El Papa Francisco y su "magisterio aéreo"

Fuente: FSSPX Actualidad

En el avión de regreso de su viaje apostólico al Lejano Oriente, el Papa Francisco respondió a varias preguntas hechas por los periodistas, aprovechando para hablar sobre el tema de la energía nuclear, las finanzas del Vaticano y la geopolítica global.

La conferencia de prensa papal a 10,000 metros de altitud se ha convertido, a lo largo de los años, en una especie de magisterio aéreo mediante el cual el soberano pontífice aborda los temas actuales más álgidos.

El Papa Francisco reafirmó así su oposición en principio al uso militar de la tecnología nuclear: "El uso de armas nucleares es inmoral -esto debe entrar en el Catecismo de la Iglesia Católica-, y no sólo el uso, sino también el poseer, porque un accidente, a causa de la posesión, o la locura de algún gobernante, la locura de uno puede destruir la humanidad".

Respecto a la energía nuclear civil, el pontífice expresó sus reservas: "El uso de la energía nuclear está muy al límite, porque todavía no hemos alcanzado la seguridad total (...) Esta es una opinión personal; no utilizaría la energía nuclear hasta que no exista una seguridad total en su uso".

Sobre la cuestión de las finanzas del Vaticano y la gestión del Óbolo de San Pedro, el Papa hizo una referencia no explícita a la supuesta compra fraudulenta, por varios cientos de millones de euros, de una propiedad en el centro de Londres: "Luego sucedió lo que sucedió: un escándalo, hicieron cosas que no parecían limpias". Sin negar la seriedad del asunto, Francisco agregó: "Hay capitales que no fueron bien administrados. (...) Es algo feo; no está bien que esto ocurra en el Vaticano. Pero fue aclarado por los mecanismos internos que están empezando a funcionar, que el Papa Benedicto comenzó a concretar".

En lo concerniente a América del Sur, el papa argentino, tal vez debido a su origen, no quiso emitir ningún comentario: "Todavía no he encontrado un análisis bien documentado de la situación en América Latina".

En cuanto a la situación en Hong Kong, el sucesor de Pedro tuvo cuidado de no hablar directamente sobre el régimen de Beijing, responsable de una situación explosiva, descartando el tema: "No sólo es Hong Kong: piensa en Chile, piensa en Francia, la Francia democrática: un año de "chalecos amarillos". (...) Es mejor ver las cosas con perspectiva y llamar al diálogo, a la paz, para que los problemas se puedan resolver". Y finalmente: "Me encantaría ir a Beijing, amo China".

El cardenal Zen declaró recientemente al respecto: "Hasta ahora, el Vaticano no ha dicho nada sobre la crisis de Hong Kong. El Papa Francisco, que habla de tantos temas actuales, que habla contra Estados Unidos, contra la mafia, contra tantas cosas, no ha dicho nada sobre Hong Kong. ¡Nada de nada! No quiere contrariar al gobierno de Beijing. Tiene la esperanza de poder hacer un viaje a China, y bajo la influencia del cardenal Parolin, su secretario de Estado, se muestra demasiado diplomático y político.