El Vaticano en el centro de las negociaciones en el caso ucraniano

El cardenal Matteo Zuppi en misión por la paz en Ucrania
Recientemente Rusia reconoció el papel clave desempeñado por el Vaticano en el intercambio de prisioneros con Ucrania. Al jugar la carta humanitaria, el Vaticano se encuentra en el centro del juego diplomático respecto al asunto ucraniano en un momento en que la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca está barajando las cartas.
¿Estarán dando sus frutos las opciones diplomáticas del Vaticano en la cuestión ucraniana? Así parece, según el comunicado de las autoridades rusas del 23 de enero de 2025: "Con la participación personal y activa del enviado especial del Papa en Ucrania, el cardenal Zuppi, 16 militares heridos de las fuerzas armadas de nuestro país han regresado a Rusia en el marco de un intercambio de prisioneros de guerra", declaró Maria Zakharova, portavoz del ministro ruso de Asuntos Exteriores.
Desde hace varios meses, el Vaticano ha cambiado de actitud con respecto al conflicto ucraniano: en lugar de intentar acercar puntos de vista irreconciliables, más vale jugar la carta humanitaria para reanudar los frágiles hilos del diálogo y preparar a los beligerantes para poder sentarse en un futuro más o menos cercano en la misma mesa.
Así, desde mayo de 2023, que marca el inicio de la misión del cardenal Matteo Zuppi, se han intercambiado entre Ucrania y la Federación de Rusia 400 prisioneros de guerra y varios cientos de menores desplazados: "Pretendemos continuar la cooperación constructiva con el Vaticano en cuestiones humanitarias", declaró Maria Zakharova.
La portavoz añadió que, frente a un Occidente acusado de "provocar la guerra", "destaca favorablemente la posición equilibrada del Vaticano y del Papa Francisco, que se esfuerzan por aportar su contribución".
Una cosa es segura: con este inesperado comunicado, la parte rusa vuelve a poner al Vaticano en el centro del juego diplomático en un momento en el que el conflicto en Ucrania entra en una nueva fase con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. El pasado 24 de enero, Vladimir Putin afirmó estar dispuesto a negociar con su homólogo estadounidense sobre Ucrania, sin dar una fecha concreta.
"No me extenderé sobre esto, pero solo puedo decir que el actual presidente ha declarado que está dispuesto a trabajar juntos. (...) Siempre lo hemos dicho, y quiero subrayarlo de nuevo, estamos dispuestos a estas negociaciones sobre las cuestiones ucranianas", declaró el presidente de Rusia.
Y añadió dirigiéndose a su homólogo estadounidense: "No puedo más que estar de acuerdo con [Donald Trump] en que si hubiera sido presidente, si no le hubieran robado la victoria en 2020, tal vez no habría tenido lugar la crisis en Ucrania que se produjo en 2022".
Para algunos, el presidente ruso está tratando de ganar tiempo para avanzar lo más posible en el escenario de las operaciones militares y llegar en una posición de fuerza a la mesa de negociaciones: las recientes declaraciones, ya sean sobre el aspecto humanitario con el Vaticano o diplomático, constituirían, desde esta perspectiva, maniobras dilatorias.
Pero Donald Trump quiere negociar rápidamente, amenazando a Moscú con nuevas sanciones. "Si no llegamos a un acuerdo rápidamente, no tendré más remedio que imponer altos niveles de impuestos (...) sobre todo lo que Rusia venda a Estados Unidos. Acabemos con esta guerra que nunca habría comenzado si yo hubiera sido presidente. (...) No debe perderse una sola vida más", declaró.
Por parte de Estados Unidos, se opta por las negociaciones, basadas en una mezcla de presiones e incentivos para llevar a Rusia y Ucrania a un acuerdo. Por su parte, Le Figaro afirma que las futuras conversaciones podrían celebrarse en Suiza y Eslovaquia, y comenzarían con un alto al fuego que congelaría las posiciones de ambos ejércitos, aceptando al mismo tiempo la posibilidad de un intercambio de territorios.
Por parte de Rusia, se aboga por una "paz a largo plazo" que incluya el reconocimiento de las regiones conquistadas a Ucrania desde 2014 y del Dombás. Porque sobre el terreno, la ventaja militar está claramente del lado de Rusia, que necesita tiempo para ganar su guerra de desgaste. Pero la economía de guerra, que ha provocado una inflación del 9.5 % en un año y un aumento de los alquileres y los precios de los alimentos, tampoco puede durar eternamente...
Como se puede ver, la situación no es nada fácil en el terreno de las hipotéticas negociaciones, pero en el plazo de cien días que se ha dado para resolver la cuestión ucraniana, el presidente estadounidense probablemente querrá apoyarse en los discretos esfuerzos desplegados por el Vaticano. Para evitar que esos cien días desemboquen en un dramático Waterloo diplomático, desde el punto de vista humano.
Fuente: Catholic News Agency/Il Messaggero/Le Figaro – FSSPX.Actualités
Imagen: © Vatican News