Hitler quería secuestrar al Papa: el plan secreto de Vaticano para proteger a Pío XII

Fuente: FSSPX Actualidad

Documentos inéditos procedentes de los archivos de la Gendarmería Pontificia han revelado el plan secreto puesto en marcha para defender la Santa Sede y proteger al Papa Pío XII en caso de una invasión en el Vaticano.

Entre el 8 de septiembre de 1943 - fecha de la ocupación de Roma por los alemanes - y ​​la liberación de la Ciudad Eterna, el 4 de junio de 1944, el Vaticano se encontró en el ojo de la tormenta. Este período es destacado por el historiador Cesare Catananti en su libro Il Vaticano nella tormenta publicado el 17 de enero de 2020.

A través de documentos que pudo consultar excepcionalmente en la sede de la gendarmería pontificia, el historiador demuestra que el canciller alemán había planeado la invasión de las 44 hectáreas del Vaticano, así como el secuestro del soberano pontífice. Según los informes, este último sería enviado a Múnich o a Liechtenstein.

Luego de haber sido informada de esto, la Secretaría de Estado puso en marcha un verdadero plan de guerra. El Vaticano se fortificó: se reforzaron las grandes puertas con monumentales barras de metal y sacos de arena, la guardia suiza organizó la defensa, y se preparó un suministro de agua y alimentos con miras a un largo asedio.

Si Hitler no se detenía y decidía enviar sus panzers para romper el muro, entonces, el plan de defensa tenía previsto un redespliegue táctico en los palacios apostólicos, cuya fase final sería un sangriento combate cuerpo a cuerpo con la Guardia Noble, en las puertas del apartamento pontificio, donde los agresores pensarían que se encontraba el soberano pontífice.

El tiempo ganado por este heroico y desesperado combate se aprovecharía para que el sucesor de Pedro y sus familiares pudieran llegar a la Torre Gregoriana, también llamada Torre de los Vientos, ubicada al norte de la Basílica del Vaticano. Gracias a los pasadizos secretos, todos podrían dirigirse rápidamente a un lugar seguro, con el apoyo del MI9 británico.

Al final, la invasión no se llevó a cabo, pero la historia está llena de giros y vueltas. En junio de 1944, fecha de la liberación de Roma, Pío XII abrió la Muralla Leonina a los soldados alemanes - los mismos que tenían órdenes de secuestrarlo unos meses antes - para protegerlos de las represalias de una población abrumada y sedienta de venganza.