Elecciones europeas: el giro a la derecha del Parlamento Europeo

Fuente: FSSPX Actualidad

Las elecciones organizadas del 6 al 9 de junio en los veintisiete países que componen la Unión Europea (UE) no estuvieron en línea con las intervenciones del Papa Francisco y sus principales colaboradores sobre la cuestión europea.

Se alzaron varias voces para bloquear el paso de los grupos políticos más derechistas en el tablero europeo: el 9 de mayo de 2024, el cardenal Matteo Zuppi y monseñor Mariano Crociata, presidente de la Comisión de Episcopados de la Comunidad Europea (COMECE), publicaron una carta que pedía rechazar las “tentaciones nacionalistas”, que parecían ser el único peligro que amenaza a la UE.

El 3 de junio, el cardenal Michael Czerny, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, amonestó a los votantes en estos términos: "Sería útil que los europeos recordaran sus raíces migratorias. (…) Es una pena que después de una o dos generaciones, una familia los olvide".

Francisco hizo lo propio ese mismo día con una comparación: “Es posible ver en los inmigrantes de nuestro tiempo, como en los de todos los tiempos, una imagen viva del pueblo de Dios en marcha hacia la patria eterna: como el pueblo de Israel en tiempos de Moisés, los inmigrantes a menudo huyen de situaciones de opresión y abuso, inseguridad y discriminación, falta de perspectiva y desarrollo”, informó Vatican News.

Y, por si los electores estuvieran sordos, el presidente de la COMECE machacó el pasado 7 de junio en La Stampa, cuando la votación ya había comenzado en el territorio de la UE: "Soberanía, populismo o nacionalismo, todos los movimientos que consideran a la nación como la entidad capaz de decidir su destino y su futuro constituyen un engaño".

El mensaje enviado por los votantes europeos no es ambigüo en lo más mínimo: en los 27 países miembros de la UE, las distintas listas conservadoras opuestas a la dirección actual de la UE enviaron grandes contingentes de eurodiputados. Según las estimaciones, más de 180 de los recién electos pertenecientes a estos grupos deberían ingresar al Parlamento Europeo.

En Francia, la lista de la Agrupación Nacional “obtuvo el 31.5% de los votos (30 escaños)”, señala Le Monde, entre ellos una buena proporción de católicos, y “la de Reconquête ! 5.5% (5 escaños)”, el total representa casi el doble del bando presidencial, lo que llevó a Macron a disolver la Asamblea.

“El Partido de la Libertad de Austria (FPÖ) avanzó al obtener más del 25% de los votos”, señala el mismo periódico, ganando 8 puntos desde 2019. “Sube por primera vez a la primera posición en una votación nacional y duplica el número de sus eurodiputados”, añade.

En Alemania, el AfD obtuvo quince escaños, cuatro más que en 2019, mientras que el episcopado al otro lado del Rin lidera una auténtica caza de brujas contra este grupo político, como admite Crux.

En España, “el partido Vox sigue progresando y queda tercero con el 9.6% de los votos”, según Le Monde. Del mismo modo, en los Países Bajos, el Partido por la Libertad (PVV) “logró un avance espectacular (+17%) y obtuvo siete escaños”, frente a solo uno en 2019.

La misma tendencia se observa en Portugal, Rumanía, Luxemburgo, Letonia, Dinamarca, Hungría y, sobre todo, Italia, donde el partido de Giorgia Meloni, Fratelli d'Italia, "obtuvo una importante victoria con casi el 29% de los votos", multiplicando su puntuación anterior por cuatro.

Estos resultados muestran que las posiciones defendidas por Francisco sobre cuestiones migratorias en particular no son vistas de la misma manera por los ciudadanos de la UE, y que los católicos ya no son muy sensibles a las opiniones de la jerarquía.

Cabe esperar que los prelados decepcionados se consuelen pensando que las medidas sociales más progresistas, a las que el actual pontificado todavía se opone, encontrarán más resistencia por parte de los nuevos elegidos en el Parlamento de Estrasburgo.