Islam e islamismo

Fuente: FSSPX Actualidad

A la serie de ataques asesinos que golpearon Sri Lanka el domingo de Pascua se puede agregar una larga lista de persecuciones anticristianas perpetradas por los seguidores de Mahoma. Sin embargo, la repetición de este tipo de ataques podría causar que las personas consideren el riesgo de ataques como algo inevitable, o incluso que los trivialicen. El gran peligro es juzgar erróneamente el origen de estos crímenes al no identificar su verdadera causa.

De hecho, siguen existiendo algunos defensores de lo "políticamente correcto" que explicarán que estos crímenes, cometidos en nombre del islam, no pretenden emanar de la religión en sí. A lo sumo, serían una desviación grave, ciertamente monstruosa, pero no correspondiente a la naturaleza profunda de esta "religión de paz y amor". Se trata entonces de una extensión, un tumor al que se le da el nombre de "islamismo". Como si una vez que este tumor fuera extirpado, la religión predicada por Mahoma sería perfectamente sana y benéfica. Esta visión muestra un error de perspectiva y se basa en un profundo desconocimiento de la naturaleza del islam.

La naturaleza de la Yihad

Es un poco similar al conocimiento de los seres vivos. Al igual que sucede con algunas plantas, cuyo crecimiento se modifica significativamente de acuerdo con las condiciones externas (altitud, clima, suelo, etc.), el ojo inexperto no podría reconocer que una planta que crece solo unos cuantos centímetros en un lugar determinado, es igual a una que crece un metro en otro lugar más favorable. Sin embargo, se trata de la misma planta.

Asimismo, debe decirse que la Yihad, cualquiera que sea su forma, de la cual el terrorismo es solo un aspecto, forma parte del patrimonio del islam, está en sus genes. Así es como Mark A. Gabriel, ex profesor de derecho islámico de la Universidad de Al-Azhar, y cristiano converso, lo explica en su libro Islam and Terrorism, (Frontline, 2015)

El objetivo de la Yihad y sus métodos

La Yihad es un mandato dirigido a todos los musulmanes. Su objetivo es acabar con todos aquellos que no aceptan el islam. En la época de Mahoma, practicaban la Yihad regularmente contra cristianos y judíos, así como contra los idólatras, o cualquiera que no se convirtiera al islam. Como se expresa en el Corán: “Los que rechazan el islam deben ser asesinados. Si se alejan del islam, capturadlos y matadlos donde los encuentren..." (Sura 4:89).

"¡Oh, creyentes! Combatid a aquellos incrédulos que habitan a vuestro alrededor, y que comprueben vuestra severidad. Y sabed que Alá está con los piadosos" (Sura 9: 123).

"No es propio de un Profeta tomar cautivos hasta haber acabado por completo con los enemigos en la tierra" (Sura 8:67). 

Incluso si no participan activamente, los musulmanes siempre deben prepararse para luchar contra los "infieles" que no obedecen a Mahoma: "No permitáis que los incrédulos progresen en su piedad. Nunca abandonarán sus convicciones. Preparad contra los incrédulos cuanto podáis de fuerzas [de combate] y caballería, infundid el terror en los corazones de los enemigos de Alá, para que así amedrentéis a los enemigos de Alá que también son los vuestros, y a otros enemigos que [os atacarán en el futuro y] no los conocéis, pero Alá bien los conoce” (Sura 8: 59-60).

Entre estos enemigos aparecen especialmente los judíos y los cristianos. Los versos de "La Meca" ciertamente alientan a los musulmanes a vivir en paz con los cristianos, aunque aplica lo contrario para los judíos. Pero los versos de "Medina" son mucho más hostiles. El siguiente verso se considera como la revelación final de Alá sobre los judíos y los cristianos, y comúnmente se admite que es más importante que todas las demás: "Luchad contra ellos hasta que no haya un solo Fitnah (incredulidad y politeísmo: es decir, adorar a otros además de Alá) y la religión será para Alá solo [en todo el mundo]" [Sura 8:39).

