Francia: la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de 2024 (1)
Bajo una lluvia torrencial, París se transformó, durante la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos, el 26 de julio de 2024, en un gran escenario al aire libre. Doce cuadros, para un espectáculo de luz, música y danza, que invitaban a la paz, la libertad, la igualdad, la fraternidad...
Una de estas pinturas, titulada “Festividad”, mostraba en un puente que cruza el Sena, a un grupo de drag queens (hombres disfrazados de mujeres) acompañados de bailarines, a ambos lados de una DJ, Leslie Barbara Butch, activista LGBTQ+, luciendo una corona con un halo. Obviamente, incluso para el ojo demasiado cándido, se trataba de una parodia transgénero del cuadro de la Última Cena de Cristo con sus discípulos, de Leonardo da Vinci.
Las reacciones fueron rápidas. Muchas voces se indignaron ante una ceremonia “wokista”, “vulgar”, una “escenificación grotesca”, que equivale a una “blasfemia” o un “sacrilegio”. El sitio de France TV no lo ocultó al titular la fotografía de esta parodia: Une mise en Cène LE-GEN-DAIRE, para luego retirarla, ante la protesta pública.
Las televisiones de algunos países, como Estados Unidos y Marruecos, censuraron determinados pasajes de esta retransmisión mundial, como el de una bailarina desnuda tumbada delante de la DJ con aureola. En las redes sociales, muchos sacerdotes ofendidos pidieron a los obispos que reaccionaran.
La repetición de esta ceremonia inaugural ha sido eliminada del canal de YouTube del Comité Olímpico Internacional (COI). Aún están disponibles las retransmisiones de las ceremonias inaugurales de Londres 2012, Río 2016 o Tokio 2021, pero no la de París 2024. France TV ofreció una selección de escenas de la ceremonia del 26 de julio, pero la de los drag queens parodiando la Última Cena no estaba incluida.
La empresa de telecomunicaciones C Spire, sexto proveedor de servicios inalámbricos de Estados Unidos, ha decidido eliminar toda la publicidad en su nombre de los Juegos Olímpicos de París: "Nos sorprendió la burla de la Última Cena durante la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París. C Spire retirará su publicidad de los Juegos Olímpicos".
El gobernador de Mississippi, Tate Reeves, inmediatamente apoyó la decisión: "Estoy orgulloso de ver al sector privado de Mississippi dando un paso al frente y levantando el puño. Dios no será ridiculizado. C Spire ha trazado un curso de acción apropiado y de sentido común".
Los obispos deploraron "algunas escenas de burla en una maravillosa ceremonia"
El 27 de julio, los obispos de Francia publicaron un comunicado de prensa, firmado conjuntamente por los organizadores de los Holy Games, que es el programa de la Iglesia católica para conciliar deporte y fe, bajo el lema: “¡El Evangelio es deporte!"
El comunicado, sin mencionar la parodia blasfema, dice: "La ceremonia de apertura propuesta anoche por el COJOP (Comité Organizador de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos) ofreció al mundo entero maravillosos momentos de belleza, alegría, ricos en emociones y universalmente aclamados. Lamentablemente, esta ceremonia incluyó escenas de escarnio y burla del cristianismo, que deploramos profundamente". Y los obispos añaden:
"Esta mañana pensamos en todos los cristianos de todos los continentes que se han sentido heridos por la indignación y la provocación de determinadas escenas. Queremos que comprendan que la celebración olímpica se extiende mucho más allá de los prejuicios ideológicos de unos pocos artistas. El deporte es una maravillosa actividad humana que alegra profundamente los corazones de los deportistas y de los espectadores. El Olimpismo es un movimiento al servicio de esta realidad de unidad y fraternidad humana".
El tono tan tranquilizador de este comunicado de prensa, incapaz de denunciar explícitamente una parodia blasfema, ofendió a muchos católicos en las redes sociales. Pero es cierto que este texto sigue la línea dada por el Papa Francisco en su carta al arzobispo de París, monseñor Laurent Ulrich, del 27 de junio, con motivo de los Juegos Olímpicos de París:
"Espero que la organización de estos Juegos sea para todo el pueblo de Francia una gran oportunidad de armonía fraterna que permita, más allá de las diferencias y las oposiciones, fortalecer la unidad de la nación. […] El deporte es un lenguaje universal que trasciende fronteras, lenguas, razas, nacionalidades y religiones; tiene la capacidad de unir a los pueblos, de promover el diálogo y de acoger recíprocamente".
