El Sínodo a la escucha del Espíritu Santo y de las "periferias existenciales"

El cardenal Mario Grech en el centro, monseñor Luis Marin y la hermana Nathalie Becquart
"El sínodo tendrá éxito o fracasará en la medida en que confiemos o no en el Espíritu Santo", advirtió el cardenal Mario Grech, secretario general del Sínodo de los Obispos sobre la Sinodalidad. Su intervención tuvo lugar el 7 de septiembre de 2021, en el Vaticano, durante una conferencia para presentar el documento preparatorio y el vademécum de la fase diocesana del sínodo.
Es "la participación de todos" lo que importa y se busca, declaró el Padre Darío Vitali, consultor del Sínodo de los Obispos. Lo que la Iglesia también llama el sensus fidei, es decir la expresión del "genio" del Pueblo de Dios cuando es consultado y, "especialmente el genio femenino", añadió.
Las mujeres, señaló sor Nathalie Becquart, subsecretaria francesa del Sínodo de los Obispos, deben ser "protagonistas" como miembros que son del Pueblo de Dios.
"A la escucha de todos"
A principios de septiembre, el cardenal Grech respondió a las preguntas realizadas por el semanario La Vie. Esta entrevista se publicó el 12 de septiembre.
Sobre la apertura de un diálogo a las "periferias", el cardenal explicó: "Este sínodo comenzará apoyándose en la consulta del Pueblo de Dios. Ese es el primer paso, a través de preguntas propuestas a las Iglesias locales. Esta es la primera vez que pedimos a todos los obispos que organicen una consulta tan amplia".
Los obispos están invitados, prosiguió el cardenal, "a escuchar a todos, y en particular a los que están en las periferias existenciales". Este primer paso es de fundamental importancia, insistió. "Si no escuchamos a todo el Pueblo de Dios desde el primer día del camino sinodal, que comienza el 17 de octubre, todo el resto del trabajo colapsará".
"Viajar juntos"
¿Cómo entendernos entonces? "No necesitamos ponernos de acuerdo en las palabras, solo tenemos que estar juntos (sic)", respondió el cardenal Grech. "El camino sinodal debe ser una experiencia vivida, más que un concepto o una idea. Es viajar juntos (sic)".
El camino sinodal será un "diálogo para compartir lo que sentimos sobre el Espíritu Santo en nosotros mismos, lo que escuchamos que el Espíritu Santo dice en nosotros".
De este modo, explicó el secretario general del sínodo, "a través de este discernimiento común, se puede descubrir un nuevo sentido de la fe, más allá de las perspectivas de las personas involucradas”. Y en la práctica, "la sinodalidad significa que caminamos juntos compartiendo los pesos, las dudas y los miedos de los demás".
"El Espíritu Santo soplará durante nuestro sínodo"
Como conclusión de la entrevista, el cardenal subrayó que "el objetivo del proceso sinodal que estamos iniciando no es dar respuesta a cuestiones doctrinales sino buscar fortalecer la comunión y la unidad, explorar la forma en que podemos abrir espacios para la participación de todos, para finalmente proclamar juntos el Evangelio, que es nuestra misión común".
Por eso, para ser misionero, el cardenal precisa que "nuestra mirada debe centrarse en un estilo, un método de ser juntos una Iglesia. Una vez que lo hayamos encontrado a través del consenso eclesial, la comunidad tendrá respuestas que dar".
Y este difícil proceso sinodal, por supuesto, solo es posible en el Espíritu Santo, aseguró el cardenal. "Si no creemos que el Espíritu Santo soplará durante nuestro sínodo, entonces será un fracaso".
- Cabe preguntarse legítimamente cómo soplará el Espíritu Santo sobre los ignorantes, los ateos, los miembros de otras confesiones, sobre todas las "periferias", fuentes de la primera consulta sinodal..., y llenarnos de pavor ante la idea de una nueva Iglesia misionera que emerge bajo el impulso de mandatos fundamentalmente ajenos a la gracia, es decir, a la presencia divina. Este proceso es más parecido a una "dinámica de grupo" que a la restauración de la Iglesia en Cristo.
Las advertencias de Francisco contra el "clericalismo" y la "rigidez"
En un discurso a los fieles de la diócesis de Roma el 18 de septiembre en el Vaticano, Francisco habló sobre el proceso sinodal. "Quedarse quieto no puede ser una buena situación para la Iglesia. Y el movimiento es consecuencia de la docilidad al Espíritu Santo, que es el director de esta historia en la que todos son protagonistas inquietos, nunca inmóviles".
El Papa también advirtió contra "uno de los males de la Iglesia, incluso una perversión. Se trata del clericalismo que aleja al sacerdote, al obispo del pueblo". Luego condenó la rigidez calificándola como "otra perversión que es un pecado contra la paciencia de Dios, contra la soberanía de Dios".
Asimismo, prosiguió Francisco, San Juan Crisóstomo nos advierte: "¿Quieres honrar el cuerpo de Cristo? No permitas que sea objeto de desprecio en sus miembros".
Así pues, los pobres, los mendigos, los jóvenes drogadictos, todos aquellos que la sociedad rechaza, forman parte del sínodo. "No soy yo quien lo dice", declaró el Soberano Pontífice, "es el Señor quien lo dice: son parte de la Iglesia". ¡Tanto es así que si no los llamamos, si no vamos a verlos, ¡no estaremos haciendo bien el Sínodo!"
E insistió: "en el concepto de Pueblo de Dios puede haber una hermenéutica rígida y antagónica, quedando atrapada en la idea de exclusividad, de privilegio".
En conclusión, el Papa Francisco invitó a escuchar al Espíritu Santo "escuchándonos unos a otros. No dejando a nadie afuera o atrás. (...) La Iglesia no se fortalece solo reformando las estructuras, ¡este es el gran engaño!, dar instrucciones, ofrecer retiros y conferencias o dictar directivas y programas, esto es bueno, como parte de otra cosa, pero [la Iglesia se fortalece] cuando redescubrimos que somos un pueblo que quiere caminar juntos, entre nosotros y con la humanidad.
Fuentes: cath.ch/la vie/vatican.va/DICI n°413 – FSSPX.Actualités
Imagen: © Synod.va