Irak: testimonios de la Misión "María, Auxilio de los Cristianos"

Fuente: FSSPX Actualidad

La misión "María, Auxilio de los Cristianos" se llevó a cabo en Irak del 6 al 25 de agosto de 2018. Ésta es la quinta vez que los Jeunes Pros de Saint-Nicolas-du-Chardonnet viajan a Irak con la organización SOS Chrétiens d'Orient. A continuación, compartimos algunos de sus testimonios.

En mi caso, esta fue mi primera experiencia, y fue muy breve, pero tuve la oportunidad de reunir algunos testimonios, ayudar concretamente a las familias y comprender más profundamente el espíritu misionero de la Iglesia.

Cuando llegamos a Erbil, nuestro grupo - alrededor de quince personas - partió con destino a Duhok para trabajar en un albergue de la diócesis, luego a Kommany, una pequeña aldea en Kurdistán donde tuvimos que reparar varias casas dañadas. Pero además de la ayuda material, que está limitada por el tiempo y la falta de recursos, el objetivo de la misión es, sobre todo, brindar ánimo a estos cristianos con nuestra presencia, rezar con ellos y escucharlos.

Fuimos recibidos muy cálidamente por las familias, y pudimos organizar varias actividades para los niños, con quienes logramos establecer una buena relación rápidamente. Participamos en las festividades en honor a la fiesta de la Asunción, el 15 de agosto, y al día siguiente, asistimos a la Primera Comunión de una docena de niños.

Fue así como comprendimos más profundamente la unidad del cristianismo a través de la adhesión a una fe común que va más allá de las diferencias culturales. Sin embargo, no deja de ser sorprendente ver cómo estas poblaciones aisladas en una sociedad musulmana hostil se definen a sí mismas, primero y antes que nada, e incluso únicamente, como cristianas, sin hacer ningún tipo de distinción entre sus vidas privadas y públicas.

Estos fieles nos hablaron una y otra vez sobre la presencia cada vez más débil de los cristianos en la región, sobre las dificultades de sus condiciones de vida, sobre sus preocupaciones por el futuro. Un granjero en Kommany nos dijo que los musulmanes están cambiando las rutas de la mayoría de sus fuentes de agua. Muchos tienen dificultad para encontrar trabajo y se sienten tentados a salir huyendo. Debido a que la mayor parte del tiempo se sienten despreciados e impotentes, es muy importante mostrarles que los demás cristianos los tenemos muy presentes.

En Duhok, el Abuna (así llaman a los sacerdotes) nos habló sobre lo asombradas que se sentían las personas al recibir ayuda espontánea y gratuita; y exhortó a sus feligreses jóvenes a seguir el ejemplo de los voluntarios franceses que los visitaban. Para nosotros, su ejemplo es una prueba de lo necesaria que es la lucidez en cuanto a los peligros del islam, y lo importante que es dar testimonio de la fe cristiana.

Durante la misión, hubo momentos importantes dedicados a la oración y la formación de los voluntarios: misas, rosarios, meditaciones. Nuestro capellán, el Padre Michel de Sivry, predicó sobre las virtudes misioneras: adaptación a las personas y sus situaciones, fortaleza y confianza, vida de oración, devoción a la Santísima Virgen, etc. Todos los voluntarios recibieron pláticas sobre distintos temas: "Cruzada y Yihad", "¿Puede un Católico Ser Identitario?", "La Presencia Dominica en Irak"... Estas pláticas son de gran utilidad para tener argumentos serios sobre temas fundamentales y profundizar nuestro conocimiento de la historia religiosa del país que estamos descubriendo.

En ocasiones, tenemos la oportunidad de establecer relaciones duraderas entre las comunidades religiosas francesas e iraquíes: los Dominicos de Saint-Pré (Francia) ponen a rezar a sus estudiantes por los niños de las clases de catecismo de los Dominicos de Teleskuff (Irak). Enviamos rosarios confeccionados por los estudiantes y una ofrenda, el fruto de sus sacrificios cuaresmales. Una hermana iraquí habló sobre su formación en Francia y sus traducciones de obras espirituales en francés. Antes de partir, estas hermanas dominicas nos mostraron la imagen de la Santísima Virgen que se salvó milagrosamente durante los saqueos perpetrados por el Daesh.

La misión no termina con nuestro regreso a Francia; ahora tenemos una doble responsabilidad: rezar y dar testimonio de los cristianos perseguidos que conocimos en Oriente.

-- Apolline de Vigouroux d’Arvieu