¡Feliz fiesta de la Sagrada Familia! - Una fiesta para nuestros tiempos

Fuente: FSSPX Actualidad

La institución de la fiesta de la Sagrada Familia es relativamente reciente, pues se remonta a 1893, bajo el pontificado de León XIII. En nuestros tiempos, adquiere una importancia especial ya que los ataques contra la familia, las leyes a favor del divorcio y los atentados contra el matrimonio natural, no dejan de multiplicarse.

Importancia de esta fiesta

La santa casa de Nazaret se nos presenta como el modelo perfecto del hogar cristiano.

Allí, José mandaba con calma y serenidad, porque estaba consciente de que el hacerlo, cumplía la voluntad de Dios y hablaba en su nombre... Como un buen superior, sólo hacía uso de su autoridad para cumplir más plenamente el oficio de siervo, de súbdito, de instrumento.

María, como conviene a la mujer, permanecía modestamente sumisa y sujeta a José; adorando, al mismo tiempo, a Aquel a quien mandaba. Ordenaba a Jesús, sin vacilar, en las mil ocasiones que presentaba la vida familiar, llamándolo, pidiendo su ayuda, imponiéndole tal o cual ocupación, como una madre lo hace con su hijo.

Y Jesús acepta humildemente esta sujeción: se muestra atento a los menores deseos de sus padres, dócil a cualquier orden. En todos los detalles de la vida ordinaria, Él, más inteligente, más sabio, más santo que María y José, y a quien se le debe todo honor y gloria, permanece sumiso, y así vivirá hasta el comienzo de su vida pública, porque esas son las condiciones de la humanidad de la que se revistió, y haciendo esto complace a su Padre.

Así hemos de considerar a la Sagrada Familia bajo el humilde techo de Nazaret, verdadero modelo de esta vida doméstica con sus relaciones mutuas de caridad y sus bellezas inefables, que es el campo de acción de millones de fieles en todo el universo;  donde el esposo gobierna como lo hacía San José, mientras que la esposa obedece como lo hacía María; donde los padres están atentos a la educación de los hijos, y donde estos últimos toman el lugar de Jesús a través de su obediencia y la alegría y luz que esparcen alrededor de sus padres. (...) Por las gracias que cada día y a cada momento el cielo derrama sobre él, por la multitud de virtudes que entran en acción, y finalmente, por la felicidad que contiene, el hogar cristiano es "como la antesala del Paraíso".

Por lo tanto, no resulta sorprendente que la familia sea actualmente el objeto de continuos ataques perpetrados por los enemigos del género humano; y si a menudo obtienen grandes triunfos sobre el reino fundado aquí abajo por Nuestro Señor, es porque logran profanar el matrimonio, destruyendo la autoridad de los padres, enfriando los afectos y los compromisos que vinculan al hijo con sus padres. En todo el universo, por la misericordia de Dios, la familia cristiana ha sido establecida y defendida por la Iglesia, como su creación más bella y el mayor beneficio otorgado a la sociedad. Pero no olvidemos que la luz, la paz, la pureza y la felicidad del hogar cristiano se derivan de la humilde vida de Jesús, María y José, en la santa casa de Nazaret.

Extracto de L'Année Liturgique de Dom Guéranger, T. II, Le temps après Noël.

Prière à la Sainte Famille de Léon XIII

Ô Jésus plein d'amour qui par vos ineffables vertus et les exemples de votre vie domestique avez sanctifié la famille de votre choix sur cette terre, daignez arrêter vos regards sur la nôtre, prosternée devant vous pour implorer votre miséricorde.

Souvenez-vous que cette famille vous appartient car nous vous l'avons offerte et consacrée. Assistez-la de vos bontés, défendez-la de tout péril, secourez-la dans ses besoins et donnez-lui la grâce de persévérer dans l'imitation de votre Sainte Famille, afin que, fidèle à vous servir, et à vous aimer ici-bas, elle puisse vous bénir éternellement dans le Ciel.

Marie, ô très douce Mère, nous recourons à votre intercession, assurés que le divin Fils exaucera vos prières. Et vous aussi, glorieux patriarche saint Joseph, aidez-nous de votre puissante médiation, et offrez nos vœux à Jésus en les faisant passer par les mains de Marie.