El Patriarcado greco-melquita de Antioquía (2)

El Patriarcado greco-católico melquita en Damasco
El Patriarcado greco-melquita católico, cuya historia vimos en el primer artículo, tiene entre los Patriarcados católicos la particularidad de no limitarse a un solo país, sino que se extiende por todo el Levante. También cuenta con varias diócesis en la diáspora repartidas por otros continentes, excepto África.
Nota: los obispos están a la cabeza de una eparquía (diócesis) y los arzobispos están a la cabeza de una metrópoli (arquidiócesis) y llevan el título de metropolitano.
El Patriarcado tiene tres sedes: la sede principal en Damasco, que corresponde al título de Patriarcado de Antioquía, otra sede en El Cairo, con el título de Patriarcado greco-melquita de Alejandría, y una tercera en Jerusalén, con el título de Patriarcado greco-melquita de Jerusalén.
Siria incluye tres metrópolis y una archieparquía, nombre utilizado por los melquitas, pero que no se conserva en el Código de Cánones de las Iglesias Orientales. Siria tiene 170,000 fieles melquitas, pero están en constante disminución debido a la emigración vinculada a la guerra.
El Líbano está dividido en dos metrópolis y cinco archieparquías. Es el país con el mayor número de fieles de la Iglesia greco-católica melquita: más de 400,000. En Tierra Santa, una archieparquía reúne a más de 50,000 fieles melquitas.
La Iglesia todavía tiene una eparquía en Jordania donde cuenta con más de 30,000 fieles. También hay exarcados –que son divisiones territoriales directamente vinculadas al Patriarcado y administradas por un sacerdote– en Irak, Kuwait y Estambul.
La diáspora tiene una eparquía en Brasil, Estados Unidos, Canadá, Australia, México, además de dos exarcados y varias parroquias en otros países del mundo. Finalmente, a la Iglesia melquita están adscritas varias órdenes y congregaciones.
La importancia numérica de los católicos melquitas se estima entre 1.3 y 2 millones de fieles en el mundo. La mitad de estos melquitas viven en Medio Oriente.
Liturgia
La Misa o Divina Liturgia se celebra entre los católicos greco-melquitas principalmente según la liturgia de San Juan Crisóstomo. Está dividida en tres partes:
Liturgia de la Preparación
Tiene lugar en presencia únicamente de diáconos y sacerdotes, en el ábside, oculta a la vista de los fieles por el iconostasio. Simboliza la parte oculta de la vida terrenal de Cristo:
El clero (diáconos y sacerdotes) ingresa a la iglesia, venera los íconos, se revisten con los ornamentos sacerdotales y luego ingresan al ábside; el sacerdote y los diáconos preparan el pan y el vino para la Eucaristía; hay un diálogo preliminar entre el sacerdote y el diácono.
Liturgia de los Catecúmenos
Esta parte del servicio está abierta a todos: los catecúmenos y los fieles bautizados se reúnen en la nave.
Incluye letanías, antífonas, himnos, luego la epístola y el evangelio, seguido de la homilía.
Liturgia de los Fieles
Antiguamente solo podían asistir a esta parte del culto los fieles que podían recibir la comunión. En la práctica contemporánea, todos los fieles pueden quedarse.
Siguen las letanías, el Credo, luego la anáfora (canon), el Pater y la comunión.
Fuentes: Patriarcat Grec-Melkite catholique/Wikipédia – FSSPX.Actualités
Imagen: Bernard Gagnon, CC BY-SA 3.0, via Wikimedia Commons