Eutanasia: "las sociedades más ricas son las que tienen el mayor número de suicidios"
Los días 12 y 13 de octubre de 2017, se llevó a cabo un simposio sobre el suicidio organizado por el Philanthropos Institute del cantón de Friburgo, Suiza. El objetivo de este congreso, al cual asistieron varios conferenciantes reconocidos internacionalmente, fue dar un enfoque filosófico al suicidio para explicar cómo es que las sociedades "post-modernas" han llegado a trivializar la muerte.
Chantal Delsol nació en 1947. La filósofa francesa, profesora e historiadora de ideas políticas, novelista y editorialista, fundó el Annah-Arendt Institute en 1993. Discípula de Julien Freud, pertenece al movimiento liberal conservador, y ha tomado una postura en los últimos años contra la destrucción nihilística de la sociedad llevada a cabo con las uniones homosexuales y el concepto de filiación. Es miembro del Philanthropos Institute y fue elegida en 2007 para la Academia de Ciencias Morales y Políticas.
Cuando el periodista Bernard Hallet la entrevistó para cath.ch, la filósofa dijo ver en el suicidio asistido una "forma de ideologización", pues se anima a las personas a montar un acto para lograr que la sociedad vea como algo legítimo su acción. "El suicidio se ha convertido en una actuación... para demostrar que es algo bueno."
La fundadora del Annah-Arendt Institute señala un dedo acusador hacia el síndrome que afecta a las llamadas sociedades post-modernas: "la hipnosis de la perfección". Efectivamente, en la era del progreso tecnológico, especialmente en el ámbito médico, hemos llegado a desear una sociedad perfecta en la que la tragedia, el sufrimiento y la maldad han sido abolidas: "Hemos eliminado parcialmente el sufrimiento con el progreso médico, pero desafortunadamente, hemos extrapolado un mundo sin sufrimiento."
Este cambio paradigmático es considerado por la filósofa como el daño colateral de un materialismo triunfante en las sociedades en las que el secularismo ha ahuyentado a la religión, y traza un paralelo arriesgado: "Estas son las consecuencias de las sociedades materialistas. Es duro de decir, pero así fue como comenzó el nazismo: con eutanasias leves, con vidas que no valían la pena y haciéndole un favor a la persona al matarla."
Haciendo la misma observación, el filósofo Fabrice Hadjadj declaró durante el congreso que "las sociedades más ricas son las que tienen un mayor número de suicidios."
Detrás de la cuestión del suicidio - asistido o no -, la filósofa francesa ve la fragilidad de la condición humana en la que se intenta "resolver" todas nuestras "preguntas". Aquellos que pretenden lograr lo anterior, añade, conducen a la sociedad hacia una nueva forma de totalitarismo: "El totalitarismo del siglo XX que buscaba hacer creer a los hombres que estaban ingresando a una sociedad perfecta donde la tragedia sería abolida y la justicia plenamente efectuada." Esto no sucedió, y lo que siguió fue una gran decepción. Nos encontramos en el mundo finito y todas las preguntas relacionadas con nuestra humanidad siguen estando ahí. En nuestra sociedad, existe una incapacidad de aceptar esta situación." Traten de ahuyentar lo natural y regresará galopando.
La filósofa concluyó señalando que el aumento en el número de suicidios va de la mano con la disminución de la "religión", cuyo papel es importante "al ayudarnos a aceptar el mundo imperfecto en el que vivimos. El suicidio refleja en gran medida el rechazo a esta imperfección." Traten de ahuyentar lo sobrenatural y se quedarán sólo con lo antinatural.
Sources: cath.ch/Philanthropos/FSSPX.News – 10/26/2017