El Parlamento Europeo exige el reconocimiento de las uniones homosexuales

Mediante una resolución aprobada por 387 votos a favor, 161 en contra y 123 abstenciones, los diputados consideran que ha habido "retrocesos" en la protección de los derechos obtenidos por las personas LGTBIQ en los últimos años y denuncian "la retórica hostil de los funcionarios electos, así como olas de violencia homofóbica y transfóbica".

La resolución destaca la necesidad de que los matrimonios o uniones civiles formalizados en un estado miembro sean reconocidos en otros países de la UE para que disfruten del mismo trato que las parejas heterosexuales.

En este sentido, los eurodiputados recuerdan que el Tribunal de Justicia de la UE dictaminó en 2018 que la palabra "cónyuge" tal como aparece en la directiva sobre libre circulación también se aplica a las parejas del mismo sexo y piden que se tomen medidas contra Rumania por no haber cumplido con este criterio. 

Además, instan a todos los estados miembros a reconocer, para efectos legales, a los adultos cuyo nombre aparece en un certificado de nacimiento emitido en otro estado miembro como los padres legales de un niño, independientemente del sexo legal o estado civil, para evitar convertir a estos niños en apátridas cuando se trasladan a otro país de la UE.

Por lo tanto, el lobby LGBT quiere obligar a los estados soberanos a adoptar la política de un estado vecino en un asunto en el que su libertad es completa. Se trata de un totalitarismo de pensamiento que no permite ninguna divergencia con la ideología dominante.

El colectivo LGTBI denuncia que las familias "arcoíris" suelen ser discriminadas cuando viajan por la UE, ya sea por turismo o para desplazarse, porque los derechos reconocidos por el estado miembro donde legalizaron su unión son ignorados en otros países de la UE.

Los eurodiputados están especialmente preocupados por la situación en países como Polonia y Hungría, que ya han sido procesados ​​por la Comisión Europea por haber designado "zonas libres" de LGTBIQ o por haber aprobado legislaciones para prevenir la corrupción moral de menores, en contra de la opinión de la mayoría del Parlamento Europeo.

Los eurodiputados piden a Bruselas que mantenga la presión y utilice todos los instrumentos a su alcance contra Hungría y Polonia, no solo mediante procedimientos de infracción, sino también mediante medidas provisionales o la congelación de fondos.

Esta resolución tiene, por el momento, solo valor político. No es legalmente vinculante.

Pero muestra la debilidad congénita de Europa tal como funciona hoy: la libre circulación concierne esencialmente al mal moral en todas sus formas actuales. Bajo el pretexto de la libertad, es la perversión la que forzará las puertas de todos los estados miembros.