España: prohíben la celebración de la misa tradicional para una peregrinación

Fuente: FSSPX Actualidad

Estatua de la Virgen de Covadonga

Según su página web, Nuestra Señora de la Cristiandad - España es una peregrinación anual al santuario de Covadonga (Asturias). Es organizada por un grupo de fieles laicos, independiente de cualquier instituto, comunidad u organización religiosa. Un aspecto fundamental de esta peregrinación es la celebración del santo sacrificio de la misa según la “forma extraordinaria” del rito romano.

Pero este año no se pudo cumplir el “aspecto fundamental”, al menos no en la basílica: culpa del Dicasterio para el Culto Divino que prohibió la celebración de la misa tradicional el tercer día de la peregrinación, en el santuario de Nuestra Señora de Covadonga. Una prohibición incomprensible, o más bien que muestra el deseo de sofocar cada vez más la difusión de la misa tridentina.

Este evento se realizó por tercer año consecutivo. El año pasado, más de 1,200 peregrinos recorrieron 100 kilómetros en tres días, desde Oviedo hasta Covadonga. Los tres días se celebró la misa tradicional, que tuvo lugar en la basílica del santuario de Nuestra Señora de Covadonga.

En lo que se puede llamar una reproducción española de la peregrinación a Chartres, las intenciones son similares. El año pasado, el Padre Íñigo Serrano, capellán general de Nuestra Señora de la Cristiandad, pudo celebrar en la basílica, que este año permaneció cerrada para la misa tridentina.

En un comunicado de prensa reproducido en la cuenta de “X” de la asociación, los organizadores anunciaron: “el arzobispado de Oviedo nos ha informado que ha recibido instrucciones del Dicasterio para el Culto Divino [cuyo prefecto es el cardenal Arthur Roche, opuesto terminantemente a la misa tradicional ] indicando que no se celebraría la santa misa tradicional en Covadonga”.

El comunicado continúa: "Teniendo en cuenta este hecho, este año la misa del tercer día se celebrará en el campamento por la mañana, antes del inicio de la marcha".

El sitio InfoCatolica que transmite la noticia se pregunta: "¿Miedo al precedente francés?", recordando que la peregrinación de Pentecostés, en dirección París-Chartres, volvió a batir récords de participación. El cardenal Gerhard Müller, que celebró misa en Chartres, predicó ante más de 18,000 peregrinos.

Vale la pena hacerse la pregunta, y la respuesta es un "sí" definitivo. Desde el inicio del pontificado de Francisco, cada vez que un movimiento, asociación o congregación religiosa ha tenido un acercamiento con la tradición, ha sido sancionado sin piedad, siendo el ejemplo más emblemático el de los franciscanos de la Inmaculada que fueron aniquilados.

Esta persecución contra una peregrinación que reúne entre 1,000 y 1,500 es miserable y mezquina. Y es contraproducente en términos de efecto inmediato. Pero está en línea con lo que The Pillar dio a conocer sobre su investigación romana respecto a los rumores de la supresión de la misa tradicional.

Un responsable de la Curia involucrado "declaró a The Pillar que ciertos partidarios de nuevas medidas” que quieren restringir la celebración de la misa tradicional “no aspiran a una supresión completa y total, sino más bien a una especie de 'cuarentena'".

“La idea”, continúa The Pillar, “y algunos lo expresarán de esta manera, es obligar a los católicos tradicionales a vivir en reservas. Sacarlos de la vida diocesana, empujarlos a pequeños bolsillos alrededor de sociedades como la Fraternidad San Pedro para sacarlos de las manos de los obispos locales”.

La persecución contra la misa tridentina no ha terminado...