– Irenismo deportivo, ecumenismo olímpico, estos son los valores de la Iglesia “sinodal”, tanto en París como en Roma.
La Fraternidad San Pío X pide reparación por la blasfemia
Afortunadamente, no todas las reacciones eclesiásticas fueron tan tranquilizadoras. En Estados Unidos, varios obispos hicieron inmediatamente pública su fuerte oposición:
Salvatore Cordileone, arzobispo de San Francisco: "El fundamentalismo secular se ha infiltrado ahora en los Juegos Olímpicos, hasta el punto de blasfemar la religión de más de mil millones de personas. ¿Le harían esto a cualquier otra religión?".
Una reacción similar por parte de Monseñor Donald Hying, obispo de Madison en Wisconsin: "En reparación por la blasfemia en París, ayunemos y oremos, renovemos nuestra devoción a la Eucaristía, al Sagrado Corazón y a la Virgen María. Que Jesús sea adorado y amado en todos los sagrarios del mundo. Gracias Señor por la Eucaristía y la Última Cena, tu amor por nosotros".
Monseñor Joseph Strickland, exobispo de Tyler (Texas): “La intolerancia hacia los cristianos y la blasfemia contra Jesucristo, el Hijo de Dios, expuesta en los Juegos Olímpicos, constituye un nuevo golpe para nuestra comunidad humana. Vergüenza para quienes produjeron esta burla, vergüenza para el Comité Olímpico y la nación francesa por haberlo permitido. Esto empaña lo que debería ser la noble celebración del deporte y la competición.
"Exhorto a los atletas a no correr por la descolorida corona de la fama mundana, sino más bien por la corona que nunca se desvanece, la vida eterna en Jesucristo, el Hijo de Dios resucitado". Asimismo, Monseñor Robert Barron, obispo de Winona-Rochester: "Debemos resistir, debemos hacer oír nuestra voz".
El domingo 28 de julio, el Padre Benoît de Jorna, superior del distrito francés de la Fraternidad de San Pío X, hizo leer en cada misa en todos los prioratos este llamado a la oración reparadora: “Nadie puede ignorar la 'ceremonia' de apertura de los Juegos Olímpicos de 2024.
“El mundo entero lo vio y millones de espectadores presenciaron la parodia blasfema de la Última Cena. Es imposible permanecer indiferentes o pasivos ante este nuevo ataque a los derechos de Nuestro Señor, verdadero Dios y verdadero hombre. Lamentablemente, la Iglesia ya no tiene el poder de reprimir tales atrocidades.
“El hecho es que nuestra fe católica debe llevarnos a deplorar profundamente esta parodia blasfema, que es tanto más grave cuanto que fue orquestada para ser vista por todo el mundo. Este ultraje organizado por las autoridades públicas es un escándalo para un gran número de almas.
"Con Pío XI, todo cristiano afirma que los líderes de la sociedad civil deben recordar 'el juicio final, donde Cristo acusará a quienes lo expulsaron de la vida pública, pero también a quienes lo rechazaron o ignoraron con desdén, y castigará tales ultrajes con los castigos más terribles; porque su dignidad real exige que todo el Estado se rija por los mandamientos de Dios y los principios cristianos” (Encíclica Quas Primas, 1925).
"Nuestra oración debe implorar la misericordia divina para salvar a nuestro país de un castigo, por muy merecido que sea. Y para reparar tan execrable blasfemia, nuestra ofrenda será el Santo Sacrificio de la Misa a la que asistimos, esta satisfacción infinita que el divino Sacerdote ofreció a su Padre".
Al final de cada misa se recitó el salmo De profundis, seguido de la invocación Parce, Domine, parce populo tuo: ne in æternum irascaris nobis.
Fuentes: cath.ch/CEF/France TV/CIO/COJOP/DICI n°447 – FSSPX.Actualités
Imagen: Sylvestre, CC BY 4.0, via Wikimedia Commons