En espera del Sínodo sobre la Amazonía: la encíclica Laudato si' (1)
El Instrumentum laboris, o documento de trabajo, del sínodo sobre la Amazonía no deja de provocar reacciones y comentarios. Los críticos se enardecen al grado de acusarlo de herejía. ¿Pero quién es el responsable de esta creciente confusión? El Papa Francisco responde declarando que el Sínodo será "el hijo de Laudato si'". Por lo tanto, el estudio de esta encíclica, publicada el 24 de mayo de 2015, es particularmente importante. Este primer artículo está dedicado a uno de los hombres que inspiraron la enseñanza pontificia, y que le sirve de garantía.
El principal asesor "científico", o más bien "ecológico", del Papa Francisco para la redacción de esta encíclica es el físico Hans Joachim Schellnhuber, profesor del Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas y Ambientales. Es miembro de la Pontificia Academia de las Ciencias desde el 17 de junio de 2015. También es el fundador del Instituto de Investigación de Potsdam sobre los Efectos del Cambio Climático (1991), uno de los institutos alemanes más reconocidos en lo referente a la previsión climática. Además, sigue siendo el presidente del Consejo para el Cambio Global del Gobierno Federal alemán.
El 18 de junio de 2015, el Profesor Schellnhuber participó en la presentación de la encíclica Laudato si', sobre la preservación de la creación, junto con el Cardenal Peter Turkson, Presidente del Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz, el ortodoxo metropolitano Jean Zizioulas, en representación del patriarca Bartolomé, y la economista Carol Woo de Caritas.
La elección de Schellnhuber como miembro de la Pontificia Academia de las Ciencias puede parecer particularmente sorprendente si se consideran algunas de las ideas que promueve.
La despoblación
Schellnhuber niega promover una despoblación activa y frenética con un enfoque malthusiano. Sin embargo, considera que la anticoncepción es una forma deseable de influir en la evolución demográfica. En su libro Earth System Analysis for Sustainability (2004), recomienda la "producción de anticonceptivos humanos de larga duración", una solución actualmente promovida por las ONG y organizaciones internacionales.
Schnellnhuber también es miembro del Club de Roma, que promueve el control de la población a través de la anticoncepción. Es muy conocido el informe de esta organización, Limits of Growth (1972), que marcó el inicio de una política global del control de la natalidad a través de la anticoncepción y el aborto.
El Profesor Schellnhuber también ha establecido el límite de la población que, según sus cálculos, puede tolerar nuestro planeta, en mil millones de hombres. Para lograr esto, aboga por la eliminación de toda energía no renovable para el año 2050.
Una autoridad mundial
Schnellnhuber describió en 2013 la reforma de las instituciones que quería lograr para resolver los problemas ambientales, particularmente el calentamiento global. Se trata de una especie de gobierno mundial, que él entiende como una "democracia global" cuyo Consejo global sería elegido por todas las personas que viven en la tierra, lo cual es absolutamente inalcanzable, por cierto. Independientemente de la organización, el hecho es que este gobierno sería supranacional y suplantaría a la ONU en el campo ecológico. Podría proceder por coerción para imponer la disminución concebida como un cambio absolutamente necesario. Este segundo punto es repetido, mezza voce, por la encíclica Laudato si'.
Si bien el Papa Francisco no es responsable de todo lo que piensa y dice el Sr. Schellnhuber, sí es responsable de elegir a sus asesores. También es responsable de la plataforma que les brinda al ponerlos en el centro de atención y seguir sus consejos.
Por otra parte, Schellnhuber es uno de los defensores y propagadores del desarrollo sostenible, que, además de algunos elementos interesantes, se refleja en las principales organizaciones internacionales como la ONU y la OMS, a través de las políticas malthusianas que promueven todos los medios condenados por la Iglesia para reducir la población. Darle la palabra, es dar valor a estas propagandas.
Por lo tanto, al elegir a Schellnhuber para que haga las veces de su aval científico, la encíclica ecológica del Papa Francisco promueve una enseñanza sospechosa a todo espíritu católico.
Fuente: FSSPX.Actualités – 20/09/2019