Finaliza la restauración del ícono romano del siglo XVII Salus Populi Romani
Tras un "largo y difícil período de restauración", que duró varios meses, según reporta L’Osservatore Romano, el ícono Salus Populi Romani ha regresado a su lugar en la basílica de Santa María la Mayor. Se le puede ver nuevamente colocado sobre el altar en la capilla Paulina.
Cada año, en el último domingo de enero, los romanos celebran la fiesta de la Traslación del ícono a su ubicación actual, que tuvo lugar el 27 de enero de 1613. Esta vez, la fiesta adquirió un carácter más solemne, pues el Papa Francisco participó en esta devoción popular por primera vez, como parte de las celebraciones por su restauración. El Santo Padre celebró la Misa en la basílica de Santa María la Mayor, en la mañana de 28 de enero de 2018, para el regreso del ícono.
En julio de 2017, un grupo de científicos del Taller de los Museos del Vaticano dedicado a la restauración de pinturas y artefactos de madera observaron que el tiempo había ocasionado un cierto grado de deterioro. La pintura de la Virgen y el Niño ha sido restaurada a su antiguo esplendor y luminosidad gracias al trabajo en equipo de los Museos del Vaticano.
El vaticanista Sandro Magister cuenta en su blog L’Espresso que, según la tradición, el ícono es una copia, pintada por el evangelista San Lucas, de una imagen de María y el Niño Jesús que apareció milagrosamente en una iglesia construida por los apóstoles Pedro y Juan en la ciudad de Lydda (ahora conocida como Lod, en Israel). El ícono permaneció originalmente en Bizancio, a donde Santa Helena, madre del emperador Constantino, lo llevó desde Tierra Santa, pero, más tarde, fue llevado a Roma por mar y fue recibido por el Papa Gregorio Magno en la ribera del Tíber.
El cardenal Cesare Baronio (1538-1607), un historiador de la Iglesia, reporta que el Papa Gregorio colocó personalmente el ícono en la basílica de Santa María la Mayor en 590, después de una procesión para suplicar por el fin de la peor plaga epidémica que golpeó a la ciudad de Roma: "En esa ocasión, el Arcángel San Miguel fue visto ariba de la tumba de Adriano colocando su espada de regreso en su funda." La plaga terminó, y a partir de entonces la tumba fue conocida como Castel Sant’Angelo.
El ícono es venerado como protector de Roma en los grandes peligros, pero su título "Salus Populi Romani" se aplica a la Iglesia universal: "María sostiene en sus brazos al Salvador, que es la salvación de todos."
Aleteia informa que cuando el Papa Francisco era todavía el cardenal arzobispo de Buenos Aires, cada vez que viajaba a Roma, "acudía a rezar ante el ícono. Y cuando sus sacerdotes en Buenos Aires iban a Roma les pedía rezar un Avemería por él frente al ícono."
Aún hoy, el Papa Francisco visita la basílica de Santa María la Mayor para rezar ante la Virgen de Salus Populi Romani antes y después de cada viaje al extranjero. El 7 de septiembre de 2013, pidió que sacaran el ícono a la Plaza de San Pedro y lo llevaran en procesión en medio de la multitud, cargado por cuatro guardias de la Guardia Suiza precedidos por dos niñas pequeñas con ramos de flores, para una vigilia de ayuno y oración por la paz en Siria.
Hace cuatro siglos y medio, el Papa San Pío V hizo lo mismo para suplicar al cielo el éxito de la flota cristiana en la Batalla de Lepanto en 1571.
El Papa Pío XII rindió homenaje al ícono cuando proclamó el dogma de la Asunción de 1950, y lo coronó en la Plaza de San Pedro en 1954 para el centenario de la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción.
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Fuentes: cath.ch / aleteia / Chiesa.espresso.repubblica.it / Osservatore Romano – FSSPX.News – 2/2/2018