Inauguración de los Juegos Olímpicos de 2024: niegan mal y mienten bien

Fuente: FSSPX Actualidad

Sede del Comité Olímpico Internacional

Tras la parodia blasfema de la Santa Cena, durante la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París, el comité organizador intentó responder a las numerosas críticas que se levantaron en todo el mundo.

Durante una conferencia de prensa, transmitida por el Comité Olímpico Internacional, “este último indicó que no tenía intención de faltarle el respeto a ningún grupo religioso o creencia particular. Recordó que durante la ceremonia de apertura su única intención fue siempre celebrar la comunidad y la tolerancia [ilustrado de forma sangrienta por la decapitada María Antonieta].

"El comité organizador también aclaró que si algunas personas se habían sentido ofendidas por ciertas escenas [como los drag queens parodiando la Última Cena de Cristo], fue completamente involuntario y que lo lamentaban".

Sin embargo, en su momento, los responsables de esta ceremonia habían afirmado explícitamente su carácter provocativo, y el sitio web de France Télévisions tituló sin rodeos la fotografía de los drag queens imitando la institución de la Eucaristía: “Una última cena LE-GEN-DA-RIA". Desde entonces, ante las protestas, el mensaje ha sido hipócritamente eliminado del sitio.

Al final de esta mascarada, los obispos de Francia se contentaron con un comunicado de prensa tranquilizador: “La ceremonia de apertura propuesta por el COJOP ofreció al mundo entero ayer por la tarde (viernes 26 de julio) maravillosos momentos de belleza, de alegría, ricos en emociones y universalmente celebrados.

"Lamentablemente, esta ceremonia incluyó escenas de escarnio y burla del cristianismo, que deploramos profundamente". – En resumen, todo fue muy bonito, salvo algunas notas falsas relativas a la Eucaristía, como si se tratara de un pequeño detalle y no del Santísimo Sacramento. Y el Papa Francisco guardó silencio.

En Estados Unidos, monseñor Robert Barron, obispo de Winona-Rochester, afirmó que la declaración de los organizadores era “una duplicidad woke”: "la ofensa es clara e intencionada. El Comité miente al decir lo contrario y pretender promover la tolerancia. El Comité Organizador de París 2024 no respetó a los 2,600 millones de cristianos al hacer creer a la gente que estaban equivocados sobre lo sucedido". – Y el Vaticano guarda silencio.

El Superior del Distrito de Francia de la Fraternidad San Pío X, el Padre Benoît de Jorna, pidió una reparación pública por tal blasfemia, diciendo: “Es imposible permanecer indiferentes o pasivos ante este nuevo ataque a los derechos de Nuestro Señor, verdadero Dios y verdadero hombre.

"Desafortunadamente, la Iglesia ya no tiene el poder de reprimir tales ultrajes. Lo cierto es que nuestra fe católica debe animarnos a deplorar profundamente esta mascarada blasfema, tanto más grave cuanto que fue orquestada para ser vista por el mundo entero. Este ultraje organizado por las autoridades públicas es un escándalo para un gran número de almas". – El silencio romano se vuelve ensordecedor.

Recordamos lo que el Padre Charles de Foucauld escribió a su amigo, el general François-Henry Laperrine, el 6 de diciembre de 1915: "Creía, al entrar en la vida religiosa, que debía aconsejarle especialmente la mansedumbre y la humildad; con el tiempo, veo que lo que más frecuentemente falta es la dignidad y el orgullo".

¡La dignidad de las almas redimidas por la Sangre de Cristo! ¡El orgullo de los bautizados en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo! ¡Nobleza obliga!

Padre Alain Lorans