El rito náutico
Ese domingo de julio hacía mucho calor en Calabria, en el sur de Italia, por lo que el Padre Mattia Bernasconi decidió celebrar la Misa en el agua, frente a la playa. Así lo afirmó, sin rodeos: "Eran las 10:30 de la mañana y el sol quemaba, así que decidimos ir al único lugar cómodo: el agua", agregó.
La Iglesia admite que el Santo Sacrificio de la Misa puede celebrarse fuera de un lugar de culto consagrado, en circunstancias excepcionales, para el bien de las almas. Vienen a la mente esos heroicos capellanes militares celebrando Misa en un carro de cañón para los soldados que pronto saldrían de la trinchera a combatir, sacrificando sus vidas.
Sin embargo, en el caso que nos ocupa, fue por "comodidad" que este sacerdote de 36 años decidió celebrar la Misa en traje de baño y sobre un colchón inflable. Esta evidente pérdida del sentido de lo sagrado manifiesta el espíritu de una reforma litúrgica que pretende ser más discreta, menos chocante.
No es menos cierto que esta misma liturgia reformada es llevada por sí misma a sacrificar el sentido de lo sagrado: en nombre de la comodidad, se adapta al clima meteorológico e ideológico. El altar inflable flota, como la doctrina y la moral, sobre las olas que se suceden, sin un punto de anclaje firme en la Tradición. Y la nueva liturgia está regulada por la temperatura ambiente.
La fiscalía de Crotone, donde tuvo lugar esta misa acuática, abrió una investigación contra el celebrante en traje de baño, por el delito de "ofensa contra una religión".
Sin embargo, la arquidiócesis de Crotona-Santa Severina se limitó a recordar que es "necesario mantener el mínimo (sic) decoro y cuidado de los símbolos exigidos por la naturaleza misma de las celebraciones litúrgicas", reconociendo -con la indulgencia pastoral en boga hoy- que "en ciertos casos especiales, durante retiros, campamentos escolares, vacaciones, es posible celebrar la Misa fuera de una iglesia".
La diócesis añadió que es "siempre es necesario ponerse en contacto con los responsables eclesiales del lugar para asesorarse mutuamente sobre la forma más adecuada de llevar a cabo tal celebración eucarística", etc.
Cabe aquí preguntarse si la autoridad arquidiocesana no aconsejará, en el futuro, llamar a un salvavidas ceremonial.
En realidad, Traditionis custodes y Desiderio desideravi promueven el uso exclusivo de la Misa de Pablo VI, y favorecen ipso facto la permeabilidad de la liturgia al espíritu del mundo moderno, esgrimiendo la necesidad de una pastoral "inculturada". Por eso, estos dos documentos romanos denuncian tan agresivamente la impermeabilidad de la Misa Tridentina a las modas actuales.
Después del rito zaireño celebrado en San Pedro de Roma el 3 de julio pasado, y antes del rito amazónico, aún en elaboración, ahora existe el rito náutico, balneo-conciliar. Usquequo, Domine; ¿Hasta cuándo, Señor? (Sal 12, 2)
Padre Alain Lorans
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Fuente: DICI n° 423 - FSSPX.Actualités
Imagen: capture d’écran Twitter