Irlanda: después de la tormenta, llega el momento del análisis

Fuente: FSSPX Actualidad

"No descansaremos hasta que se revierta la ley del aborto"

A raíz del histórico referéndum que legalizó el aborto en un país donde el 78% de la población se identifica como católica, solamente un obispo ha tenido la valentía de levantar la voz para hablar sobre las repercusiones para los miles de católicos que votaron a favor de esta legislación.

Hasta el momento, sólo un obispo ha reaccionado tras las votaciones para denunciar la gravedad del acto perpetrado por los cientos de miles de católicos que dijeron "sí" a la abrogación de la octava enmienda que protege en Irlanda la vida de los niños por nacer.

Algunas horas después de la votación, Monseñor Kevin Doran, obispo de Elphin, se expresó en las columnas del diario The Journal: "aquellos que votaron a favor del "sí" con conocimiento de causa deberían ir a confesarse."

El obispo de Elphin es uno de los pocos prelados irlandeses que habló públicamente en los últimos meses antes del referéndum, visitando las parroquias de su diócesis para explicar la cuestión del voto a la luz de la ley natural y de los principios de la moral católica.

Gran sorpresa se llevó al ver un apoyo tan débil - sólo el 34% - a la octava enmienda de la Constitución que protege el derecho a la vida.

Además, y esto no es una casualidad sino una consecuencia de esta votación, el debate político en Irlanda se ha modificado en los últimos días hacia el deseo de mantener el vínculo entre el Estado y una Iglesia católica que lucha por ser escuchada.

Un gran número de los católicos que votaron a favor del "sí" parecen haber votado menos por convicción y más por desconfianza a una institución cuyo apoyo al "no" habría tenido muy poco efecto. Especialmente porque los principales medios de comunicación formadores de opiniones no se han privado de crear algunos escándalos para desacreditarla.

Sea como sea, los cientos de miles de católicos irlandeses que apoyaron el "sí" se han apartado de las promesas de su bautismo al votar por un proyecto que viola explícitamente el 5° mandamiento de Dios: "No matarás."

Hoy más que nunca, a través de esta votación irlandesa, se manifiesta la existencia de los "católicos culturales" que afirman tener una vaga identidad católica, pero que en la realidad están claramente alejados de la Iglesia. Únicamente aquellos que aman a Cristo por sobre todas las cosas y que guardan sus mandamientos son dignos de ser llamados sus discípulos.