Guerra en Ucrania: la Santa Sede actúa como principal mediadora

Fuente: FSSPX Actualidad

El cardenal Matteo Zuppi y el jefe de la diplomacia rusa, Sergei Lavrov, el 14 de octubre de 2024

En un momento en el que Ucrania parece perder pie frente a un ejército ruso especializado en la guerra de resiliencia y el mundo contiene la respiración a pocos días de las elecciones presidenciales estadounidenses, la Santa Sede está redoblando sus esfuerzos diplomáticos para encontrar una solución a un conflicto que se prolonga desde febrero de 2022.

El enviado especial del soberano pontífice para la paz en Ucrania ha retomado su bastón de peregrino, esta vez en dirección a Moscú. El cardenal Matteo Zuppi llegó a la capital rusa el 14 de octubre de 2024 oficialmente para “evaluar esfuerzos adicionales que faciliten la reunificación familiar de los niños ucranianos y el intercambio de prisioneros, con vistas a lograr la tan esperada paz”, según los términos del comunicado emitido por la Sala de Prensa de la Santa Sede.

Según el periódico Il Messagero, 19,546 niños ucranianos han sido desplazados en Rusia: de ellos, 388 ya han podido regresar a sus hogares, en particular gracias a la mediación de la Santa Sede. El pasado mes de junio, el Financial Times publicó una investigación contra el estado ruso, acusado de llevar a cabo una “rusificación forzada” de estos niños condenados a la adopción.

“Propaganda antirrusa”, señala ofendido el Kremlin, que niega los hechos, argumentando que los menores desplazados son rusoparlantes, algunos de los cuales perdieron a sus padres en los atentados.

Esta es la segunda vez que el presidente de la Conferencia Episcopal de Italia (CEI) llama a la puerta del Kremlin, con un matiz que conviene subrayar: la primera vez, el alto prelado fue recibido por actores políticos secundarios – un asesor especial del presidente Vladimir Putin y el comisario para los Derechos de los Niños – ahora fue el propio jefe de la diplomacia rusa quien recibió con satisfacción al porporato, una señal del interés de Moscú en la iniciativa de paz del Vaticano.

Un diálogo “constructivo” según el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso: “Ambas partes mantuvieron un debate en profundidad sobre la cooperación en el ámbito humanitario en el contexto del conflicto con Ucrania y abordaron una serie de cuestiones actuales relevantes para la relación bilateral e internacional", comentaron los servicios de Serguéi Lavrov, añadiendo que se "tomó nota del desarrollo constructivo del diálogo entre la Santa Sede y la Federación de Rusia".

Unos días antes, el presidente ucraniano fue recibido brevemente – por tercera vez – por el Papa Francisco en el Vaticano: una entrevista seguida de un encuentro con el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado de la Santa Sede, al que asistieron los más altos funcionarios de la diplomacia vaticana. 

“Las conversaciones en la Secretaría de Estado se enfocaron en el estado de la guerra y la situación humanitaria en Ucrania, así como en los medios para poner fin, con miras a una paz justa y estable en el país. Además, también se examinaron una serie de cuestiones relativas a la vida religiosa en el país”, se indicó en un comunicado emitido por la Sala de Prensa de la Santa Sede después del encuentro.

Cabe señalar que en el escenario de las operaciones militares, en el Donbas, la línea del frente ucraniano parece una fortaleza que se desmorona inexorablemente bajo el fuego y el avance de los ejércitos rusos. Al no disponer ya de medios humanos para resistir durante mucho tiempo ni para lanzar una contraofensiva costosa en vidas humanas, Ucrania ya no parece tener otra opción que encontrar el camino hacia una paz honorable. Con la ayuda de la Santa Sede, que está en buena posición para actuar como mediadora.

Sobre todo porque el resultado de las elecciones presidenciales estadounidenses del 5 de noviembre podría también acelerar brutalmente el desenlace de una guerra de la que la historia tal vez solo recuerde las grandes pérdidas humanas y su oleada de shock económico y migratorio en el Viejo Continente.