Habemus papam: ¿rezar o especular?

El cardenal estadounidense Robert Francis Prevost, OSA, fue elegido papa el 8 de mayo de 2025. Tomó el nombre de León XIV.
Desde entonces, proliferan las "biografías exprés", los periodistas escriben libros en tres días para presentar al nuevo elegido, con la esperanza de obtener un gran éxito editorial. En realidad, se conjetura, se especula.
Nosotros preferimos esperar los actos del sumo pontífice. No en una espera estéril, sino más bien en una espera orante, como nos invita la liturgia:
"Suplicantes y humildes, te imploramos, Señor: que tu inmensa bondad conceda a la Santa Iglesia romana un pontífice que te sea siempre agradable por su celo sobrenatural hacia nosotros y que merezca la veneración de tu pueblo por su sabio gobierno, para gloria de tu nombre". (Colecta de la misa para la elección del sumo pontífice)
Sí, roguemos a Nuestro Señor para "que tengamos la alegría de ver presidir el gobierno de nuestra madre la Santa Iglesia a un pontífice que sea agradable a tu majestad".
Insistamos a Dios para "tener un pontífice que instruya a tu pueblo en las virtudes y difunda en las almas de los fieles el perfume de las gracias espirituales" (Poscomunión).
Tal es la sabiduría de la liturgia tradicional, muy por encima de conjeturas, suposiciones y otras especulaciones.
Y cuando lleguen los actos del nuevo Papa, será esta sabiduría la que guiará nuestro juicio con toda seguridad: un pontífice "que instruya a tu pueblo en las virtudes y difunda en las almas de los fieles el perfume de las gracias espirituales".
Bajo esta luz superior, podremos saber sobrenaturalmente si Dios nos ha concedido un papa "que te sea siempre agradable por su celo sobrenatural hacia nosotros y que merezca la veneración de tu pueblo por su sabio gobierno, para gloria de tu nombre".
Padre Alain Lorans
Fuente: NDC, n°213 – FSSPX.Actualités