Francisco: diez años de pontificado en diez preguntas (8)

Fuente: FSSPX Actualidad

El Papa Francisco en 2019, en Abu Dabi

El 13 de marzo de 2013, el cardenal Jorge Mario Bergoglio fue elegido Papa y tomó el nombre de Francisco. Diez años después, el aniversario de esta elección se celebró de manera particularmente discreta: el Papa ofició una misa privada con los cardenales presentes en Roma, en la capilla de la residencia de Santa Marta.

El balance realizado por los vaticanistas se reduce a diez preguntas esenciales. Las cuatro primeras son: "¿Hay un Papa mediático (simpático) y un Papa real (autoritario)?"; "¿Es Francisco ante todo un hombre de su tiempo?"; ¿Su gobierno es más personal que sinodal?"; "¿Es una modalidad jesuita de gobierno?"; "¿Qué es la sinodalidad según Francisco?"; "La sinodalidad para pastoralizar el dogma y dogmatizar la pastoral?"; ¿Hacia una centralización administrativa y una descentralización doctrinal?" Veamos ahora la octava:

8. ¿Cómo juzgar este pontificado por sus frutos?

Si seguimos el precepto evangélico que pide juzgar al árbol por sus frutos, los juicios que se hacen sobre el pontificado actual son alarmantes. A continuación, presentamos dos, uno de Estados Unidos, el otro de Roma.

En el New York Times del 15 de marzo, retomado por Il Sismografo del 16 de marzo, el periodista estadounidense Ross Douthat escribe: "están las sombrías cifras de la era de la Iglesia de Francisco, como la acelerada disminución del número de seminaristas en todo el mundo, que alcanzó su punto máximo al comienzo del pontificado de Francisco y ha estado en declive desde entonces.

"O la deplorable situación financiera, hasta el punto de que el Vaticano está cobrando a los cardenales rentas más altas para compensar años de déficit".

Y señala: "El Papa que predicó la descentralización y la diversidad ha mostrado una crueldad microgerencial [autoritarismo puntilloso], tratando de estrangular a las congregaciones [que celebraban] Misa en latín con gestos tan misericordiosos como la prohibición de que sus Misas fueran publicadas en los boletines parroquiales".

Ross Douthat ve a Francisco como una especie de "máximo común divisor": "En los albores de su décimo aniversario, este pontificado no solo ha encontrado una resistencia inevitable debido a su celo por la reforma.

"Multiplicó innecesariamente las controversias y exacerbó las divisiones en nombre de una agenda que aún puede parecer confusa, y sus elecciones en todo momento parecían estar dirigidas a crear la mayor aversión posible entre las diversas partes de la Iglesia, el mayor desorden imaginable".

El otro testimonio proviene de un cardenal romano que escribió, el 13 de marzo, en el blog Silere non possum, sin dar su nombre, intentando dar una explicación a esta confusión general que todo el mundo deplora. Cuando se le preguntó sobre el próximo Sínodo sobre la Sinodalidad, responde:

"No creo que salga nada significativo de eso. Humo, nada más. Pero el objetivo está conseguido: crear confusión. Francisco está convencido de todo esto, y eso es lo que siempre ha afirmado la filosofía marxista. La renovación solo es posible después de la confusión, después del conflicto. Luego viene la paz".

– Según el esquema dialéctico revolucionario: tesis, antítesis, síntesis. Además, está también el interesante artículo del Padre Jean-Michel Gleize "Solve et coagula", en el Courrier de Rome n°660, enero de 2023.

Más adelante, el cardenal confiesa: "Mientras que en estas horas algunos obispos hablan de un Papa que derriba muros, la impresión, lamentablemente, es muy diferente. Francisco parece haber exacerbado las divisiones, y la cuestión litúrgica es solo una de ellas.

"Incluso dentro de la Curia hay una sensación de depresión y desánimo. Hay muchos sacerdotes que piden dejar la Secretaría de Estado y otros departamentos. Están cansados. No se sienten valorados y el clima interior se ha vuelto irrespirable".