Entrevista al Papa Francisco en La Stampa

El Papa interpreta esta crisis como una "señal de alarma sobre la que el hombre está obligado a reflexionar". Asimismo, afirmó que "el mundo nunca volverá a ser el mismo", como se ha dicho y repetido durante meses.

Luego continuó diciendo: "El camino de la salvación de la humanidad implica la reconsideración de un nuevo modelo de desarrollo". Ante esto surge una pregunta: ¿qué salvación es esta? Es bastante evidente que solo puede ser una salvación natural.

Este nuevo modelo "debe situar la convivencia entre los pueblos en armonía con la Creación. (…) Porque todo está ligado". Este modelo está emergiendo, según el Papa, en "distintos movimientos populares". Y en una "concienciación entre los jóvenes, especialmente en los movimientos ecologistas".

El Papa también aboga por "un cambio económico hacia lo 'verde'" de manera urgente. "No podemos perder más tiempo", agregó.

Las finanzas, por su parte, deben repensarse según cuatro criterios: "inclusión de los excluidos, promoción de los más desfavorecidos, bien común y cuidado de la Creación".

El principio rector es "la fraternidad humana, a la cual no hay alternativa". Además, invitó a los jefes de Estado a dialogar y acordar estrategias.

Lo primero que hay que erradicar, según el Papa, es el tráfico de armas, que es la fuente de "la pobreza y de la explotación insensata del medio ambiente". Y "contra esta discordia planetaria que corta de raíz el futuro de la humanidad, se necesita una acción política basada en la armonía internacional. Fraternalmente unidos, los seres humanos somos capaces de afrontar amenazas comunes", declaró Francisco.

En las tres últimas preguntas el Papa pidió un apoyo especial para las mujeres, una verdadera vida familiar y que los jóvenes no se rindan ante el desánimo.

Esta entrevista ilustra de manera brillante el diagnóstico realizado por el Padre Pagliarani en la entrevista concedida a DICI y publicada el 12 de marzo pasado.

El Padre Pagliarani estigmatizó la ausencia de trascendencia, de verticalidad en la predicación del Papa. La visión puramente horizontal en la que solo cuenta el bienestar terrestre.

Desenmascaró la utopía persistente y obsesiva de una salvación natural de alcance universalista, que debe imponerse a todos. El Padre Pagliarani resume esta utopía en dos ideas: ecología integral y fraternidad universal.

Esta utopía también se caracteriza por olvidar el pecado original y la necesidad de la gracia, incluso para lograr el bien natural, en el estado caído de la humanidad. El olvido de la trascendencia del fin último completa el cuadro de esta utopía.

Todos estos elementos conforman la base de la entrevista concedida a La Stampa.

Lamentablemente, el diagnóstico del Superior de la Fraternidad fue lúcido y justificado.