El Corán también dice que los musulmanes no deben ser amigos de cristianos o judíos: “No consideréis a los judíos y a los cristianos como Auliya' (amigos, protectores, ayudantes, etc.), ellos son solo Auliya' entre sí. Y si alguno de ustedes los toma como Auliya', entonces seguramente es también uno de ellos” (Sura 5:51). ¡Será mejor que tenga cuidado!

Alá alienta y amenaza a los musulmanes

La pseudo-revelación de Alá también le dice a Mahoma que salga y conquiste el mundo; esta es la razón por la que tantos versículos del Corán alientan a la gente a luchar, de la siguiente manera: "Alá prefiere a aquellos que se esfuerzan y luchan con su riqueza y sus vidas por encima de los que se sientan (en casa) esperando una enorme recompensa" (Sura 4:59).

Por otro lado, los que no participan en la Yihad son amenazados con el fuego del infierno: "Les repugnaba luchar por Dios con su hacienda y sus personas y decían: 'No vayáis a la guerra con este calor'. Decidles: 'El fuego de la gehena es aún más caliente'. ¡Si tan solo lo entendieran!" (Sura 9:81).

Aquellos que se retiran se arriesgan a la ira de Alá: "Y quienquiera que les dé la espalda en un día así, a menos que sea una estratagema de guerra, o para retirarse a una tropa (propia), ha traído sobre sí mismo la ira de Alá. ¡Y su morada es el infierno, y no hay nada peor que ese destino!" (Sura 8:16).

El asesinato, es decir, la Yihad, no es una opción. Es una obligación porque es una orden de Alá. (Sura 9:29).

El objetivo final del islam es, por lo tanto, establecer la autoridad islámica sobre todo el mundo, por cualquier medio, especialmente para atacar a los no musulmanes a través de la fuerza y ​​el terror. Pero, ¿todos los musulmanes creen esto?

Existen varios tipos de musulmanes

Seculares: creen en los aspectos agradables del islam, pero rechazan el llamado a la Yihad. Han adoptado el islam como cultura, pero no viven totalmente la religión.

Musulmanes tradicionales: hay dos tipos. Aquellos que estudian el islam, lo conocen y lo practican, pero luchan contra la Yihad. La ven más como una batalla espiritual, como el sufismo. Esta forma esotérica y "mística" del islam se remonta al siglo XI, y a menudo fue perseguida por los califas.

El segundo tipo comprende bien las implicaciones de la Yihad, pero sus miembros no participan en ella por diversas razones personales.

Musulmanes fundamentales: aquellos que participan activamente en la Yihad.

Pero en estos tres tipos, las creencias se fundan sobre la misma base, con la misma genética: el Corán, el Hadiz y la Sharia. Aquellos que se expresan a través de diferentes formas están siguiendo el terreno donde se han establecido y de acuerdo con las circunstancias exteriores. Es ilusorio querer oponerse a ellos intentando reducir el islam a uno u otro tipo. No es posible separarlos de su genética.

Del mismo modo que hay musulmanes que no se involucran en la Yihad, y sin duda nunca lo harán, también hay, y siempre habrá musulmanes que lo harán de todos modos. Porque, en la larga historia del islam, esta interpretación siempre ha existido y siempre ha justificado las acciones belicosas del jefe de la comunidad islámica.

Por otro lado, durante muchas épocas se ha luchado violentamente contra una interpretación como la del sufismo. Hoy en día es una minoría, y suprimida nuevamente, por ejemplo, por el wahabismo en Arabia Saudita.

Conclusión

No debemos confundir el islam con el islamismo pero, por otro lado, es imposible separarlos, al igual que no podemos deshacernos de una parte vital de nosotros mismos o revocar la propia composición genética. Incluso si, por pura suposición, el día de mañana ya no hubiera más terroristas islámicos, sino solo musulmanes "seculares", la Yihad seguiría existiendo, en espera simplemente de una situación y circunstancias favorables para brotar nuevamente y desarrollarse. 

Dado que es una cuestión de oscuridad religiosa, la única solución (religiosa) es la liberación de estos "esclavos de Alá" a través de su conversión al catolicismo. En este contexto, la autoridad política tiene el deber más grave de proteger a los ciudadanos e instituciones. Pero para hacer esto, debe comprender adecuadamente la realidad del islam y el yihadismo, sin las gafas distorsionadoras de la "corrección política".