Francisco y el peronismo

Fuente: FSSPX Actualidad

Juan Perón y el Papa Francisco

Un argentino que conoce especialmente bien al Papa, su compatriota, y que firma como “The Wanderer”, dirige un blog titulado “Caminante Wanderer” en el que informa regularmente sobre las noticias romanas. El 15 de abril de 2024, escribió un artículo con un llamativo título, sobre la relación entre el pensamiento del Papa reinante y el peronismo, relación a menudo invocada, pero ahora descrita por un experto. Presentamos algunos extractos.

El artículo, firmado por Demóstenes, comienza explicando que “a quien no vive en Argentina le resulta difícil comprender el fenómeno del peronismo. Para facilitar la tarea, lo asimila a otra realidad conocida: socialismo, democracia cristiana, movimiento progresista o alguna variante no bien definida de populismo. Por otra parte, es algo bastante generalizado tratar de peronista al Papa actual. La conclusión parece sencilla: se espera del Papa una conducta propia de socialistas, populistas, etc.

El autor comienza explicando de qué habla: "Es que el peronismo es un fenómeno propiamente argentino, que no se identifica con realidades de otros países. No se trata de un movimiento que se funde en un desarrollo conceptual, sino más bien de una simple herramienta de poder. Una estructura de acceso, uso, conservación y acrecentamiento de poder. Hay peronistas de izquierda, de derecha y de centro. Los hay conservadores y los hay revolucionarios. Todos tienen sus razones para considerarse peronistas. (...)

"Difícil es encontrar elementos comunes a todos los que se dicen peronistas. Hay aspectos que son propios de muchos peronistas, como la protección de los obreros, la animadversión respecto de Estados Unidos, el deseo de favorecer al pobre, la tendencia al estatismo, etc. No obstante, pondremos el acento en ciertos componentes que no hacen a la faceta conceptual-afectiva peronista, sino a la realidad de su funcionamiento en casi todas sus vertientes: 1. Primacía del poder. 2. Incomodidad con la excelencia. 3. Prioridad de la táctica sobre la estrategia. Está claro que se trata de una simplificación. Veamos el reflejo de las características indicadas en la personalidad del Papa Francisco".

1) Primacía del poder

"En este aspecto la trayectoria del actual Papa es lineal. La mayoría de sus actos llevan a obtener, usar, conservar o incrementar el poder.

"Hay que recalcar esto, porque muchas veces se pone el acento en ciertas contradicciones conceptuales en las que incurre. En otras personas, esto podría significar desgarramientos internos profundos o traiciones calculadas. Sin embargo, en el caso de Bergoglio, la contradicción teórica no tiene mayor importancia. Hoy puede decir algo y dentro de un tiempo sostener, sin mayor dificultad, una idea incompatible con lo dicho anteriormente, en la medida que todo esté vinculado a un objetivo único. (...) En realidad, para quien prioriza los objetivos prácticos, esa contradicción es aparente. Para Francisco, lo que importa no son las ideas, sino las decisiones y las acciones. No es un teórico, sino un político. Se aplica aquí uno de sus famosos aforismos: “La realidad es superior a la idea”. “La única verdad es la realidad”, decía Perón.

"Desde esta lógica también se entiende el derecho, que se convierte en un simple instrumento en manos de quien ejerce el poder. Y esta visión explica ciertas conductas que son irritantes para un jurista o que responden a concepciones jurídicas contrarias: por ejemplo, cambiar las reglas procesales en el medio de un juicio (recordemos lo ocurrido durante el juicio al cardenal Becciu). (...) Si lo deseado no se logra desde el derecho, se apelará a la misericordia o se actuará como si la norma no existiera. (...) El derecho, en síntesis, no puede convertirse en un obstáculo, puesto que es una herramienta de poder. A punto tal de vehiculizar la venganza. Como Perón decía, “al enemigo, ni justicia”.

"Toda organización intermedia fuerte también es una barrera para quien ejercer el poder supremo. Una asociación católica floreciente, toma sus decisiones internas con relativa autonomía, por lo que, en la vida diaria, tiene sobre sus miembros una influencia superior a la del mismo Papa. (...) En este contexto, las intervenciones institucionales (visitas fraternas a obispos, comisariamientos a congregaciones religiosas o movimientos laicales, etc.), son un importante modo de terminar con esa resistencia. Las decisiones papales no deben pasar por el filtro de los mandos medios. (...) En la misma línea debe entenderse la facultad de deponer obispos y el rechazo de los liderazgos vitalicios de los directivos de asociaciones católicas.

"También dentro de la estructura eclesiástica, los cargos inferiores deben contar con la menor autoridad posible. (...) Un jefe de dicasterio puede ser una figura meramente decorativa, porque el contacto directo con el Papa lo tiene un subordinado del dicasterio y no el prefecto. Ese subordinado controla a su jefe, quien pasa a encontrarse en una situación incómoda. El resultado práctico es que las autoridades infrapapales tienden a decidir menos, a ejecutar las resoluciones papales o a llevar adelante solamente las políticas que saben con certeza que cuentan con la conformidad superior.

