En Estados Unidos, el cristianismo estabiliza su declive

Catedral de San Patricio, en Nueva York
A lo largo de las últimas décadas, Estados Unidos ha visto su panorama espiritual transformarse de manera significativa. Un estudio reciente del Pew Research Center (PRC), publicado el 26 de febrero de 2025, pone de manifiesto una evolución notable: aunque el cristianismo ha experimentado un marcado declive desde principios del siglo XXI, este retroceso parece mostrar signos de estabilización.
El estudio del PRC, U.S. Christian Decline May Be Stabilizing: 2023-24 Religious Landscape Study, recuerda que, en 2023-2024, solo el 62% de los adultos estadounidenses se identifican como cristianos, un descenso libre de 16 puntos en comparación con 2007 (78%). Un descenso que se aceleró entre 2007 y 2014, pasando del 78% al 70.6%, antes de ralentizarse en los últimos cinco años, oscilando entre el 60% y el 64%.
Entre los cristianos, los protestantes, gracias al auge de la corriente denominada "evangélica", representan el 40% de la población adulta, los católicos el 19% y otras confesiones cristianas, como los ortodoxos o los mormones, alrededor del 3%. Cabe señalar que esta disminución, aunque significativa, marca una pausa en la tendencia a la baja continua observada anteriormente.
Por otra parte, el porcentaje de estadounidenses que se declaran "sin afiliación religiosa" ha alcanzado el 29%, una cifra que supera el 16% de 2007 y el 23% de 2014. Sin embargo, este crecimiento también se ha estabilizado en los últimos años, lo que sugiere una posible estabilización de la secularización: y quizás aquí es donde podemos ver el vaso medio lleno.
Según sugiere el PRC, el factor generacional sería una de las claves para comprender esta evolución: las generaciones más grandes, mayoritariamente cristianas y religiosas, están cediendo progresivamente el paso a cohortes más jóvenes, mucho menos apegadas a la religión. Así, el 46% de los adultos de entre 18 y 24 años se identifican como cristianos, frente al 80% de los mayores de 74 años.
Los jóvenes son más propensos a no tener afiliación religiosa (43% frente al 13% de los mayores) y menos inclinados a rezar a diario (27% frente al 58%) o a asistir a servicios religiosos con regularidad (25% frente al 49%). El individualismo exacerbado por décadas de liberalismo parece estar dando sus frutos, y no son realmente comestibles...
Esta brecha generacional puede, por un lado, presagiar una posible reanudación del declive a medida que las generaciones actuales envejecen. Por otro lado, la situación podría revertirse si los adultos jóvenes se vuelven más religiosos con la edad y las nuevas generaciones recuperan sus raíces cristianas: para ello, la Iglesia tendrá que pasar página al irenismo surgido del Concilio Vaticano II.
El estudio pone de manifiesto cambios en la composición étnica de los cristianos. En 2007, el 70% eran blancos no hispanos, proporción que cayó al 60% en 2023-2024. En cambio, el porcentaje de latinoamericanos aumentó del 13% al 18%, especialmente entre los católicos (del 29% al 36%). Los afroamericanos, por su parte, mantienen una presencia estable entre los cristianos.
Además, las religiones no cristianas, aunque minoritarias (7% de la población), están aumentando ligeramente, pasando del 5% en 2007 al 7% actual, impulsadas en particular por las comunidades judía, musulmana, budista e hindú.
El estudio del PRC señala una correlación persistente entre la religiosidad y la orientación política. Cuanto más religiosas son las convicciones de los estadounidenses, más probable es que se alineen con el Partido Republicano y expresen opiniones conservadoras sobre temas como el aborto, la homosexualidad o la inmigración: donde se ve cómo, para el Partido Demócrata, convertirse en el principal relevo de la revolución woke ha sido un gran error de posicionamiento político.
Si bien el declive del cristianismo parece haberse estabilizado, nada está escrito definitivamente para el futuro. Algunos expertos sugieren que la mayoría de los estadounidenses susceptibles de abandonar la religión ya lo han hecho, lo que podría indicar un umbral natural de no religiosidad. En cualquier caso, el estudio del PRC confirma la opinión del politólogo Ryan Burge, quien afirma en un artículo del Salt Lake Tribune: "Estamos entrando en una nueva era del panorama religioso estadounidense".
La Iglesia católica tiene la responsabilidad de ser proactiva en la recomposición de este panorama redescubriendo y arraigándose más en su fe y su Tradición. Y si aquellos que afirman que el Viejo Continente lleva entre cinco y diez años de retraso con respecto a sus primos estadounidenses observan una tendencia real, esto podría ser un motivo de esperanza en Europa en caso de una verdadera renovación al otro lado del Atlántico.
Fuente: Pew Research Center – FSSPX.Actualités
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