Europa: resurgimiento de actos anticristianos

El 22 de agosto de 2024, mientras la Iglesia celebraba el Inmaculado Corazón de María, Oidac-Europa participó en el Día Internacional en Memoria de las Víctimas de la Violencia por Religión o Fe.

La jornada concluyó con un tranquilizador comunicado de prensa del secretario general de las Naciones Unidas, en el que Antonio Gutiérrez deploró que "en todo el mundo, personas y comunidades se enfrentan a violencia basada en la religión o las creencias", según el Information Service Vienna. Una forma de pasar por alto el hecho de que los cristianos generalmente pagan el precio más alto por la persecución religiosa.

Para restablecer la verdad señalada por las cifras, intervino al final de la jornada Anja Hoffmann, miembro de Oidac-Europa, recordando “el informe anual 2022/2023 publicado por su organización” y al que este sitio dedicó un artículo en diciembre de 2023: destacó un “aumento del 44% de los crímenes de odio contra los cristianos”, informa Omnes Mag.

La directora ejecutiva mencionó datos más recientes que se utilizarán en el futuro informe anual: la situación de los cristianos en Europa parece cada vez más precaria, ya que "veinticinco casos de violencia física directa y de intentos de asesinato contra cristianos a causa de su fe" fueron objeto de un informe enviado a Oidac-Europa, informa el sitio de información religiosa Omnes.

“Los países del continente europeo donde estos ataques son más numerosos son el Reino Unido, Francia, España, Italia, Alemania, Polonia y Serbia”, precisa el sitio: prueba de que la inseguridad, lejos de ser un simple sentimiento que experimentarían los cristianos, se ha convertido en una realidad para quienes profesan la fe en Jesucristo.

Contrariamente a la creencia popular, la responsable de Oidac-Europa insiste en que la mayoría de los abusos anticristianos son “perpetrados por miembros de pequeños grupos de extrema izquierda, feministas o miembros radicalizados de la “comunidad LGBT”.

Y señala que estas acciones delictivas se están volviendo casi “normales”, dada la publicidad que se les da en las redes sociales, y ello con total impunidad.

Por último, Anja Hoffmann subraya que las acciones que se remontan a Oidac son solo la punta del iceberg: "los pocos recursos que tenemos y la falta de medios puestos a disposición para denunciar los actos anticristianos hacen pensar que este problema sigue estando en gran medida subestimado", señala Omnes.

Entre las medidas propuestas, Oidac pide a los medios de comunicación en Europa una mayor información de los crímenes de odio anticristianos: una ilusión, en relación con los medios de comunicación públicos en Francia, por poner un ejemplo, donde el tratamiento de temas relacionados con la Iglesia y el cristianismo deja mucho que desear, para usar un eufemismo suave.

Otra medida sería “revisar la legislación que discrimina a los creyentes”, lo que también parece difícil de lograr en la actualidad. Finalmente, Oidac "subraya la necesidad de formar a los cristianos para defender su fe de manera informada y ayudarles a comprender mejor sus derechos", lo que requeriría una revisión de la catastrófica formación en la doctrina cristiana que ha prevalecido desde el Concilio Vaticano II.