Haití: el episcopado dirige su mensaje de Navidad a los fieles

Fuente: FSSPX Actualidad

Los obispos haitianos relatan con tristeza la situación en la que se encuentran sus rebaños y la mayoría de los habitantes del país, especialmente los de la capital. Utilizan las palabras "grandes pruebas" para describir la vida cotidiana en un país devastado por bandas que ya no respetan nada.

El episcopado constata que "muchas familias viven en la extrema pobreza. A ello se añade una violencia deshumanizadora. Muchas personas carecen de hogar y de esperanza. Las personas mayores están abandonadas a su suerte, preocupadas y tristes por su incapacidad para hacer frente a tal realidad", añaden.

Las causas de esta situación son "la violencia, la corrupción, el cinismo y el mal gobierno", afirman. Para remediar este estado de cosas, se dirigen a "aquellos que tienen armas y matan, saquean, violan, queman y expulsan a la gente de sus casas", instándoles, sin duda con cierta ingenuidad, a que pongan fin a sus fechorías.

A continuación se dirigen a "quienes se ocultan en las sombras y les suministran secretamente armas y municiones", pidiéndoles que dejen de "alimentar la violencia ciega que ensangrienta a diario nuestra sociedad". Pero eso no fue todo.

Los prelados se dirigen entonces a las autoridades estatales, y su petición fue más o menos acusatoria: "traten de trabajar en interés de todos en lugar de servir a sus propios intereses y a los de sus partidos. Controlen las aduanas y fronteras, puertos y aeropuertos, privados y públicos, para bloquear el tráfico de armas y municiones ilegales que entran en el país.

"Acaben con el problema de la inseguridad encontrando formas eficaces de desarmar a los niños, jóvenes y adultos atrapados en la espiral de violencia. Respondan urgentemente a las necesidades de los desplazados. Hagan justicia a las numerosas víctimas. Restablezcan el orden y la paz".

Por último, piden ayuda a la comunidad internacional, recordando las "promesas y compromisos para ayudar a Haití a salir de las profundidades de la violencia y el aislamiento en que se encuentra. Hagan todo lo posible para impedir la entrada de armas y municiones ilegales en el país. La población debe poder contar con la solidaridad efectiva de las demás naciones".

Al menos 184 muertos según la ONU

Al día siguiente de este mensaje, "184 personas murieron cerca de la capital haitiana, Puerto Príncipe", según la ONU. TV5Monde informa que "los asesinatos fueron ordenados por un 'poderoso jefe de banda' que estaba convencido de que la enfermedad de su hijo había sido causada por practicantes de vudú, según la ONG haitiana Comité para la Paz y el Desarrollo (CPD)".

La oficina del Primer Ministro denunció "la despreciable masacre perpetrada los días 6 y 7 de diciembre de 2024 en Wharf Jérémie (Cité Soleil) por el jefe de la banda Micanor Altès, alias Wa Mikanò", en un comunicado en X. "Este acto bárbaro de aborrecible crueldad cobró la vida de más de un centenar de hombres y mujeres, en su mayoría ancianos indefensos", prosigue el comunicado.

Los delincuentes utilizaron machetes y cuchillos para perpetrar la masacre. El control de las bandas, que incluye restricciones al uso de teléfonos móviles, "ha limitado la capacidad de los residentes para compartir información sobre la masacre", señala Reuters.

Volker Türk, Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, subrayó que "estos últimos asesinatos elevan la cifra de muertos en Haití este año a la descomunal cifra de 5,000", en una rueda de prensa en Ginebra (Suiza).