El Papa fue duramente atacado en Bélgica tras su partida

Fuente: FSSPX Actualidad

Interior de la Cámara de Representantes belga

Las críticas provinieron del primer ministro, pero también de los diputados, y se extendieron a los médicos. En cuestión: las enérgicas declaraciones del Papa Francisco sobre el aborto, cuya fuerza fue inusitada en el Pontífice, y que estuvieron acompañadas de elogios al difunto rey de los belgas, Balduino, ante cuya tumba rezó, pidiendo la apertura de su proceso de beatificación.

Cuando se le preguntó en el avión que lo trajo de Bélgica el 29 de septiembre de 2024 sobre su homenaje al rey Balduino (1930-1993), el Papa repitió que había sido un hombre valiente. Cabe recordar que, en 1990, para no firmar la ley sobre el aborto aprobada por las cámaras, dimitió durante 36 horas. Lo cual, por cierto, quizás haya sido noble, pero insuficiente...

El Papa dice “lo hizo porque era un santo. Y como era un santo, el proceso de beatificación seguirá adelante”, tomando por sorpresa a los obispos, cita la agencia cath.ch. Por ejemplo, Monseñor Guy Harpigny, obispo de Tournai, dijo que “los obispos nunca han pedido la beatificación del rey Balduino”. El mismo obispo incluso encontró “un poco fuerte” el lenguaje del Papa contra los médicos abortistas.

Sobre el aborto en sí, Francisco recordó que “el aborto es un homicidio”. Ante la tumba del rey, exhortó "a los belgas a recurrir a él en este momento en el que se están elaborando leyes penales", cita Vatican News, que precisa que se trata de leyes que favorecen el aborto-dilaciones de prórroga- y la eutanasia.

En el avión volvió a llamar a los médicos que practican abortos “sicarios”, insistiendo en que “eso no se puede discutir. Están matando una vida humana”, enfatizando que “las mujeres tienen derecho a la vida: su vida y la de sus hijos”.

Las reacciones en Bélgica

Varios diputados, durante la sesión de preguntas al gobierno, "retomaron las declaraciones hechas por Francisco en suelo belga y en el avión que lo llevó de regreso a Roma", sobre el aborto, cita Cathobel. Uno de ellos considera que la comparación entre los médicos abortistas y los asesinos a sueldo fue “totalmente inapropiada en el Día de Acción Global por el Acceso al Aborto Legal y Seguro”.

Otra celebridad denunció la falta de respeto del Papa "hacia la democracia, la profesión médica y la libertad de las mujeres de tomar sus propias decisiones", preguntando al primer ministro si puede garantizar "la separación entre el Estado y las Iglesias". Otra más pidió que se convoque al nuncio para denunciar las palabras del jefe de la Iglesia.

La respuesta del primer ministro era de esperar: "El Papa ha hecho algunas declaraciones que no son aceptables", lamentó según Cathobel. Insistió: “No tenemos lecciones que aprender sobre la forma en que nuestros parlamentarios aprueban democráticamente las leyes”, y agregó que “la época en que la Iglesia dictaba la ley en nuestro país, afortunadamente, quedó muy atrás”.

Luego pidió “respeto” para los médicos, pero también “para las mujeres que deben poder disponer libremente de su cuerpo sin interferencias de la Iglesia”. Finalmente anunció su “invitación al nuncio apostólico para una entrevista”.

Por su parte, Monseñor Harpigny, solo se limitó a decir que el Papa “no tiene que hacer ningún comentario sobre lo que sucede en Bélgica a nivel del Parlamento. Eso no le corresponde”, concluyó. ¿Incluso si el Parlamento votara a favor de la abolición de la Iglesia belga, por ejemplo? De verdad, ¿sin comentarios?

Este episodio nos recuerda que la proclamación de la verdad no está exenta de contradicciones que el discípulo de Jesucristo debe estar dispuesto a afrontar. El mal es siempre el mal, incluso si lo aprueban los parlamentarios, y especialmente cuando lo aprueban los funcionarios electos, porque entonces es como si lo liberaran para que sea cometido por una multitud que no tenía acceso a él. Su responsabilidad es enorme ante Dios. Es una obra de caridad recordárselos.