El Patriarcado católico caldeo (2)

Fuente: FSSPX Actualidad

Este artículo presenta la catedral de Sayidat al Najatte​ (Nuestra Señora de la Salvación o Nuestra Señora del Perpetuo Socorro) en Bagdad. ¿Por qué dedicar un artículo a esta catedral como parte de esta serie sobre los patriarcados católicos? Esto se debe a su destino particular y a las circunstancias que rodearon su destrucción parcial. El artículo fue tomado de Mesopotamia Héritage.

La primitiva iglesia de Sayidat al Najatte fue construida en 1952: entonces era una modesta sala de culto, que precedió a la construcción de la catedral en 1968, después de 3 años de obras. El 31 de octubre de 2010, un ataque de un comando del Estado Islámico de Irak conformado por 5 terroristas perpetró allí una matanza que dejó 47 muertos.

Breve reseña histórica

La presencia católica siria (caldea) en Bagdad ha existido desde el siglo XIX, pero la comunidad católica siria de Bagdad se formó principalmente a principios del siglo XX, después de los abusos genocidas y masacres de cristianos, armenios y asirio-caldeos, perpetrados por el Imperio Otomano en 1915-1917.

Por otra parte, un grupo de católicos siríacos instalados en el norte de Irak, en la provincia de Nínive y en el actual Kurdistán iraquí, abandonaron estas zonas rurales y se dirigieron hacia Bagdad, atraídos por la urbanización y el desarrollo económico.

Fue en 1942 cuando se fundó la primera parroquia para católicos sirios en Bagdad, en el antiguo distrito cristiano de Aqued el Nassara. El obispo de Mosul celebraba allí de vez en cuando. No fue hasta 1952 que se instaló allí un obispo siro-católico titular, respondiendo así al crecimiento demográfico de esta comunidad confesional. 

Además de la iglesia catedral de Sayidat al Najatte construida en 1968, en el mismo período se construyó otra iglesia caldea, la de San José, en el distrito de Mansur, seguida en 1982 por la iglesia de Mar Behnam. En total, la comunidad siro-católica cuenta con cuatro iglesias, incluida una inusual, la de Aqued al Nassara.

La construcción de una catedral

La construcción de la catedral de Sayidat al Najatte se hizo imprescindible porque un gran número de familias cristianas, entre ellas siro-católicas, se trasladaron del antiguo y densamente poblado centro de la ciudad de Bagdad al nuevo, moderno y atractivo distrito de Karadah, que poco a poco se convirtió en el centro de gravedad de la vida comunitaria caldea.

Dedicada a la Virgen María, Madre de Jesucristo, la iglesia catedral de Sayidat al Najatte fue consagrada el 17 de marzo de 1968 por Monseñor Youhanna Bakosse, obispo siro-católico de Bagdad, en presencia de obispos de todas las comunidades cristianas de la capital iraquí.

El arquitecto fue un polaco llamado Kafka. A primera vista se puede adivinar inmediatamente la intención del arquitecto. Esta catedral se asemeja a un barco, cuya cruz constituye el mástil que sostiene una vela en forma de arco. El simbolismo evangélico es evidente: la catedral es como una barca que transporta a sus fieles, como la barca donde estaba Jesús en compañía de sus discípulos.

31 de octubre de 2010: una catástrofe

El 31 de octubre de 2010 se cometió un terrible atentado en la catedral de Sayidat al Najatte. Un comando del Estado Islámico de Irak, compuesto por entre 5 y 15 terroristas, perpetró una matanza que dejó 47 muertos (niños, mujeres y hombres, entre ellos dos sacerdotes, Thaïr Abdalla y Wassim Sabieh) y decenas de heridos. Los cuerpos despedazados cubrían el suelo. Las paredes estaban llenas de agujeros de bala y rastros de explosiones.

Testigo de esta masacre, Monseñor Pío Cacha, vicario episcopal de los católicos sirios de Bagdad, fue uno de los primeros en entrar en la catedral tras la intervención de las fuerzas antiterroristas. Fotografió uno a uno los 47 cuerpos que yacían sin vida en la iglesia.

Este ataque generó conciencia en todo el mundo sobre los abusos, amenazas y persecuciones infligidas a los cristianos en Irak por grupos mafiosos islámicos.

Una restauración depurada de todo estigma

Desde entonces, la catedral de Sayidat al Najatte ha sido restaurada e incluso embellecida en un intento de superar las huellas del crimen. Superar no significa olvidar, ya que se erigió un monumento en una sala contigua a la catedral, donde se pueden ver en particular los objetos de culto manchados, así como algunos recuerdos de los Padres Thaïr Abdalla y Wassim Sabieh.

En efecto, la iglesia parece nueva. Su restauración, decidida por el arzobispo de Bagdad, Mathieu Shaba Matoka, fue confiada al arquitecto Zeyad. La obra fue realizada por Monseñor Mar Ephrem Yousif Mansoor Abba, nombrado arzobispo de Bagdad en marzo de 2011. La inauguración tuvo lugar el 14 de diciembre de 2012, en presencia de casi todos los patriarcas cristianos orientales.

Todos los pilares y las paredes interiores están cubiertos por paneles de madera. Los nombres de los mártires fueron grabados en la madera que rodea toda la nave. La luz natural que pasa a través de filtros multicolores sugiere una atmósfera radiante. Grandes candelabros ceremoniales llenan el espacio visual y le dan magnificencia.

El único signo del ataque, en el suelo, es una línea de mármol rojo que parte del pie del altar, cruza la nave y termina al pie de las escaleras de la catedral, para simbolizar la sangre derramada.

Los elementos del análisis demográfico

Antes del atentado del 31 de octubre de 2010, la inseguridad ya era muy alta. La catedral de Sayidat al Najatte era frecuentada por 5,000 familias, Mar Behnam por 7,000 familias, y San José por 2,000 familias. Esto representaba aproximadamente 14,000 familias caldeas en Bagdad.

Desde el ataque, el desangramiento demográfico ha sido incesante. En 2018, no había más de 1,000 familias en estas tres iglesias de la comunidad católica caldea en Bagdad.

Este exilio continúa de forma inexorable porque el miedo persiste. El ataque en Sayidat al Najatte es un trauma no resuelto, tanto más agudo cuanto que semejante catástrofe parecía inimaginable.