El Sínodo de los Obispos ya no es exclusivamente un sínodo de obispos

Fuente: FSSPX Actualidad

El 17 de abril de 2023, el Papa Francisco aprobó la extensión de la participación en la Asamblea del Sínodo de los Obispos a "no obispos": sacerdotes, diáconos, consagrados y consagradas, laicos y laicas.

El sitio italiano Messa in latino del 26 de abril dio a conocer esta decisión en estos términos: "En un golpe de fuerza inesperado, el Santo Padre modificó la Constitución Apostólica Episcopalis communio del 15 de septiembre de 2018 incorporando setenta 'no obispos' elegidos por él a partir de una lista de nombres propuestos. Se espera que el 50% de ellos sean mujeres y que también se valore la presencia de jóvenes".

Algo que legítimamente puede verse como una "medida políticamente correcta", y "un precedente muy peligroso para la estructura jerárquica de la Iglesia", dado el "número anormal de participantes nombrados por el propio Francisco (con un documento que podría ser no solo consultivo, sino deliberativo)."

E ironiza sobre la sinodalidad, según Francisco: "Definición de 'sinodalidad': durante el Sínodo en curso, los miembros del Sínodo se cambian hasta que solo quedan los que votan democráticamente como él quiere (excepto uno o dos, para dar la apariencia de discusión)".

En Il Giornale del 17 de abril, Nico Spuntoni escribe: "En la próxima asamblea del sínodo votarán no solo los obispos, sino –además de las cinco religiosas y cinco religiosos pertenecientes a institutos de vida consagrada que han sido elegidos– setenta miembros no obispos también tendrán derecho a voto, incluidos fieles laicos que serán elegidos por el Papa de una lista de ciento cuarenta personas, la mitad de las cuales deben ser mujeres".

Asimismo, cita las palabras del relator general del sínodo, el cardenal luxemburgués Jean-Claude Hollerich, "favorable a la reapertura del debate sobre la ordenación de mujeres"; este último -que dice de sí mismo "no ser un gran teólogo"- celebró, durante una entrevista concedida al Corriere della Sera, "las novedades en la composición de la asamblea", afirmando que "si Pablo VI se preocupó sobre todo de la colegialidad episcopal, Francisco desde el principio puso en el centro al pueblo de Dios. Y el Papa dice: todos, todos".

Las mujeres ¿del Sínodo al altar?

En La Nuova Bussola Quotidiana del 28 de abril, Luisella Scrosatti saca la conclusión lógica: "Si también votan los laicos, ya no es el sínodo de los 'obispos'". Y retoma la declaración del Papa del 10 de marzo a Elisabetta Piqué anunciando el "sufragio universal" en las asambleas sinodales de la Iglesia católica: "Todos los que participan en el sínodo tienen derecho a votar. Hombre o mujer. Todos, todos. Esta palabra 'todos' es decisiva para mí".

Y agrega: "Poco más de un mes después, la secretaría del sínodo, con algunas modificaciones, anunció la transformación de la categoría de auditores en miembros verdaderos con derecho a voto.

"Según los deseos del Pontífice, 'todos' podrán votar. Pero como en cualquier república bananera, el permiso a "todos" solo es dado por el jefe, el Papa no ha querido apartarse de la costumbre: los setenta nuevos miembros votantes "no obispos" son nombrados por él. Sinodalidad, pero no demasiada".

Para mayor certeza, los afortunados deben haber demostrado satisfactoriamente "su participación en diversas capacidades en el proceso sinodal", lo que, precisa Luisella Scrosatti, es una "condición fundamental para saber si el candidato ya ha demostrado una lealtad absoluta al sistema".

Y recuerda muy acertadamente: "El sínodo de los obispos es tal porque está conformado por obispos; si una cuota, que parece ser de una cuarta parte, no está compuesta por obispos, ni ligada a la constitución jerárquica de la Iglesia por el sacramento del Orden Sagrado, ya no se trata del sínodo de los obispos, sino del sínodo de cristianos".

De ahí esta consecuencia: "Ahora al menos sabemos que el documento que saldrá de la Asamblea simplemente no será un documento del sínodo de los obispos, y por lo tanto, cualquier ratificación por parte del soberano pontífice será simplemente nula y sin efecto".

Y prevé una amenaza que cada vez es más clara: "El sacerdocio femenino está más cerca de lo que pensamos. Y la posición negativa expresada por Francisco no es nada tranquilizadora. Primero, porque el Papa ha demostrado que puede decir y escribir tranquilamente una cosa y hacer (o dejar que suceda) exactamente lo contrario. […]

"Además, es un hecho que se ha marcado más de un hito en dirección a la apertura del Orden Sagrado a las mujeres: la reapertura de la cuestión del diaconado femenino, con el establecimiento, en abril de 2020, de una nueva comisión de estudio sobre el tema; luego el Motu proprio Spiritus Domini (2021), que admite mujeres en los ministerios de lectora y acólita; luego el nombramiento de tres mujeres para el Dicasterio de los Obispos. Y ahora las mujeres (y los laicos en general) están en pie de igualdad con los obispos, como miembros de un sínodo de obispos".

Finalmente, la periodista italiana descarta la posibilidad de tranquilizarse a bajo costo: "El relator general del sínodo, el cardenal Jean-Claude Hollerich, se apresuró a declarar que se trata de un 'cambio significativo, pero no de una revolución'. Lo cual, en el modo de comunicación orwelliano, significa: es una revolución, pero no debes pensar que se trata de eso".