Eugenesia contra los niños con síndrome de Down

Fuente: FSSPX Actualidad

La despenalización del aborto, asociada a la amplia difusión de pruebas que permiten la detección temprana de anomalías en el feto, han promovido la lógica implacable de la eugenesia. El caso de la trisomía 21 es emblemático en este ámbito.

Era inevitable, y los que aún esconden el rostro son hipócritas o ingenuos, por no decir algo más fuerte. Si, por un lado, la autoridad permite el asesinato de los niños en el vientre de su madre y, por otro lado, los laboratorios están desarrollando pruebas cada vez más eficientes y tempranas para detectar anomalías genéticas, no se necesita mucha inteligencia para predecir lo que sucederá.

Si, finalmente, como ya se ve en muchos países, el sistema de "salud" reembolsa estas pruebas, lo que equivale a un estímulo, tenemos todos los ingredientes para una eugenesia llevada a cabo por el Estado. Y aunque las autoridades siempre pueden intentar negar la situación alegando que son los padres quienes deciden, no es difícil argumentar que fueron ellos quienes les proporcionaron las armas para matar. 

Lo que era tan predecible, y ya se ha observado aquí o allá en algunos estudios, acaba de ser revelado por un artículo publicado en el European Journal of Human Genetics, publicado el 31 de octubre.

Los autores de dicho artículo estudiaron durante un período de 5 años, de 2011 a 2015, la evolución del porcentaje de nacimientos de niños con síndrome de Down, en toda Europa. De esto se desprendió que, en el transcurso de 5 años, esta tasa se redujo en un 54%: es decir, se redujo a la mitad.

Esta cifra es solo un promedio, ya que algunos países muestran una disminución muy pequeña, como Irlanda, o incluso una disminución nula, como es el caso de Malta. Por otro lado, hay otros países con tasas muy elevadas, como Italia (71%) o España (83%), dos países que, sin embargo, son tradicionalmente católicos.

Si hablamos en cifras absolutas, los autores estiman que 46,500 niños con síndrome de Down fueron abortados durante este período.

Es aterrador pensar en este asesinato selectivo de los seres humanos que tienen un cromosoma adicional. A esto se suma el hecho de que la calidad de vida de estas personas, en los últimos 20 años, ha mejorado considerablemente, en particular a través de una educación mejor adaptada a sus necesidades. Hoy incluso es común ver a algunos de ellos ir la universidad, convertirse en artistas o iniciar un negocio.

Detrás de esta segregación que oculta su nombre, hay otras que ya están en marcha o lo estarán pronto: la lógica del niño perfecto conduce a la realización de abortos por enfermedades curables o tratables: paladar hendido, pie equinovaro o incluso hemofilia. Al mismo tiempo que se jactan de la ayuda brindada a los discapacitados, al otro lado de la cortina, están siendo legalmente aniquilados. 

Esta segregación es uno de los motores más poderosos de la deshumanización de la sociedad y de la violencia que la anima cada vez más. Y las cosas solo pueden empeorar. No hay que olvidar la grave advertencia de Nuestro Señor: "Lo que hicisteis al más pequeño de mis hermanos, a Mí me lo habrais hecho" (Mt 25, 40).