Irán: la Iglesia entre conversiones y persecuciones

El secretario de las Relaciones con los Estados de la Santa Sede, Monseñor Paul Richard Gallagher, regresó de Irán el 9 de septiembre del 2017, luego de una visita de cuatro días. Los medios de comunicación no hablaron mucho al respecto, pero en la Tierra de los Mullahs la situación de los católicos latinos sigue siendo extremadamente precaria.
Durante su viaje, Monseñor Gallagher fue recibido primero por el Ministro de Asuntos Extranjeros, Mohammad Javad Zarif, y luego por el Ministro de Cultura y Guía Islámica, Abbas Salehi. El secretario de las Relaciones con los Estados de la Santa Sede habló con Radio Vaticano sobre los objetivos de su visita. Dijo que las "relaciones son buenas" entre Irán y la Santa Sede, y que el objetivo de la visita fue lograr una cooperación futura "para enfrentar algunos de los problemas prácticos de las comunidades [católicas] que son una minoría pequeña."
Esta minoría tiene un estatus muy precario, tal y como parecen indicar los reservados comentarios del prelado, quien expresó su preocupación por la situación de los cristianos, particularmente por la comunidad latina. No obstante, Monseñor Gallagher desea conservar una actitud optimista: "Todavía hay dificultades, pero, al menos, hemos fortalecido nuestras relaciones y las posibilidades y formas de enfrentar estos problemas, discutiéndolos y ayudando."
El diplomático romano explicó que el objetivo sigue siendo lograr una buena relación entre los dos Estados - la Santa Sede e Irán - "para que se refleje en las buenas relaciones con las comunidades cristianas locales". Ciertamente, vivir la fe católica en Irán sigue siendo muy difícil. Los cristianos que radican en Irán - que según los cálculos de Le Figaro representaban el 0.26% de la población en 2004 - tienen dos estatus muy distintos.
Por un lado, están los caldeos y los armenios - adheridos o no a Roma - que son las únicas comunidades cristianas oficialmente reconocidas por el Estado y, por tanto, toleradas. Sin embargo, tienen prohibido hacer proselitismo; además, es obligatorio hablar sirio o armenio para poder formar parte de estas cerradas comunidades. Estos dos grupos, con alrededor de 1,000 fieles, están representados por tres diputados en el parlamento iraní, lo cual significa un trato favorable, ya que, generalmente, hay un diputado por cada 200,000 iraníes.
Por otra parte, la situación es bastante diferente para los católicos latinos, quienes no tienen existencia legal, aunque muchos musulmanes se sientan atraídos al catolicismo. Como las conversiones están prohibidas en Irán, los iraníes que se convierten al catolicismo - o cuyos padres son conversos - y que tienen nombres musulmanes, se enfrentan a grandes dificultades. En su identificación oficial, estos cristianos siguen siendo musulmanes, y no les es permitido casarse con alguien fuera del islam.
El Padre Pierre Humblot, un sacerdote de Prado, calculó en una entrevista para el sitio web de Aleteia, en el 2015, el número de conversiones en "300,000, por lo menos". Él mismo fue acusado de "proselitismo" y se vio forzado a abandonar Irán precipitadamente, luego de haber vivido 45 años en el país.
Hablando generalmente, "no existe una persecución sistemática, pero las autoridades pueden perder sus puestos, y los estudiantes pueden ser rechazados por las universidades", señaló Yann Richard, un especialista en Irán y en los cristianos orientales, en el diario francés La Croix. No obstante, el profesor emérito de La Sorbonne, que pasó varios años en el Instituto Francés de Investigación en Teherán, Irán, señala que existe "un gran número de casos" de cristianos que han sido forzados al exilio en el Occidente. Este caso aplica particularmente a las jóvenes que se han convertido al cristianismo y que se niegan a casarse con un musulmán.
La organización internacional Open Doors calcula que "por lo menos 75 cristianos fueron arrestados en el 2014 por su fe". En su lista anual de los 50 países en el mundo donde más se persigue a los cristianos, la República Islámica de Irán ocupó el noveno lugar (Índice Mundial 2016).
Según un académico italiano citado por Claire Lesegretain en las columnas de La Croix, "no hay duda de que si el Papa Francisco aceptara la invitación de venir a Irán, una gran multitud acudiría a verlo". Pero no habrá tal viaje apostólico en el futuro cecano: "No he oído nada sobre una visita papal," declaró Monseñor Gallagher luego de su regreso de Irán, añadiendo sin más comentarios: "Creo que todavía falta mucho para llegar a ese punto."
Related links
Fuentes: Aleteia/Vatican Radio/La Croix - FSSPX.Actualités - 09/10/2017