humana por la Paz Mundial y la Convivencia Común.

En su intervención, el Papa pronunció unas palabras que aparecen como una negación de la Realeza de Nuestro Señor Jesucristo. He aquí el texto: "Frente a una humanidad cada vez más herida y desgarrada que, bajo la globalización, respira con dificultad y miedo, las grandes religiones están llamadas a ser el corazón que une a los miembros del cuerpo, el alma que da esperanza y vida a las más altas aspiraciones".

Cabe señalar que el texto en francés, publicado por el sitio de la Santa Sede, está incompleto, pero los demás idiomas presentan el texto completo mencionado arriba.

Hay un solo Señor de la humanidad y un solo Rey que une a los miembros de su cuerpo místico; un solo Espíritu que es el alma de este cuerpo; y un solo Dios, Jesucristo, que puede "dar esperanza a las aspiraciones más altas": la salvación y la visión eterna de Dios que colmará y superará los deseos más altos que se puedan concebir.

Y todos los hombres están llamados a formar parte del Cuerpo Místico de Cristo por la gracia de Dios. Ninguna otra "religión" puede dar "esperanza" o "vida a las más altas aspiraciones" del hombre.

Ninguna de ellas puede ser un "corazón que une a los miembros", más que por una mera asociación humana, completamente incapaz de efectuar esta maravillosa unión entre sus miembros por la gracia.

Ninguna de ellas fue fundada por Dios: son fruto de la invención humana, y enseñan doctrinas incompatibles con la Verdad inmutable que es Cristo, el Verbo Eterno de Dios.

¿Cómo entonces estas religiones podrían ser "el corazón que une los miembros del cuerpo"? La concepción que se asoma detrás de estas palabras es siempre la misma: todas las religiones deben constituir una especie de MASDU, o Movimiento de Animación Espiritual de la Democracia Universal, según la fórmula del Padre Georges de Nantes.

Todo esto solo puede conducir a un profundo indiferentismo, a un desinterés de los católicos por su religión, que cada vez más piensan que esta no debe ser más que un calco de la sociedad civil y política, salpicada de una pseudo-caridad con toques de naturalismo.

Usquequo Domine? ¿Hasta cuándo, Señor?