"Los procedimientos también otorgan a la organización un manejo de la situación que puede ser frustrante para quien ejercer el poder supremo. Si un Papa debe elegir a un obispo entre una terna de nombres que recibe de las nunciaturas, se convierte en un rehén de la estructura. Algo similar ocurre con las beatificaciones y canonizaciones. Por tanto, dejar de lado procedimientos, signos externos de autoridad o protocolos y ceremoniales, es mostrar que quien detenta el poder a nada se somete. Y esto se disfraza de eficacia, liberación de signos del pasado o prescindencia de formas inútiles.

"Lo mismo puede decirse respecto de la recompensa por méritos. No hay sedes cardenalicias, pues estas condicionarían la elección papal. Un beneficio que se recibe del Papa no debe fundamentarse en un derecho; por el contrario, su origen radica en la voluntad  del soberano. (...) Además, ninguna situación es definitiva. El que hoy es ascendido a cardenal, prontamente puede ser excluido del Colegio Cardenalicio. Todo es provisorio. El miedo continuo a perder sorpresivamente los beneficios es una gran herramienta de sometimiento. 

"Cuando la cuestión es difícil o complicada, se transfiere la responsabilidad a realidades u órganos impersonales. Un primer ejemplo es la insistencia de Francisco en manifestar que la política que lleva adelante se limita a seguir lo decidido por los cardenales durante el cónclave. Las comisiones designadas con posterioridad, le permiten adoptar o postergar una decisión, trasladando el costo político a una realidad impersonal. Con un beneficio adicional: adquiere fama de democrático y de directivo que tiene la sabiduría de actuar aconsejado por expertos".

2) Incomodidad con la excelencia

La segunda característica es la incomodidad con la excelencia. En Francisco, no hay desprecio al dinero ni deseo de austeridad. Lo que hay, es una resistencia o incomodidad respecto de todo lo que sea calidad. 

"Las aplicaciones son varias. Vive en Santa Marta, porque se sentiría incómodo en un apartamento vaticano espacioso; además, no quiere que se lo aísle, lo que implicaría una pérdida de poder. (...) Su liturgia es low cost. Usa ornamentos litúrgicos feos, porque con ellos se siente a gusto. (...) No concurrió al concierto que prepararon en su honor, porque no le gusta escuchar ese tipo de música. 

"Aunque se trate de promocionar que son muestras de austeridad, queda claro que no se trata de un  problema de dinero. (...) Sin embargo, no hay dificultad económica para llevar a Roma a músicos latinoamericanos de baja calidad o conferencistas mediocres. Tampoco hay problema de dinero cuando se trata de los enormes gastos de las Jornadas Mundiales de la Juventud. (...)

"Pero debe maquillarse. Vivir en Santa Marta se explica como un ejemplo de austeridad o como un medio para el equilibrio psicológico. Toda su vestimenta —incluyendo la litúrgica—, como una manifestación de sencillez y pobreza. Su negativa a asistir al concierto, se muestra como un rechazo a la pompa renacentista. (...)

"Adicionalmente, su modo de actuar es una demostración de que el logro de objetivos importantes no precisa de instrumentos de calidad. Puede llevarse a cabo un cambio relevante en la disciplina o en la liturgia de la Iglesia con un texto sin profundidad teológica. Más aún, no deja de ser una muestra de poder que graves intelectuales realicen sesudos análisis sobre documentos mediocres. Un triunfo oficial de lo vulgar".

3. Prioridad de la táctica sobre la estrategia

O, lo que es lo mismo, anteponer el corto al largo plazo. La vida es corta. El largo plazo queda muy lejos y las decisiones cuyos efectos verdaderamente influyen en la intensidad del poder y popularidad de un gobernante que asume su cargo con edad avanzada, son las que se toman con efecto a corto plazo.

"Aquí se encuentran las determinaciones que prioriza el Papa. En el registro táctico, el Papa tratará de no resignar decisión alguna. A él está reservada la designación de sus colaboradores reales, la influencia en procesos eleccionarios inmediatos, el beneplácito actual de los medios de comunicación, la gestión económica que estime decisiva, las operaciones políticas que le interesan, etc. De modo general, el Papa debe tener la posibilidad de intervenir, si así lo desea, en cualquier tipo de determinación. 

"Los acostumbrados operativos de prensa abonan el relato de un Papa reformador, que lleva adelante cambios irreversibles en todas las áreas de la Iglesia. Y que quienes se oponen son conservadores minoritarios, pero poderosos, anclados a estructuras caducas de las cuales se benefician. (...) Es que la renovación permanente de los operativos de prensa es parte del corto plazo. Periódicamente deben surgir enemigos nuevos, gestos sorpresivos y grandes cambios esperados, cuya publicidad mantenga viva la importancia del líder

"El acento por la táctica es también un problema de limitación, común a la mayoría de los humanos. Son pocos los hombres capaces de decisiones que marcan una huella profunda y duradera. La mayoría somos mediocres, que vamos actuando según nuestras posibilidades".

Por Demóstenes, en Caminante Wanderer